ELCHE. Ibidem Abogados es uno de los despachos más reconocidos en el mundo de la defensa de la propiedad intelectual. Su socio fundador, Enrique Martín, un empresario bien conocido (ex presidente de Terciario Avanzado, de la patronal Coepa, del CEEI de Elche...), decidió darle una vuelta durante la pandemia y centrarse en dos grandes líneas: las patentes, dentro del campo de la propiedad intelectual, y la litigación en lo que se refiere a defensa de la marca. Un cambio de estrategia que completa su todavía reciente apuesta por la expansión geográfica, con picas en Murcia y Madrid, y que a decir del letrado le ha venido bien a su empresa.
-¿Qué tal, cómo van las cosas en Ibidem Abogados?
-Hicimos un plan estratégico hace aproximadamente cuatro años, con dos grandes líneas estratégicas. En primer lugar, reducir la dependencia de los clientes de Alicante, ampliando geográficamente, y luego también intentar fomentar la línea de patentes, que es técnicamente más compleja que la de marcas y la de diseños, y bastante más rentable para los despachos. Además, decidimos apostar fuertemente por la litigación, de modo que a día de hoy el despacho ha sido dividido en dos firmas distintas, dos sociedades que tienen que caminar separadas porque el negocio de un despacho de abogados no es en absoluto compatible con un negocio de una agencia de propiedad intelectual.
-Ese plan les llevó a abrir en Murcia hace cuatro años, ¿cómo valora aquella decisión?
-Murcia ya está en un punto de rentabilidad. Tiene buenos clientes del sector audiovisual, de la agroindustria, de la industria química y estamos liderando particularmente la lucha por el agua. Nuestro asociado Pepe Císcar, que como sabe, fue vicepresidente autonómico, es un experto en Derecho del Agua. Y en la actualidad se está produciendo una verdadera expropiación de los derechos adquiridos por los agricultores murcianos, con el riesgo de que 2/3 partes de de la agricultura de la zona desaparezcan. Ese riesgo también se produce en la zona de la Vega Baja y en Alicante. Por tanto, es un asunto que nos concierne a todos. Actualmente estamos trabajando con las mayores empresas de Murcia. Estamos muy cerca de pasar de la jurisdicción contencioso administrativa regional y llegar al Supremo, porque esta batalla se prevé larga.
-Es decir, están representando en la vía contencioso administrativa a empresas murcianas afectadas por el recorte en el Tajo-Segura.
-Hay dos problemas estructurales. El primer problema es la reputación del negocio agrícola. Una de las fuentes de riqueza más importantes del país está siendo actualmente denostada, probablemente por ideología. Se ha llegado a la conclusión de que los empresarios agrícolas son los responsables del desastre ecológico del Mar Menor. Y el segundo lo comparten Alicante y Murcia, y es que la pluviometría no sirve para satisfacer las necesidades residenciales, turísticas, agrícolas e industriales. La política que está siguiendo ahora el Ministerio de Medio Ambiente pasa por la supresión de los trasvases o su reducción dramática y al mismo tiempo por la reducción de las superficies regadas cultivables, lo que significa que se está produciendo algo parecido a una expropiación. Se obliga a los empresarios a talar sus limoneros y restituir sus fincas a un estado forestal, expedientes de corte de suministro y algunas otras estrategias que, francamente, están en el límite de lo que se considera constitucional. Y cuando obligas a restituir una zona cultivada estás no sólo echando a perder la inversión que ha hecho durante 10 o 20 años, además estás destruyendo las expectativas de negocio. En cualquier caso, nadie ha reparado en que la pérdida de la agricultura la vamos a pagar todos los españoles, sin duda. Y va a ser traumático. Y que existe una responsabilidad patrimonial de la Administración que en algún momento se llevará a tribunales.
-Volviendo a su core, me decía que se han centrado más en las patentes que en las marcas y diseños. ¿Cómo está evolucionando el sector, se patenta mucho?
-A ver, no significa que hayamos abandonado la profesión de las marcas. De hecho, llevamos 30 años litigando en materia de marcas y diseños y somos posiblemente una de las firmas que están en el top of mind de los clientes de la provincia. Pero las patentes son un reto intelectual. Técnicamente son más complejas porque obligan a que un abogado se entienda con un técnico, por ejemplo, una patente informática con un ingeniero de software, y por lo tanto se produce ese trabajo conjunto entre abogados y técnicos que es muy entretenido e insisto, muy rentable. Cuando nos trajeron la Euipo nos convirtieron en una capital de Europa de la propiedad intelectual, pero que lo que daba realmente dinero era el derecho de patentes que se conserva en Alemania. Estamos litigando muchísimo en patentes. Durante toda mi vida he sido un empresario de servicios profesionales, pero ya con 58 años quería recuperar mi vocación y ahora estoy yendo a sala, estoy litigando y estoy disfrutando de una excelente etapa profesional.
-¿Y de innovación, cómo vamos? Estando cerca de quienes hacen el descubrimiento que hay que patentar, tendrá el pulso del sector.
-La respuesta requiere una cierta articulación. Las cifras sobre patentes en España han estado siempre falseadas porque durante un cierto tiempo las universidades han podido pedir patentes gratis de presuntos inventos que ni eran tales inventos ni aportaban nada al tejido productivo. Con lo cual teníamos dos problemas: patentes que no valían y una transferencia de la innovación de oferta, no de demanda. Por fortuna, con la nueva ley de patentes, ahora hay un mayor rigor y entonces nos enfrentamos a qué es lo que hace el sector privado. En el sector privado hay que decir que España todavía no está en cifras de registros a la altura de lo que le correspondería, pero lo que sí que puedo decir es que aquí, en este Parque Empresarial, se advierte que la cultura de las startups está no sólo asentada, sino que se ha consolidado y se ha sofisticado. Cada vez hay mejores startups. El capital riesgo está entrando porque están percibiendo un valor de negocio importante. En este parque algunas de las empresas más importantes no son del calzado, son de nutricéutica, fabrican bicicletas, fabrican cohetes. Esto era impensable hace apenas unos años. Yo creo que estamos en el punto ideal, pero todo esto requerirá un Gobierno más liberal que el que tenemos ahora y que apueste por fomentar el emprendimiento.
-Usted fue presidente del CEEI. ¿Se crean muchas startups en Elche?
-Hay casi una treintena de empresas de sectores muy distintos que merecen mucha consideración. Y el Parque Científico de la Universidad Miguel Hernández está lleno, y el de la Universidad de Alicante. Hay caladeros de emprendimiento, aunque hay poco dinero, pocas partidas públicas de apoyo. Pero por su propia naturaleza, el emprendimiento tiene como contrapartida la exigencia al emprendedor de la asunción de riesgos. Un empresario no es un directivo. Es tu dinero el que te juegas. A partir de ahí, yo creo que ya hemos conseguido el capital intelectual capaz de competir con California. Ahora falta el capital financiero. La aversión tradicional del capital español a apostar por los proyectos de riesgo en vez de apostar, como están haciendo todavía, por el metro cuadrado barato. Tenemos el mismo problema de siempre, gente muy talentosa y empresas que no apuestan por el talento. Pero ese gap se va cubriendo poco a poco. Y los hijos que hemos tenido que expatriar, los ingenieros que mandamos a Alemania y cuya formación pagamos nosotros, van a volver a medida que el marco legislativo, el marco tributario, permitan la creación de empresas de alto valor añadido. Por eso la acción del Gobierno es imprescindible.
-Por terminar como empezamos, hablando de Ibidem. ¿Cómo se plantea el futuro a corto plazo?
-Aparte del crecimiento orgánico, con el que este año prevemos crecer en facturación en torno al 10% y desde luego a dos dígitos, yo preveo buscar crecimiento inorgánico con la adquisición de alguna firma. Madrid está funcionando relativamente bien y no es una simple sede representativa, sino que es una sede de de negocio muy activa. Entonces esperamos crecer dos dígitos este año, e insisto en que no descarto que parte de nuestro crecimiento sea inorgánico, con una adquisición en 2023.