VALENCIA. El incendio declarado este jueves en el seno del Consell por la restitución de la libertad de horarios comerciales en Valencia y Alicante encontró en la coalición Compromís la mejor vía para su propagación. La medida la tomó la secretaria autonómica de Economía, María José Mira, atendiendo a las recomendaciones de la Abogacía de la Generalitat, que entendía que no se había dado la correcta audiencia pública a los afectados por el recorte a la apertura dominical. No obstante, la dirigente socialista lo hizo en contra del criterio de su conseller, Rafael Climent, partidario de no hacer caso al organismo jurídico y mantener la restricción a la actividad comercial en domingo.
La bronca estaba garantizada. Falta por ver sus magnitud, y muy pronto comenzó a tomar envergadura. A primera hora de la mañana, Àgueda Micó, candidata a la secretaría general del Bloc -partido integrado en Compromís-, manifestaba en Twitter su respaldo al conseller. Lo hacia pocas horas después de que Valencia Plaza revelara el estallido de Climent contra Mira, su número dos en el organigrama de Economía: "Ha roto el Pacto del Botánico", aseveró el dirigente sobre el acuerdo de gobierno del Consell, -nada más y nada menos-.
El tuit fue toda una declaración de intenciones. El Bloc -sumido actualmente en la elección de su nuevo secretario general- se mostraba unido frente a un enemigo común: el 'malvado' PSPV que devolvía Valencia y Alicante a la libertad horaria de los tiempos del PP. "Todo mi apoyo a Rafa Climent y Natxo Costa. Vosotros me representáis, y mucho", manifestó Micó.
Precisamente Costa, director general de Comercio, había sido el más duro contra Mira -más todavía que Climent-. "Ha sido una decisión unilateral de la secretaria autonómica, quien incluso se ha posicionado públicamente en entrevistas en medios de comunicación a favor de la libertad horaria. Ha impuesto su postura personal contra el Pacto del Botánico y lo ha disfrazado de necesidad jurídica. Voy a reclamar en la próxima comisión de seguimiento del Pacto del Botánico -a quien le corresponda- que determine si esto es aceptable dentro de un gobierno de coalición con unos acuerdos marcados", manifestó el pasado jueves a este diario.
Este viernes, sin embargo, la vehemencia había desaparecido de los discursos de la cúpula de Economía, o más bien parecía haber sido decretado el silencio preventivo. Se apreciaba una clara intervención en el conflicto, tal vez ejercida por parte del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, en el Pleno del Consell.
Sea como fuere, el caso es que la postura oficial que salió de ese pleno -pese al encomiable intento de la vicepresidenta, Mónica Oltra, de repartir la culpa como buenos socios de gobierno- dejaba en mal lugar tanto a Climent como a Costa y respaldaba la decisión de Mira. "El Pacto del Botánico no se ha roto por ninguna parte", llegó a decir la líder de Compromís. "La secretaria autonómica ha puesto la primera piedra de la rectificación", añadía ahondando en la herida de Climent.
La desautorización al conseller, dada la magnitud de sus acusaciones contra Mira, era prácticamente inevitable. Pese a ello, Oltra se puso a la faena y fue la primera en activar la manguera para tratar de sofocar el incendio. "Ha sido un error colectivo", repitió en más de diez ocasiones.
Por la tarde continuaron los trabajos de extinción. El propio Climent emitía un comunicado en el que aparcaba las críticas e instaba a "no salirse del guión". "No podemos perder de vista el objetivo, que no es otro que trabajar para conseguir el equilibrio entre las grandes superficies y el pequeño comercio y sobre todo, hay que defender los derechos de los trabajadores y las trabajadoras y su conciliación familiar y en ello nos dejaremos la piel", dijo.
El PSPV optó por no cargar contra su socio de gobierno durante la crisis de los horarios comerciales, pero, como suele ocurrir, la norma contó con una excepción. Fue la del alcalde de Alicante, que replicó las críticas de Compromís retando a la coalición a abandonar el gobierno municipal, tal y como informó este diario.