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PEDRO SÁNCHEZ
VALÈNCIA (EP). Los presidentes de Baleares y Comunitat Valenciana, Francina Armengol y Ximo Puig, han insistido en que la reforma del delito de malversación "en ningún caso" puede suponer un beneficio para los corruptos y han apelado a la serenidad sobre el acuerdo entre el Gobierno y ERC.
Eso sí, ambos no se han pronunciado sobre las críticas del presidente de Castilla-La Mancha, el también socialista Emiliano García Page, quien se mostró "dolido" y anunció una iniciativa legislativa que "impida consultas que no afecten al conjunto de los españoles".
En rueda de prensa tras la cumbre valenciano-balear, Armengol ha coincidido con Puig en que la reforma "no puede suponer un beneficio para ningún corrupto". Ha reconocido que los problemas políticos suponen "acuerdos, pactos y, a veces, modificaciones de normas" y ha recordado que el referéndum independentista se produjo con el Gobierno de Rajoy y el actual Código Penal.
Dicho esto, ha señalado que Catalunya está "mucho mejor" que en 2017 y ha llamado al entendimiento y a acercar posiciones para "una España más fuerte, plural y federal", además de asegurar que comprende "el sentimiento de una mayoría amplia" entre los catalanes.
"Estamos en un momento en el que hay que serenarse y pensar en la convivencia y en superar fracturas", ha aseverado Puig, para rechazar la "vía muerta de confrontación absoluta" del PP y defender el "diálogo" que busca el Gobierno de Pedro Sánchez.
Ha sostenido así que los problemas políticos se deben solucionar desde la política, "desde la voluntad de querer vivir juntos y de conocerse y estimarse cada uno", y que "dentro del estado de derecho se puede y se debe avanzar". Ahora bien, ha hecho hincapié en que "la única frontera" es que la reforma no beneficie a los corruptos.