VALÈNCIA. Diseño y marca deben ir de la mano porque son dos caras de la misma moneda. Un diseño que debe reflejar los valores de la marca y una marca que debe comunicar con honestidad y coherencia, si no la reputación se puede perder rápidamente y recuperarla es muy difícil.
Esas fueron algunas de las conclusiones del foro organizado por Padima y la organización de València, capital del Diseño 2022, ante 22 empresas valencianas, diseñadores, instituciones financieras y organizaciones empresariales. En el foro, que estuvo moderado por Iván Sempere, Co-CEO de Padima, participaron Nieves Contreras, directora de Creatividad y Diseño de Lladró; Soledad Berbegal, consejera y responsable de Reputación Corporativa de Actiu y Borja García, diseñador y CEO de Made Estudio, y fue introducido por Vicent Martínez, presidente de la Fundació del Disseny de la Comunitat Valenciana y fundador de Punt Mobles. “La reputación se gana con el tiempo, pero en la actualidad con las redes sociales también es muy fácil de perder. De ahí la importancia de comunicar con honestidad. Y a veces te tienes que anticipar y aunque algo sea negativo contarlo porque si trabajas bien, eres transparente y es coherente con tu estrategia se va a comprender. No comunicar es peor”, afirmó Soledad Berbegal.
Eso sí, todos señalaron que hay que saber comunicar para que la gente valore el producto y todo el trabajo que hay detrás, generando historias que “predispongan a que ese producto nos acompañe”, tal y como remarcó Iván Sempere, y educando sobre la importancia del diseño como herramienta que aporta emociones y ayuda a la gente.
Uno de los aspectos en los que coincidieron los participantes en el foro fue en la necesidad de que se produzca una integración total entre el diseñador y la marca, “ponerte su camiseta”, tal y como señaló Borja García, que añadió que “es fundamental conocer los valores, comulgar con lo que hacen y proyectan porque si no la relación no va a funcionar”. En ese sentido tanto Nieves Contreras como Soledad Berbegal comentaron la importancia de que los diseñadores externos con los que trabajan visiten la empresa y se empapen de su know how, sus procesos y sus valores, “para que puedan absorber todo y así sacar lo máximo de la colaboración”.
Además esa integración lo que impulsa es que el diseño se vea como algo transversal a toda la empresa, no solo de un determinado departamento, sino que sea una visión de 360 grados para toda la compañía. “Desde la base tiene que haber un buen diseño, no solo de producto, también de la imagen, de la identidad corporativa, de la comunicación, los stands, las tiendas… de todo lo que rodea a la marca”, afirmó Nieves Contreras. Una afirmación que respaldó Borja García: “el diseño no puede ser un valor añadido, tiene que ser intrínseco; si no hay diseño no hay producto”.
De hecho, todos ellos saben bien cómo un buen diseño puede marcar el cambio en la empresa. En el caso de Lladró, The Guest de Jaime Hayón marcó un antes y un después en la compañía. “Ha marcado nuestra apuesta por ir hacia lo contemporáneo. A pesar de que y tiene diez años, las ventas de The Guest siguen creciendo. Y eso que cuando Jaime llegó con esta pieza la miraron extrañados en la empresa, en aquel momento era muy innovadora y teníamos muy poca oferta de contemporáneo. Ahora The Guest se ha vuelto una pieza de coleccionista”, narró la directora de Creatividad y Diseño de Lladró, que remarcó la importancia de ser constante, involucrar a toda la empresa en el proceso y estar convencidos de que ese es el camino.
Borja García no dudó en señalar un escritorio que diseñaron para Punt Mobles, “que aunque dentro de su línea de trabajo era accesorio, formo parte de un cambio en la empresa y para nosotros tienen un valor especial”. También destacó el trabajo que están realizando para editorial en Madrid, “que aunque no es un cliente grande, para nosotros es enorme porque nos permite jugar, expresarnos, y que cada vez que arranca un proyecto con ellos es un regalo que alimenta el alma”.
Por su parte Soledad Berbegal tuvo más problemas para elegir, aunque también acabó decantándose por dos productos que han marcado a Actiu: el mueble para televisor que creó su padre Vicente Berbegal hace 54 años y que marcó el inicio de la compañía; y la silla Tnk de Marcelo Alegre, que “marcó el salto al mundo de la ergonomía, de los mecanismos y que nos ha dado mucha satisfacción”.
En el foro también se habló de la importancia de la protección de la propiedad intelectual, “como un medio para poner en valor a los diseñadores y al diseño”, tal y como apuntó Iván Sempere. Un aspecto que ha sido muy relevante a lo largo de todos los actos de València, capital del Diseño 2022. También es un aspecto relevante para las tres empresas participantes en el foro. Aunque reconocieron que si te quieren imitar lo van a hacer y es algo con lo que tienen que tienen que convivir, señalaron que lo importante es defender la la creatividad y el diseño registrándolo, protegiendo así a la marca y al cliente.
De hecho, tanto Lladró como Actiu se han encontrado con diversas situaciones en las que la protección del producto ha sido determinante. Así Nieves Contreras contó como en Lladró fueron a una feria a presentar una colección de máscaras, muy contemporánea y visual, que les había costado año y medio desarrollar. Seis meses después había copias idénticas en esa misma feria. “Gracia a que habíamos registrado antes la colección pedimos la retirada de esas piezas y lo conseguimos”.
Algo similar le ocurrió a Soledad Berbegal en otra feria en Asia: uno de los stands estaba lleno de copias de productos de Actiu, “pero es que además la pantalla mostraba una imagen de nuestro parque tecnológico y su web era igual a la nuestra, incluso aparecía el nombre de Actiu porque la habían copiado mal… ahora me lo tomo a risa pero en aquel momento, cuando queríamos entrar en Asia y estábamos empezando con algunos distribuidores, no pudimos porque ellos ya estaban allí, aunque no era auténtico y era una copia mala. Eso nos hizo repensar y decidimos que que no era un mercado estratégico para nosotros”.
Por su parte Borja García comentó que, en algunas ocasiones, han desarrollado dos o tres soluciones para un proyecto y que las descartadas se quedan en un cajón, “nadie las ve, pero al poco tiempo, las encuentras en otra empresa o en otro diseñador. En estos casos no hay mala fe, sino que las ideas están ahí y la creatividad puede coincidir”.