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a punto de cumplir el centenario

València encarga a Tito Llopis el proyecto para abrir al público la Casa Forestal del Saler

16/10/2018 - 

VALÈNCIA. La reunión tuvo lugar en el despacho de la Concejalía de Conservación de Áreas Naturales y Devesa Albufera, en la segunda planta del Ayuntamiento de València. Se celebró a media mañana. El concejal, Sergi Campillo, se reunía con el arquitecto Tito Llopis. Sobre la mesa, la Casa Forestal del Saler. En mente, un reto: recuperarla de manera definitiva para la ciudadanía; sacar de las sombras este tesoro secreto que es uno de esos arcanos que guarda València, la ciudad que no se acaba nunca, que cantaba Bustamante.

La cita, explican fuentes del consistorio, tenía como objetivo encargarle a Llopis “un proyecto para abrir al público la Casa Forestal”. En dicho proyecto, el arquitecto valenciano deberá presentar una propuesta para adecuar las instalaciones a los visitantes. La idea, indicaban las mismas fuentes, es crear un centro de interpretación de la Devesa, así como ofrecer un testimonio de cómo la ciudadanía recuperó el bosque para el pueblo o, lo que es lo mismo, hacer memoria de El Saler per al poble.

Desde el consistorio advirtieron que se trata de un tema aún muy incipiente y que hasta que no esté terminado el proyecto no pueden, lógicamente, avanzar más. Pero sí que quisieron dar relevancia a que este nuevo centro, esta transformación de la Casa Forestal servirá a la postre como nueva dotación para el pueblo del Saler, una pedanía a la que se le ha privado de dotaciones como el polideportivo.

Ubicada en el interior del bosque de la Devesa de l’Albufera, construida en 1920, esta edificación casi centenaria ha vivido prácticamente todos los estadios de un inmueble. Primero fue acondicionada en la segunda mitad de la década de los 50, pero a finales de los 90 amenazaba ruina a causa de la oxidación de los forjados. Su pésimo estado obligó a restaurarla en 1999.

Tal y como recuerdan desde el Ayuntamiento, en ella se ubica la sede de la Guardería Forestal Devesa-Albufera, que es un cuerpo de funcionarios dedicado expresamente a la vigilancia de la Devesa y el lago de la Albufera. Este cuerpo depende del servicio Devesa-Albufera y actúa de manera complementaria con la Policía Local, que también cuenta con un pequeño retén en la Casa Forestal. La Guardería Forestal ya prestaba este servicio cuando la Devesa y la Albufera eran patrimonio de la corona española, pasando a depender del Ayuntamiento de València tras su adquisición a Patrimonio del Estado en 1927.

Recuperada la democracia después de la muerte de Franco y paralizado el proceso de urbanización de la Devesa de la décadas 60 y 70, los gobiernos municipales han venido impulsando actividades de educación ambiental en la Devesa. Las primeras actividades en este sentido se realizaron en 1982, cuando se acondicionó la Casa Forestal del Saler para crear el Centro de Acogida del Saler, dotado de una exposición permanente, una sala de audiovisuales y una exposición de cerámica popular antigua. La exposición permanente hacía referencia a la historia de las intervenciones humanas en la Albufera y la Devesa y a los recursos ecológicos de ambos espacios. En el centro se realizaban campañas pedagógicas con escolares y se ofrecía información a los numerosos ciudadanos que visitaban la zona. El centro se clausuró en 1990, al inaugurarse el centro de interpretación del parque natural de l’Albufera del Racó de L´Olla.

Actualmente la Casa Forestal del Saler acoge simultáneamente cuatro actividades. En la denominada casa grande, sin uso específico, se han realizado desde hace veinte años reuniones y comidas protocolarias. Se mantiene el retén de la Guardería Forestal Devesa-Albufera y el de la Policía Local. Junto a estos dos retenes hay un tercero para brigadas de mantenimiento y otro más pequeño que es utilizado por el personal que se incorpora a los trabajos de refuerzo de la gestión de la Devesa.

La Casa Forestal, explican desde el consistorio, cuenta en su interior y exterior elementos cerámicos de interés, como un retablo datado en 1780, o un panel de 35 azulejos de finales del siglo XVIII representando el paño de la Verónica con la cara de Cristo, entre otras piezas. De su belleza y singularidad saben bien los vecinos de la zona, así como algunas de las entidades que trabajan en la zona, como la Fundació Assut, que desde 2016 organiza en el exterior del edificio las proyecciones y conciertos del festival Amfibi. Camino del centenario, una nueva vida espera a este espacio único.

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