VALÈNCIA (EFE). El presidente del Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de la Comunitat Valenciana (Codinucova), Luis Cabañas, ha celebrado la creación de 100 nuevas plazas para dietistas-nutricionistas en la Atención Primaria de la Comunitat, una autonomía que hasta ahora solo cuenta con 14 plazas públicas para estos profesionales.
Así lo explica Cabañas en una entrevista con EFE en la que ha relatado su "campaña casi bélica, con pequeñas conquistas" para que la Generalitat incorporara este centenar de plazas, lo que equivaldría a una ratio de un dietista-nutricionista por cada 50.000 tarjetas sanitarias.
"Esa cifra no nos la hemos inventado nosotros, sino que viene de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de hace 30 años, aunque ya hay órganos que alertan de que supone quedarse cortos, que se debería hablar de uno por cada 25.000 pacientes o de uno por cada 12.500", detalla.
Sin embargo, se muestra convencido de que es "un gran paso" en una autonomía en la que el 80 % de estos especialistas se dedican a la sanidad privada, ya que en la pública, hasta ahora, solo había 8 plazas en unidades especializadas de Endocrinología o de Dietética y Nutrición, en diferentes departamentos de salud y no en Atención Primaria.
A ellas se suma la Oferta Pública de Empleo de seis nuevas plazas públicas, ya convocada pero cuyo examen no será hasta febrero.
En total, ambos bloques de plazas suman 14, con lo que se tiene "solo un 1 % de las necesidades de dietistas-nutricionistas cubiertas" en la sanidad pública valenciana, algo que intentará paliar la inclusión de este centenar de nuevos puestos de trabajo.
Se trata del compromiso al que se llegó durante la tramitación de los Presupuestos de la Generalitat Valenciana para 2023 a raíz de la inclusión de una enmienda pactada por los grupos que dan apoyo al Consell (PSPV, Compromís y Unides Podem).
Sin embargo, si bien la ratio de un profesional por cada 50.000 tarjetas sanitarias marca el estándar de calidad en la Atención Primaria, la falta de perfiles de dietética y nutrición se extiende a la atención especializada donde, según datos del colegio profesional, harían falta unas 660 plazas para dar servicio en unidades de Oncología, Urología, Ginecología o Traumatología, entre otras especialidades, como marca la OMS.
El presidente del Colegio de Dietistas-Nutricionistas asegura además que la introducción de estos perfiles en la sanidad pública es una medida más que rentable: "Hay estudios que demuestran que, por cada euro invertido en estos profesionales en Atención Primaria, se produce un retorno de entre 4 y 5 euros".
"La Atención Primaria es la punta de lanza, tenemos que empezar por ahí porque es la forma de acceder a los que más lo necesitan", considera Luis Cabañas, que pone el caso de un paciente que acabe de recibir un diagnóstico de diabetes tipo 2 o de hipertensión: "Qué menos que tenga a un sanitario especializado a su lado".
A su juicio, esta figura permite "sumar conocimientos y restar tiempo", además de descargar a los profesionales no especializados en dietética y nutrición de consultas y visitas, ante el convencimiento de que "todo el mundo no tiene por qué saber de todo".
"Enriquecemos los equipos multidisciplinares", defiende el también especialista en Oncología, que añade: "Todo el mundo sabe que hay que comer bien, pero nosotros sabemos decir cómo hacerlo".
Todo ello es especialmente importante, considera, en un momento en el que los problemas de salud asociados a la alimentación no dejan de crecer, con indicadores y datos como que se ha triplicado la población que tiene hipertensión o que, en diez años, ha bajado 20 años la media de edad de la diabetes tipo 2 en España.
"Pensábamos que teníamos los deberes hechos con la dieta mediterránea, a la que invocamos siempre, que es hasta Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, pero que no sabemos definir", lamenta.
Admite que existe una percepción generalizada de la importancia de la alimentación, si bien no siempre se enfoca hacia el cambio de hábitos, puesto que eso es más costoso que "dejar que los procesos se medicalicen", con lo que se ha llegado a "un sistema enfermo".
"Ha pasado lo mismo que en salud mental: se ha medicalizado más y tratado poco", considera y celebra que se haya salido de la pandemia reforzando desde la sanidad pública esos dos ámbitos, "los dos patitos feos, dos aristas, el elefante en la habitación".
En un país que "celebra todo comiendo", no se nos permite, sin embargo, "saber de alimentación" por la ausencia de profesionales en el servicio de salud público.
"Si ahora un familiar nuestro tiene una enfermedad por la que necesita una alimentación distinta, ¿dónde recurre? No le queda más remedio que ir a la privada, y no es porque el médico de la sanidad pública no tenga agenda, sino porque no existe", critica.
El intrusismo es otro de los grandes problemas de este sector profesional, si bien considera que la situación ha mejorado a raíz de las campañas iniciadas por el Colegio en 2019, cuando "siete de cada diez anuncios en internet sobre dietas no venían de profesionales".
Luis Cabañas cree que es importante que la gente conozca el oficio de dietista-nutricionista: "No somos el gordólogo, nos dedicamos también a otras cosas".
"Tenemos que extender la preocupación sobre la composición corporal y una alimentación más equilibrada, lo que quiere decir, en resumen, más fruta, más verdura y menos alimentos envasados", concluye.