VALÈNCIA (EP). Los ciudadanos de València pueden ya depositar para su reciclaje las cápsulas de café de plástico y otros envases pequeños de este material como tapones, tapas y recipientes de yogur en cualquiera de los 3.900 contenedores amarillos que hay en la capital valenciana.
El vicealcalde de la ciudad y edil de Ecología Urbana, Sergi Campillo, ha indicado que la novedad es que la Alianza para el Reciclaje de los Pequeños Plásticos (ARPP), fundada por el Ayuntamiento de València y la Generalitat valenciana junto con Nestlé, ha instalado un robot con inteligencia artificial en la planta de selección y clasificación de residuos de envases ligeros que permitirá desde este lunes el reciclaje de estos plásticos más pequeños.
Campillo ha dado a conocer esta jornada este "avance" en materia de reciclaje y ha considerado que "reafirma que València es líder en el reciclaje de residuos", según ha informado el Ayuntamiento de esta ciudad en un comunicado. Asimismo, ha destacado que con el fin de informar y concienciar a los valencianos sobre esta nueva posibilidad se ha puesto en marcha la campaña 'Plàstic xicotet, al contenidor groguet' --'Plástico pequeño, al contenedor amarillo'.
La iniciativa se dará a conocer por medio de diversos soportes de en toda ciudad, con el fin de animar a realizar una gestión correcta de los residuos.
"Hace un par de años anunciamos que ya se podían depositar las cápsulas de café y otros pequeños residuos de acero y de aluminio ligero en el contenedor amarillo, siendo la primera capital española en poder hacerlo gracias a la adaptación de la planta de tratamiento de Vaersa", ha indicado el vicealcalde.
Asimismo, ha apuntado que "ahora, con una nueva colaboración público-privada con empresas del sector", se vuelve "a modificar tecnológicamente esta planta, que es de la Generalitat y que también colabora en este proyecto, para poder captar las cápsulas de café de plástico que hasta ahora no se podían reciclar".
Sergi Campillo ha señalado que los 3.900 contenedores de envases de València "son aptos ahora para reciclar estas cápsulas de café y otros pequeños plásticos". "Este proyecto pionero implantado en la planta de reciclaje de Vaersa (en Picassent) contribuirá a reducir las tasas de rechazo a vertedero de este material e incrementar el porcentaje de plástico reciclado", ha insistido.
Por su parte, Isaura Navarro, consellera de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, ha destacado que la Comunidad Valenciana es "un ejemplo en gestión de residuos" y ha expuesto que "la ciudadanía está cada vez más concienciada de que con gestos sostenibles individuales se obtiene resultados positivos que benefician colectivamente a nivel ambiental y de salud".
"En el Consell hemos aprobado la Ley Valenciana de Economía Circular con el objetivo de adaptarnos a un modelo más resiliente donde apostamos por los residuos como la minería del siglo XXI y abandonamos modelos caducados de usar y tirar", ha agregado la responsable autonómica.
Por su parte, la portavoz de la ARPP y directora de Cafés de Nestlé España, Silvia Escudé, ha agradecido la decisión de "impulsar iniciativas como estas", en las que interviene la colaboración de empresas privadas y entidades públicas.
"Queremos avanzar hacia una economía circular efectiva a través de facilitar al ciudadano de València el reciclaje de pequeños plásticos como pueden ser las cápsulas de café, los tapones, las tapas y los envases de yogures, a la vez que fomentamos el incremento de las tasas de reciclabilidad en nuestro país", ha aseverado.
Para hacer factible la recogida a través del contenedor amarillo, Nestlé, por medio de Nescafé Dolce Gusto, como miembro impulsor de la ARPP, ha llevado a cabo este proyecto experimental escalable que ha supuesto la instalación de un robot con inteligencia artificial en la planta de selección y clasificación de residuos de envases ligeros de Picassent.
De esta manera, se favorece que se capture y extraiga del flujo de residuos aquellos materiales plásticos de pequeño tamaño que se puedan aprovechar, para su posterior reciclado. El material obtenido se enviará a empresas recicladoras para su procesamiento.
Como resultado, se dispondrá de una granza que se podrá emplear tanto como materia prima de segunda generación para la elaboración de nuevos objetos, como para obtener nuevos plásticos reciclados demandados por el mercado.
El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico incluyó este proyecto experimental escalable en su Catálogo de Buenas Prácticas de Economía Circular, publicado el pasado mes de noviembre como ejemplo de economía circular.