Amigos, la Safor es mucho más que Gandia y Gandia es mucho más de lo que os pensáis. Que ser una de las ciudades clave en la saga de los Borgia -o Borja- no es moco de pavo
Si no tienes, no tienes. Claro que si tienes, no siempre tienes. Y si no tienes, no siempre careces.
El otro día compré la manzana perfecta, de color, de roce, de brillo, de contraste. La manzana definitiva, salvo por un detalle sin importancia: no sabía a nada.
Detrás de ese pescado fresco que consumimos está la labor de mujeres que se hacen un hueco en el arte de la pesca. También de abuelas y madres que diariamente reparan las redes y hacen unas labores esenciales que escapan a nuestros ojos.
Y es que desde Nietzsche que Dios ya no es lo que era, y buscamos sucedáneos en la meditación, el reiki, la biodescodificación, el horóscopo chino, el sexo tántrico, en el mindfulness, el détox... ¡hasta buscamos el sentido de la vida a través de la comida!
“La mejor manera de sentarse es estar de pie”, dijo hace años Antonio Bustamante en una entrevista a El País
Llevo 4 años sin probar un bocado de carne. Y digo vegetariana, por decir algo, porque no me gusta ponerme una etiqueta. Porque las etiquetas limitan y juzgan.
Amar es volver a ser niño; comer helado es siempre volver a ser niño
Soy experta en fracaso como el que es experto en sistemas de circuitos integrados. Me interesa el tema.
La Asociación de Amigos del Museo de Bellas Artes de Valencia celebró su tradicional cena de verano y reunió a una importante representación de la sociedad valenciana en las instalaciones museísticas
Hay una València gastronómica que ya no volverá y va siendo hora de aceptarlo
El otro día estaba con un amigo holandés en la barra del Saxo, comiendo tomate del Perelló con ventresca, jamoncito de Guijuelo y un poco de morteruelo (muerteduelo en holandés), y detrás de nosotros, un grupo español de cuatro o cinco personas, alegre, dicharachero, con voces manifiestamente españolas, de barítono tras hacer gárgaras.
Como para no amar los bares
Ya hay restaurantes que se niegan en redondo a cobrar individualmente a cada uno de los 27 comensales de una misma mesa
Sobre horarios, tiempos, esperas y cómo la comida se adapta (o no) a los nuestros
Comer y morir son dos de las cosas más naturales que se me ocurren. La tercera que has pensado, también
Las cosas antiguas que de verdad importan tienen que volver tarde o temprano. Pedir de carta, la media mariscada, el apolo de vainilla.
La mala digestión podría ser una película de Almodóvar, con una Marisa Paredes con úlcera y un Banderas con reflujo pero no, es más un problema yo diría que metafísico, por tanto real, bastante común también. ¿Digerimos cada vez peor?
Puede incluso que cuente más historias que tu comida. Al menos cosas más íntimas
