VALÈNCIA. La asunción de trabajadores de la empresa pública provincial Divalterra por parte de la Diputación de València ha generado más de alguna fricción en el seno de la corporación provincial que preside Toni Gaspar. Si el sindicato CSIF recurrió la subrogación de medio centenar de empleados de la mercantil por parte de la Diputación, ahora es la organización espacial interna de la corporación la que ha generado cierto malestar.
El enfado de una parte de los empleados de la Diputación ha llegado al tener conocimiento de que se ha aprobado la solicitud del vicepresidente y diputado de Cooperación Municipal, Carlos Fernández Bielsa, para enviar a teletrabajar al personal adscrito a su área procedente de Divalterra. Solicitud aprobada por un decreto del pasado lunes suscrito por la diputada de Administración General, Pilar Molina.
Concretamente, y según el mencionado decreto, Bielsa pidió a finales de noviembre -poco después de subrogarse el personal de Divalterra- que "se active el modo de teletrabajo para el personal incorporado al área de cooperación municipal" procedente de la empresa pública. Se trata de 21 personas para las que el también alcalde de Mislata solicitaba aplicar esta medida desde mediados de diciembre con motivo de las obras en la sede de la calle Avellanas.
En la asunción de empleados realizada por la Diputación en octubre, se fijaba que esta parte del personal "permanecerá en los locales mientras se ejecutan las obras previstas" en el edificio de la calle Avellanas. Pero en diciembre, tras la solicitud del diputado, el jefe de servicio de proyectos técnicos se adhirió a lo que había pedido Bielsa: consideró que "desde un punto de vista técnico, como opción más factible y a la vez, menos onerosa para la Diputación", lo mejor era activar el teletrabajo.
Así pues, el decreto aprueba para los 21 empleados esta modalidad de trabajo no presencial, que "podrá alternarse" con la presencialidad "en función de la disponibilidad de espacio físico de trabajo para su realización y de las necesidades del servicio". Se ha puesto en marcha desde este miércoles, pero ha motivado el enfado del sindicato Intersindical, que ha cargado duramente contra lo que considera un trato privilegiado para este personal.
"Todo esto nos parece una burla para los trabajadores de esta corporación", critica el sindicato en una nota informativa, para añadir que "se están dando muchos privilegios a unos señores que ni tan siquiera han pasado una oposición". En ese sentido, Intersindical critica que, al tiempo que se aprueba el teletrabajo para este personal, a los funcionarios de la Diputación se les aplica "la ley pura y dura".
Se refiere el sindicato al reglamento de teletrabajo aprobado por la Diputación, que a su juicio es muy restrictivo y para conseguir el teletrabajo "hace falta un milagro". "Aún hay muchos esperando la respuesta a su solicitud", asegura la organización sindical, quien carga también contra el hecho de que "los privilegiados de Divalterra llegan y cogen el equipo informático y a casa a teletrabajar por decreto".