VALÈNCIA. Esta semana, el president de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, anunció el cierre perimetral de 29 municipios valencianos por su alta incidencia de covid-19. Dos semanas de restricciones que serán decisivas para poder aplanar la curva y devolver estos núcleos de población a una situación epidemiológica más sostenible. Además, junto con el confinamiento, este decreto también contempla otra serie de medidas adicionales como el cierre total de la hostelería, a excepción del servicio a domicilio, y el de los centros sociales tanto de titularidad pública como privada. Esto es, casinos y clubes, entre otros.
Por su parte, los eventos y velatorios tan solo podrán albergar 15 personas al aire libre y 10 en el caso de los espacios cerrados. Los estudiantes sí que deberán acudir con total normalidad a su centro educativo, y los trabajadores tendrán permitido traspasar la frontera si es para ir a su puesto. Por todo lo demás, las entradas y las salidas quedarán fuertemente restringidas en estos municipios, con controles policiales para asegurar que nadie se salte las normas.
De los 29 municipios que han recibido la llamada al confinamiento, 22 se encuentran en la provincia de Valencia: Llíria, Massanassa, Benetússer, Sedaví, Alfafar, Llocnou de la Corona, Ayora, Utiel, Sollana, Guadassuar, Oliva, Daimús, Canals, Benigànim, Moixent, Xàtiva, Cheste, Ontinyent, Sinarcas, Anna, Quatretonda y Bonrepòs i Mirambell. Afrontar el estado de cierre perimetral no será una tarea fácil para ninguno de ellos. Aun así, las ciudades más grandes lo tendrán particularmente complicado: no solo cuentan con más conexiones por carretera, sino que además deben controlar a un volumen mayor de población. ¿Cómo se han preparado para estas dos semanas los núcleos más densos? Esta es la experiencia de Llíria, Xàtiva y Ontinyent.
En Llíria han acogido con relativa positivad la noticia del cierre perimetral, conscientes de la situación en la que se encuentra el municipio: 352 casos por cada 100.000 habitantes y 82 positivos en las últimas dos semanas. En este sentido, el Ayuntamiento ha preferido conceder a la ciudadanía un pequeño periodo de aclimatación, por lo que la Policía Local ha dedicado los tres primeros días a tareas puramente informativas. Sin sanciones. Así, entre el jueves y el sábado se desplegó una intensa campaña para dar a conocer entre los vecinos y vecinas las nuevas normas, así como sus responsabilidades dentro del contexto de confinamiento.
Para la campaña, el consistorio ha fletado una serie de vehículos que recorren tanto el casco urbano como las urbanizaciones, ofreciendo un bando con las principales medidas. Una tarea a la que también se han unido los agentes con sus propios coches: "La Policía Local ha estado patrullando el municipio e indicando a los vecinos que deben llevar la mascarilla y cumplir todas las normas", ha explicado la portavoz del Partido Socialista, Fina Torrijo. Del mismo modo, el Ayuntamiento también ha puesto en marcha todos sus canales oficiales de comunicación, incluidas las redes sociales, para hacer llegar el mensaje.
En lo que tiene que ver con el dispositivo de control de los accesos por carretera, la Policía Local contará con la colaboración de la Guardia Civil: "Se pondrán controles aleatorios en todas las rotondas del municipio, a horas aleatorias, y se intercambiarán periódicamente. Es imposible tener vigiladas todas las entradas 24 horas, pero la presencia se va incrementar considerablemente durante estos días. Las autoridades incluso nos han ofrecido el apoyo del ejército, pero por el momento no lo hemos considerado necesario", alude la portavoz.
Otra de las grandes preocupaciones del Ayuntamiento, al margen de garantizar que se cumple el confinamiento, es el desplome de la economía. En particular del sector de la hostelería, que saldrá especialmente afectado del cierre perimetral por la obligación de clausurar locales. En este sentido, el consistorio ha puesto en marcha una campaña para promover el reparto a domicilio: Para taula, nosaltres cuinem. Así, elaborará una guía con todos los negocios que durante las próximas dos semanas ofrecerán este servicio, independientemente de que lo hicieran ya de antes o no. Una vez esté preparada, la lista será publicada en todos los medios de difusión municipales, para darle visibilidad y que todos los vecinos puedan consultarla.
El confinamiento en la capital de la Costera también se empieza a notar. Tras unas primeras horas en las que los controles en las salidas y los accesos a la ciudad todavía no estaban dispuestos o eran muy ocasionales, Xàtiva va, poco a poco, haciendo efectivo el cierre perimetral al que está sometido, como mínimo, hasta el próximo 21 de enero. Por ello, durante la mañana del viernes, el alcalde la ciudad, Roger Cerdà, y los regidores de Seguridad Ciudadana y de Servicios Públicos se reunieron con los responsables de la Guardia Civil, Policía Nacional y Policía Local en Xàtiva con el objetivo de coordinar el dispositivo.
Y es que, según ha señalado el primer edil socialista, la implicación y coordinación de la Policía Local será "necesaria". Cerdà ha explicado que a diferencia de otros confinamientos como el de Elda y Petrer en noviembre, o el primero de Benigànim cuando solo había un municipio confinado, en este caso no hay suficientes efectivos de la Guardia Civil y el cuerpo municipal debe participar.
"Hemos acordado la logística y los medios necesarios para hacer controles de acceso tanto aleatorios como fijos en las entradas y salidas", manifestaba el responsable de Seguridad Ciudadana, Juan Giner, durante la jornada del viernes. Unos controles que cierran el paso por los accesos y caminos de las carreteras secundarias de la ciudad: el camino la Bola, el camino de acceso a la Granja o el acceso a la carretera de Vallés. Mientras, queda pendiente el cierre de las carreteras de Llocnou d'en Fenollet y de Bellús, que está previsto que se efectúe la próxima semana, ya que necesitan la autorización y la adaptación de las señales por parte de la Diputació de València y de la Generalitat Valenciana.
Sin embargo, los cuatro principales accesos a Xàtiva no quedarán cerrados, sino que cuentan con controles aleatorios "en función de la disponibilidad de la policía y teniendo en cuenta cuáles son las horas más problemáticas", ha concretado Cerdà. Se trata de la entrada por la antigua carretera de València, por la carretera de Novetlé, por la de Alzira y la del Genovés.
Los bares, restaurantes y locales de ocio de la ciudad, por su parte, han tenido que bajar la persiana como consecuencia del confinamiento. Una medida que ocasionará pérdidas entre los establecimientos afectados y que ha llevado al alcalde de Xàtiva a anunciar que están trabajando en medidas complementarias como un programa de ayudas para los negocios que han tenido que cerrar. Según Cerdà, esta línea de subvenciones se hará pública "en breve" y dependerá del tiempo que tenga que permanecer cerrado el municipio.
Por el momento, y con la mirada puesta en la evolución de los contagios en una ciudad que ya cuenta con 1.026,31 casos por cada 100.000 habitantes y que ha registrado 300 positivos en los últimos 14 días, está previsto que la próxima semana se celebre una nueva reunión para hacer balance del dispositivo. La propagación incesante del virus ha llevado al consistorio, además, a prorrogar las restricciones municipales que vencían el próximo día 15, hasta el 31 de enero. "La situación actual nos obliga a tomar estas medidas, pero tenemos que actuar como en el confinamiento que teníamos durante el mes de marzo: salir tan solo para las cosas estrictamente necesarias", ha recordado el primer edil.
En el caso de Ontinyent, será la Guardia Civil quien se encargue principalmente del control a las entradas y salidas. Por su parte, la Policía Local se centrará en hacer cumplir las normas dentro del casco urbano. Desde el Ayuntamiento, sin embargo, prefieren guardar mutismo acerca de la naturaleza del dispositivo, para que nadie sienta la tentación de sortearlo: "Lo que sí que podemos adelantar es que vamos a incrementar la vigilancia en las entradas y salidas de la ciudad", es cuanto prefieren aportar. Un operativo con la responsabilidad de velar por una de las ciudades más grandes de su entorno: supera los 35.000 habitantes.
Con una incidencia acumulada de 809 casos por cada 100.000 habitantes, Ontinyent ha registrado en los últimos 14 días 287 positivos. Unas cifras que, aunque inferiores a las de algunos municipios del entorno, han inquietado enormemente a las autoridades locales. Así, el alcalde, Jorge Rodríguez, ha hecho un llamamiento a la responsabilidad individual de los ciudadanos: "Más allá de las restricciones que todos debemos cumplir, es fundamental ser conscientes de que nuestras acciones individuales tienen un efecto sobre la sociedad", lamentaba. De este modo, ha pedido rectitud para que la ciudad no necesite más prórrogas y pueda salir del cierre perimetral el mismo día 21 de enero.
Por el momento, y aprovechando la temporada de lluvias, Ontinyent ha preferido retrasar unos días más la vuelta al cole: "Los niños han estado en contacto con sus familias durante todas las vacaciones, así que hemos estimado conveniente esperar un poco antes de volver a las clases". Así, las puertas de colegios e institutos no se abrieron el día 7 de enero, como en el resto del territorio valenciano. "La vuelta a las aulas está prevista para el día 11, porque el Ayuntamiento no tiene competencias para alargarlo más", explican. El calendario laboral y la actividad de las administraciones locales, sin embargo, sí que ha seguido su curso con total normalidad.
Por último, en lo que respecta al control del aforo en los establecimientos, el consistorio no espera que haya ningún problema: "Los comercios ya están acostumbrados a hacerlo. De hecho, llevan controlando el aforo toda la pandemia. Y no solo eso, sino que también han establecido sus propias medidas de seguridad". Cabe recordar que tanto en los municipios confinados como en los que no, el máximo permitido para los establecimientos comerciales es del 30%.