mercedes hurtado / presidenta del colegio de médicos de valencia

«Del Consell, echamos en falta una palmadita en la espalda»

24/11/2017 - 

VALÈNCIA.- La doctora Mercedes Hurtado, especialista en Oftalmología en La Fe, es una mujer que habla con suavidad, pero actúa con firmeza. Sin esta última característica no podría situarse al frente del Ilustre Colegio de Médicos de València (ICOMV), una prestigiosa institución envuelta en la polémica en los últimos años. La portavoz de los galenos libra una dura batalla contra las agresiones a sanitarios y el intrusismo en la profesión, y saca el escudo cuando se le pregunta por las pseudoterapias, la contratación de seguros médicos o la etapa anterior del Colegio. Hurtado aspira a «abrir las puertas» —literalmente, las va a poner automáticas—, pero viene de tiempos oscuros. Su mandato comenzó en 2014, cuando relevó en el cargo a Rosa Fuster, investigada (antes imputada) por malversación de fondos y apropiación indebida. En este tiempo dice haberse encargado de lavar los trapos sucios y se dispone a enfrentarse a otras elecciones en 2018 para demostrar cómo de limpios han quedado. 

— ¿Cómo fueron sus primeros pasos en una institución tan revuelta? 

— Empezamos por instaurar el Portal de Transparencia, porque las cuentas no estaban claras, de modo que los colegiados pudieran comprobar por sí mismos la situación económica. A partir de ahí fuimos desarrollando el programa. El principal objetivo era dejar a un lado la burocracia y hacer del colegio una gran familia. Para ello mejoramos toda la comunicación, hasta el punto de que ahora vamos a estrenar nueva web. También nos propusimos ofrecer más servicios lúdicos, mejorando las instalaciones deportivas o creando una oficina de atención social, entre otras.


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— ¿Cree que se han deshecho del estigma de la anterior presidencia?

— No hubo ningún contacto, no hubo una transición para traspasar información o papeles. Fueron unas elecciones muy reñidas, de las que, sinceramente, no guardo un buen recuerdo. Tuvimos que empezar de cero, sacar lo que no nos gustaba, escarbar en lo que había, que ya nos lo imaginábamos… Han sido años muy intensos. Si nos hemos desecho del estigma, lo dirán las urnas, porque nos vamos a presentar a las elecciones de 2018. Yo creo que los cambios se notan.

—En su equipo directivo hay médicos que practican pseudoterapias, como la homeopatía o la ozonoterapia. ¿Por qué se muestran tan permisivos?

— Voy a ser muy clara: hay que diferenciar entre curanderos, estafadores y médicos profesionales. Desde aquí decimos a la población que confíe en estos últimos, porque ellos tienen la capacidad de diagnosticar y prescribir los medicamentos que consideren apropiados. Yo no practico la homeopatía, hay compañeros que sí, y una parte de la población la usa. No voy a entrar a valorar su validez, porque eso no compete al Colegio, sino a la universidad y a las autoridades sanitarias.

— La consellera Carmen Montón ha enviado una misiva al Ministerio para que prohíba la homeopatía al no estar «sostenida en evidencias científicas».

— La verdad, no entendemos el resurgir de estos temas de una forma tan virulenta. Hay muchas cosas en la medicina valenciana que se deberían arreglar antes. Aquí tenemos un comité deontológico y velamos por la lex artis, que implica una correcta práctica de la profesión. El ICOMV tiene potestad sancionadora, hasta el punto de quitar la colegiación y con ello impedir el ejercicio. Pero no vamos a ir contra los compañeros, confiamos en ellos. 

— Su relación con la Administración valenciana no pasa por el mejor momento...

— Nuestra actitud es dialogante, entendemos que todos estamos en el mismo barco, pero sí que echamos en falta una mayor interlocución a la hora de implantar medidas. Que se nos pida opinión, que se organicen grupos de trabajo. Es importante que los médicos se sientan valorados por la Generalitat, echamos en falta una palmadita en la espalda, porque tenemos un grupo de profesionales muy quemados. Muchos trabajan movidos por la vocación, pero les falta motivación y reconocimiento, hasta el punto de recibir agresiones y tener que irse al extranjero.

— El ICOMV ha llevado a cabo una intensa campaña para denunciar esas agresiones a sanitarios, pero en el último año han aumentado un 30%. ¿Qué está fallando?

— En realidad no sabemos si han aumentado las agresiones o las denuncias de las mismas. La campaña tenía un doble objetivo: concienciar a los pacientes, pero también a los profesionales, que muchas veces se callan este tipo de situaciones por empatía hacia el sufrimiento del enfermo. La gente viene enfadada por las listas de espera y lo paga con el médico que le atiende.

«No hay Medicina de primera ni de segunda. Corresponde a los políticos hacer sostenibles todos los modelos»

— ¿Apoyan los pasos del Consell para la reversión de la privatización sanitaria?

— Le digo lo mismo: estamos siempre de parte de los profesionales. El ICOMV acoge a médicos de la Sanidad pública, de la privada, de concesiones, de consorcios... No hay Medicina de primera ni de segunda. Yo siempre he trabajado en la red pública, pero también fui la primera coordinadora de Oftalmología del Hospital de Alzira y me consta que cuentan con un equipo estupendo. Corresponde a los políticos hacer sostenibles todos los modelos, aunque sea una labor difícil. 

— ¿Le parece que los cargos públicos de Sanidad deben ser de libre designación?

— Desde luego no deben estar sometidos a vaivenes políticos, sino ser cargos profesionales. En muchas de estas polémicas nos falta información, y no me pronuncio sobre lo que no sé.

— ¿Por qué han decidido contratar los seguros de los colegiados con Uniteco Profesional, empresa con la que el ICOMV ya mantuvo un litigio judicial en el pasado?

— Porque la oferta era buena y nos está dando un buen servicio. Como ya he dicho, hay unas partes oscuras de la anterior legislatura que no llegamos a conocer en profundidad, pero sabemos que echaron a Uniteco. Todo ello generó una batalla judicial con aquel equipo, no con este.

— Durante este mandato, ¿se ha sentido respaldada por sus compañeros?

— Sí, siempre. Estoy orgullosa de todos los miembros del equipo, de los que ya conocía y de los que he ido conociendo, hasta conformar un grupo de amigos. Evidentemente hemos hablado y discutido, esto no es Disneylandia, pero he intentado ser pacificadora y conciliadora. Diría que ha sido un mandato democrático, no presidencialista, como en otras etapas del ICOMV. Pese a todo, me consta que habrá oposición en las próximas elecciones, pero eso es bueno; no me gustaría que dijeran que he ganado porque no se ha presentado nadie. Solo pido que haya una competencia sana, que no sea como en la anterior ocasión, que nos desgastó muchísimo.

* Esta entrevista se publicó originalmente en el número 37 (XI/18)  la revista Plaza

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