VALÈNCIA. La empresa valenciana de productos tecnológicos Cirkuit Planet, fabricante de los smartphones Mywigo, ya tiene su primer proyecto para la nueva sociedad Strongterra, que agrupa sus propiedades inmobilarias y la de sus socios, Jonatan Fatelevich y Maximiliano Gavilán. Como avanzó Valencia Plaza, Strongterra es el germen de una futura Socimi (sociedad cotizada anónima de inversión en el mercado inmobiliario), que sería la primera de capital valenciano.
El proyecto consiste en la construcción de un edificio de viviendas en la esquina de las calles Tapineria y Corretgeria, en pleno centro de València, a pocos metros de la plaza de la Reina. La empresa ha adquirido el solar, que pertenecía a cuatro propietarios que no terminaban de ponerse de acuerdo para edificar. La operación ha sido intermediada por la inmobiliaria Realzia.
El nuevo edificio, diseñado por el arquitecto Miguel San Juan, constará de tres alturas y tendrá un total de 12 viviendas destinadas a alquiler. El objetivo es iniciar las obras lo antes posible, aunque desde la empresa son conscientes del atasco en la concesión de licencias de construcción que hay en el Ayuntamiento de València. La inversión total en el proyecto será de 1,5 millones de euros, según avanzó a Valencia Plaza Jonatan Fatelevich.
De todo ello se hará cargo Strongterra, la nueva sociedad participada al 100% por Cirkuit Planet, al que también se transferirá el edificio Calabuig, situado al final de la avenida del Puerto, en València, adquirido el pasado mes de marzo con una inversión total, incluida la rehabilitación, de 2,5 millones de euros.
Cirkuit Planet es la empresa que ha presentado un proyecto para la antigua Estación Marítima de València, denominado Valencia Tech City.
El proyecto ha sido diseñado por el ingeniero y arquitecto Alberto Domingo, presidente del American School of Valencia, profesor de la UPV y diseñador de la cúpula de Oceanogràfic. La antigua Estación Marítima, que fue utilizada como zona de prensa en la America's Cup y la Fórmula 1, permitirá albergar unas 500 personas, integrantes en su mayoría de startups valencianas pero también de otros países. Serán empresas siempre en fases consolidadas y que ya hayan levantado rondas de financiación.
Para poder estar en las instalaciones, las startups tendrán que pagar una cantidad mínima y, de hecho, no será de lo que se sustente el proyecto. "La idea es que les ayudemos a que se conviertan en una empresa importante de su sector y para eso queremos que participen también empresas tecnológicas con trayectoria en España y el resto del mundo", explica Fatelevich. "La idea es que las startups y las corporates de retroalimenten".