El recuerdo a Emilio Tortosa protagoniza el 30 aniversario de la Fundación Étnor

VALÈNCIA. Representantes del ámbito empresarial, académico, político y de la sociedad valenciana se han dado cita en el Monasterio de San Miguel de los Reyes para celebrar el 30 aniversario de la Fundación Étnor, un acto copado por el recuerdo a su fundador, Emillio Tortosa.

El conseller de Hacienda y Modelo Económico, Vicent Soler, la directora académica de Étnor, Adela Cortina, su expresidente, Enrique Belenguer, y su presidente, Pedro Coca, han recocido el compromiso de quienes han hecho posible tres décadas de una institución pionera que aporta a la sociedad un espacio de reflexión y debate sobre ética y empresa.

La directora académica de Etnor, Adela Cortina, ha recordado los orígenes de Étnor, cuando un grupo de empresarios, directivos y académicos impulsan el primer Seminario de Ética Económica y Empresarial que pronto adoptaría forma de fundación, la Fundación Étnor. Cortina, ha destacado el trabajo de la ejecutiva y el patronato durante estas tres décadas y la colaboración con las diferentes asociaciones empresariales de la Comunitat Valenciana, así como la estrecha relación con América Latina donde, en muchos lugares se está reproduciendo el modelo de Étnor. 

Cortina ha recordado las convicciones que impulsaron Étnor: que la ética es rentable a medio y largo plazo; que hay empresas más o menos éticas; que la sociedad necesita la aportación de empresas éticas que crean riqueza, trabajo y confianza y que la ciudadanía y los gobiernos cada vez son más exigentes con los valores éticos. “La historia nos ha dado la razón”, asegura Cortina, y alude a la cantidad de propuestas y terminología de hoy en día que vincula a la empresa con la ética y la responsabilidad social. 

Ética, progreso y sociedad.

El presidente de Étnor, Pedro Coca, también se ha referido a los orígenes de Étnor, “una iniciativa casi revolucionaria, porque no éramos tantos quienes entendíamos que la ética era esencial para el progreso y que en el largo plazo era rentable para las empresas y, por tanto, para el conjunto de la sociedad”. 

El presidente de Étnor ha lamentado la polarización y crispación política y social que, con la pandemia, se ha agudizada “en un grado que a nadie nos resulta indiferente y que, en ocasiones, resulta inasumible en una democracia consolidada” Sin embargo, apunta Coca, la pandemia ha visibilizado múltiples colectivos profesionales que han emergido con toda su fuerza para traer a nuestra sociedad cuidado y esperanza, “para recordarnos, como bien explica Adela en “Ética cosmopolita”, que somos interdependientes”.

Respecto al futuro, “ese país extraño” que debemos construir en todos, el presidente de Étnor se ha comprometido a continuar ayudando a comprender y resolver los problemas éticos de nuestra sociedad y a trabajar junto con las empresas hoy convencidas de que empresas y organizaciones deben ser éticas o no serán. “Trabajar junto a estas empresas excelentes, irradiando su cultura y sus valores permitirá construir mejores empresas y mejor sociedad”, asegura Coca.

El presidente de Étnor ha aludido a la necesidad de contar con una sociedad civil fuerte, responsable y proactiva. “Étnor está y estará apoyando la toma de conciencia de la sociedad civil tanto desde el pensamiento y análisis de los procesos evolutivos de nuestra sociedad como desde la divulgación de esos resultados y su aplicación práctica”.

Emilio Tortosa, un vendedor de ética.

El expresidente de Étnor, Enrique Belenguer, ha presentado el libro “Emilio Tortosa, un vendedor de ética”, homenaje al fundador y primer presidente de Étnor y, en palabras de Belenguer, un pilar fundamental en el panorama económico y financiero valenciano. 

El libro recoge la visión filosófica y económica de Tortosa, así como el valor de su apuesta por la ética en un contexto complejo como es la economía y la empresa. En sus páginas se encuentra, además, el testimonio de quienes compartieron con él su compromiso con los principios éticos,  “los sentimientos y valoraciones de quienes hemos tenido la fortuna de tratarle y que conforman la percepción del hombre ilustrado que fue”, apunta Belenguer.