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Bielsa y España: 'carrera de delfines' de un año (o cuatro) de duración en el PSPV

29/05/2022 - 

VALÈNCIA. "Falta mucho o quizá no tanto". Esta afirmación expresada por un veterano dirigente socialista resume las sensaciones existentes en el PSPV-PSOE respecto al futuro del partido sin el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, al frente del mismo. Existe unanimidad en aunar fuerzas -el acto en Almussafes de este domingo es prueba de ello- en las distintas familias de la formación política para lograr que el actual jefe del Consell vuelva a ganar las elecciones y pueda armar una mayoría para seguir al frente del Gobierno valenciano.

En caso de que eso suceda, no habrá movimientos públicos para la sucesión. Puig continuará comandando la nave socialista sin sobresaltos hasta que decida retirarse en algún momento de la legislatura o agotarla. Eso sí, sí habrá cada vez más maniobras para tomar posiciones por parte de los aspirantes a convertirse en su relevo.

Si bien es cierto que, en este tipo de procesos, siempre habrá dirigentes tapados o agazapados esperando su oportunidad. A día de hoy, la gran mayoría de voces socialistas consultadas por este diario coinciden en señalar a los dos posibles delfines mejor situados para optar a una hipotética sucesión de Puig: el alcalde de Mislata y secretario general del PSPV de Valencia, Carlos Fernández Bielsa (València, 1981); y el exjefe de Gabinete de Puig y actual conseller de Hacienda, Arcadi España (Carcaixent, 1974). 

Dos perfiles diferentes, con distintas cualidades, méritos y debilidades, aunque con una situación común: la proyección suficientemente sólida como para que muchos de sus compañeros los sitúen en las quinielas como herederos de Puig.

Arcadi España, prudente y cultivado en los pasillos de gobierno

El actual conseller de Hacienda ha sido en los últimos siete años una pieza fundamental para el presidente de la Generalitat, Ximo Puig. La primera legislatura como jefe de Gabinete, después, como titular de Obras Públicas y, ahora, en la cartera encargada de diseñar y gestionar el marco presupuestario. No obstante, la incorporación de España al equipo de Puig fue anterior: en 2013, todavía con el PSPV en la oposición, aterrizó como director de Gabinete del líder socialista. Antes, en la época de Rodríguez Zapatero como presidente, este licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales y máster en Gestión Pública, había sido consultor en el grupo Analistas Financieros Internacionales, asesor del ministro de Trabajo, Jesús Caldera, y director de Gabinete del secretario de Estado de Asuntos Constitucionales y Parlamentarios en el Ministerio de Presidencia.

Prudente -demasiado para algunos- en sus movimientos internos y también de gestión, España posee una trayectoria que evidencia su conocimiento de la Administración -y sus pasillos- y de los equilibrios político-económicos necesarios para gobernar. Un punto a favor al que hay que sumar la estrecha relación que mantiene con Puig desde hace casi una década, al igual que con otros altos cargos próximos a su generación y también dentro del PSPV.


Ahora bien, el punto fuerte de Arcadi España nunca ha sido el predicamento orgánico. Si bien formó parte de Joves Socialistes, no se destacó por su alineación con los grupos dominantes en aquel momento -próximos a Joan Lerma- ni tampoco por encabezar candidaturas sólidas en la oposición. Un relato que, a día de hoy, no ha cambiado demasiado, puesto que sigue sin tener un peso destacado en el PSPV, aunque ostenta la Secretaría de Transportes, Movilidad, Vivienda y Agenda Urbana en la dirección federal liderada por Pedro Sánchez, un puesto en el que fue situado a petición de Puig.

Una relación con el jefe del Consell que puede calificarse de excelente, pero no de infalible. En la reciente remodelación del Ejecutivo de Puig, una de las posibilidades puestas sobre la mesa -y que España deseaba- era la de ampliar sus competencias y, además de seguir en su área, adquirir el mando de una hipotética Conselleria de Presidencia, dado que sigue siendo uno de los asesores áulicos de Puig pese a dirigir otro departamento. Una posibilidad que no fructificó para alivio de otros altos cargos con mayor tradición orgánica próximos al presidente de la Generalitat, que no terminan de conectar con España ni verle como un sucesor adecuado ni conveniente para sus intereses y los del PSPV.

Fernández Bielsa, alcalde de mayorías absolutas y curtido en la batalla orgánica

Una trayectoria totalmente diferente ha protagonizado el alcalde de Mislata y vicepresidente de la Diputación. Criado en la siempre intensa escuela de Joves Socialistes, optó al liderazgo de la organización juvenil en 2007 con la bendición del que meses después sería secretario general, Jorge Alarte. No obstante, se topó con la candidatura de continuidad encabezada por Voro Costa, apadrinada por el sector 'lermista' del partido, que se hizo con el triunfo con claridad, si bien dos años después sería relevado en un congreso extraordinario por Fernando Díez, afín a Alarte.

Fue bajo el liderazgo del secretario general cuando se convirtió en candidato a la Alcaldía de Mislata, arrancando un triunfo importantísimo para los socialistas en un municipio grande (44.000 habitantes) que estaba dominado por el PP desde hacía una década. A partir de ahí, encadenó otras dos mayorías absolutas (la última con un impresionante 62% de los votos), que le catapultaron a la vicepresidencia de la Diputación.

 

A diferencia de Arcadi España, Fernández Bielsa siempre se ha mostrado muy activo dentro de los procesos orgánicos del PSPV. Muestra de ello fue su triunfo en enero en el proceso de primarias por el liderazgo provincial del partido, donde se impuso a Mercedes Caballero, afín al exministro José Luis Ábalos, con un 80% de los votos y con el respaldo del presidente de la Generalitat, Ximo Puig. Probablemente, un punto de inflexión en su carrera que le permite proyectarse a cotas mayores, quizá la más inmediata, la Presidencia de la Diputación de Valencia a partir de 2023 si los socialistas vuelven a ganar las elecciones.

Ahora bien, de esa intensa participación en procesos internos desde hace más de 15 años también arrastra penitencias. Fernández Bielsa despierta pasiones entre sus seguidores pero muchos recelos en otros dirigentes por enfrentamientos pasados. Entre los más próximos colaboradores a Puig, las sensaciones son encontradas, pero en líneas generales reina cierta desconfianza. En cuanto al presidente, la relación es buena aunque ni mucho menos tan próxima como la que mantiene con Arcadi España. Respecto a la comparación entre ambos, Fernández Bielsa tiene trayectoria orgánica y una gran experiencia en la gestión municipal y conocimientos sobre los resortes de la política local, si bien España se antoja superior tanto en el discurso político como en el manejo de la gestión autonómica y nacional.



No obstante, el alcalde de Mislata se caracteriza, y ahora más aún con su liderazgo provincia, por su dinamismo y capacidad para visibilizarse. Por citar algunos ejemplos, el pasado 16 de mayo ejercía de anfitrión para el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una visita a un centro educativo en su municipio y, días antes, también acogía un acto sobre la abolición de la prostitución con el presidente de la Federación de Municipios y Provincias (FVMP), Rubén Alfaro, y con la consellera de Justicia, Gabriela Bravo, con quien mantiene una sintonía creciente en los últimos tiempos.

Hoja de ruta: primer paso, lista a Les Corts

En cuanto a la duración de esta 'carrera de delfines', todo dependerá de los resultados de las próximas elecciones locales y autonómicas del año que viene. Tal y como explicó este diario, una de las primeras decisiones que deberá tomar el líder del PSPV será en la lista a Les Corts Valencianes. 

Para ser presidente de la Generalitat hay que ser diputado, por lo que si Puig, aunque gane los comicios, se plantea dejar el Palau a lo largo de la legislatura y situar a un heredero al frente del Consell, este deberá ser obligadamente parlamentario. Es decir, que será importante ver si en la próxima lista tanto Bielsa como España figuran en los puestos de salida. De la misma manera, si se produce la catástrofe para los socialistas y pierden la Generalitat, también resulta importante que el sucesor de Puig esté en Les Corts para poder ejercer la labor de jefe de la oposición.

Precisamente, también será en este caso la prueba para ver las oportunidades reales que pueden tener otros dirigentes. Se ha apuntado en alguna ocasión la posibilidad de que la ministra Diana Morant también pudiera entrar en esta quiniela de la sucesión: si no entra en la candidatura autonómica, sólo podría suceder a Puig siendo la candidata en 2027.




Por otro lado, si Puig no consigue revalidar su cargo, lo más probable es que se precipite una pelea por la sucesión que incluso provoque a corto o medio plazo un congreso extraordinario. Si los socialistas han conseguido retener la Diputación de Valencia y la preside Fernández Bielsa, tendrá una buena posición para optar al liderazgo del PSPV, aunque en todo caso será un escenario complejo donde pueden entrar otros actores y alianzas en juego.

Por otro lado, tanto España como Bielsa tienen claro que darán su apoyo a Puig para que gane las elecciones y lo mantendrán sin fisuras si logra la victoria. Eso sí, la cita que pasará a cobrar una gran importancia entonces será el próximo congreso del PSPV fijado a priori para 2025, puesto que Puig podría apartarse del liderazgo orgánico y señalar a su sucesor, que debería obtener la confianza de la militancia.  

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