CASTELLÓ. La almendra es uno de símbolos agrícolas y económicos del Maestrat, y Albocàsser uno de los centros neurálgicos en lo que respecta tanto a la producción como a la comercialización de este producto. Allí, precisamente, se encuentra Frutos Secos Escrig, una empresa familiar especializada en el descascarado y comercialización de este fruto presente en la mayoría de los postres tradicionales de estas fechas navideñas, y de la cual la provincia de Castellón cosecha entre 1,2 y 2,5 millones de kilos cada temporada, depende de cuáles sean las condiciones climáticas.
La firma ubicada en Albocàsser abrió sus puertas en 1987, ahora hace 34 años, pero la experiencia de los propietarios es mayor ya que se dedicaban al mismo negocio desde finales de los años 50. El actual gerente es Ismael Escrig, que ha visto durante todo este periodo de tiempo el desarrollo de la empresa, tanto a nivel tecnológico, como a nivel de comercialización, donde las tendencias y las necesidades del mercado han evolucionado. La firma ha crecido en los últimos años y cuenta ahora con 9 trabajadores, entre los que se encuentra Judit Escrig, hija de Ismael, quien explica que “antes se trabajaba un turno y ahora ya son dos”. Y es que en los últimos años el volumen de almendras que gestiona la firma del Maestrat se ha doblado.
Un momento del proceso de preparación de la almendra en las instalaciones que Frutos Secos Escrig dispone en el municipio castellonense de Albocàsser. 
La empresa tiene entre sus provedores a los agricultores de la zona “aunque con la cantidad de almendra que hay en la comarca no se alcanza a cubrir las necesidades de los clientes”, comenta Judit. Por eso, Frutos Secos Escrig también compra este producto en otras zonas limífrofes como Aragón, Catalunya y también en Castilla la Mancha, entre otras, con lo que también se alarga la temporada, que actualmente se encuentra en plena ebullición. El crecimiento de la empresa ha llevado a la gerencia a proyectar una nueva nave para poder albergar más cantidad de este fruto seco y, sobre todo, poder separar las diferentes clases de almendras, donde la marcona es la reina. Judit señala que “cada vez más el mercado exige el tratamiento por separado de las diferentes variedades como la comuna o la llargueta”.
En este sentido, cabe señalar que la firma del Maestrat ya cuenta con la certificación para poder comprar y manipular almendra ecológica expedido por el Comité de Agricultura Ecológica de la Comunitat Valenciana. “El cultivo de almendra ecológica es una tendencia que va en aumento y muchos agricultores nos preguntaban por este servicio, que ahora ya podemos ofrecer”, asegura Judit.
Desde una nave situada en Albocàsser se distribuyen almendras a buena parte del territorio español y extranjero, aunque es Alicante uno de sus principales destinos.
Si se trata de la venta de almendras, una buena parte de los clientes de la empresa de Albocàsser se encuentran en Alicante, Andalucía y Mallorca. En concreto son empresas repeladoras, que le quitan a la almendra la piel marrón que les queda después de quitar la cáscara. Ese es el producto que luego se vende, por ejemplo, a las turroneras para elaborar los dulces típicos de la Navidad. “Nosotros tenemos un acuerdo por el que una empresa elabora un turrón hecho para nosotros con nuestras almendras y que tiene muy buena aceptación en el pueblo”, explica Judit. Este es un producto que comercializa la empresa en la localidad y también en algunas ferias como la de la almendra que se celebra cada año en Albocàsser. Pero la venta no se queda solo en España y miles de kilos de este fruto seco también se exportan a Marruecos y Francia. A pequeña escala, una vez repeladas las almendras, otros clientes de Escrig son las panaderías y pastelerías y la restauración, tanto de la provincia como de otras zonas de España.
Una línea de negocio que también tiene la firma es la biomasa, ya que la cáscara de almendra es una de las mejores alternativas a los combustibles más tradicionales. Así, la venta se realiza a muchas de las granjas de las comarcas de Castellón y también mucho a la zona de Extremadura y Aragón. La contribución a la sostenibilidad de Frutos Secos Escrig no se queda aquí, ya que una buena parte de la electricidad que necesita la empresa se genera ya a través de las placas solares ubicadas en el techo de la nave.
