VALÈNCIA. "Fue un shock completo equiparable a cuando te dicen que alguien muy querido ha muerto". Así relató la ex jefa de Administración de la EMT, Celia Zafra, el momento cuando se enteró de que las transferencias a las que había dado curso durante el mes de septiembre de 2019 eran parte de una estafa. La que fuera directiva de la empresa municipal, que preside Giuseppe Grezzi, explicó este martes cómo sucedieron los hechos que acabaron con cuatro millones de euros de la EMT en Hong Kong.
El suceso tuvo lugar en apenas un mes, cuando unos estafadores anónimos se hicieron pasar por el presidente de la empresa y un abogado de Deloitte para engañar a Zafra y que facilitara hasta ocho transferencias bancarias para consumar una falsa compraventa empresarial. A la postre, se descubrió el timo tras un aviso de Caixabank, banco en el que se hicieron las operaciones, y la EMT acabó despidiendo fulminantemente a Zafra.
Así pues, dos años después de aquello, después de que la justicia haya avalado su despido -a falta de recurso-, y de que el Tribunal de Cuentas no haya tenido en cuenta sus alegaciones y le reclame el abono de los cuatro millones de euros, Zafra manifestó este martes estar "tranquila": "No pierdo la esperanza", aseguró en una entrevista en la radio Intereconomía Valencia.
La entrevista, en la que también participó uno de los abogados encargados de la defensa de Zafra en los juzgados y ante el Tribunal de Cuentas, también sirvió para cuestionar la decisión de este último organismo de ordenar el embargo de un inmueble de la ex directiva tras no poder reintegrar los cuatro millones de euros requeridos por el Tribunal, que considera a Zafra responsable de la pérdida del dinero.
Sobre ello, el letrado de Zafra, Rafael Guía, explicó que el Tribunal de Cuentas es un organismo "curioso" al estar formado por funcionarios y no por jueces y cuya función es "controlar el gasto presupuestario". En este sentido, criticó su forma de funcionar porque "primero señalan al culpable" por lo que "no hay presunción de inocencia". En este sentido, "te dicen que tienes que traer cuatro millones" y "como esta cantidad no la tiene Celia Zafra, le han embargado su patrimonio".
Hay que recordar que las primeras denuncias al Tribunal de Cuentas las llevaron a cabo los miembros de la oposición y la EMT pidió al organismo que archivara las denuncias hasta en tres ocasiones al considerar que la empresa no era responsable del robo, como publicó este diario. Sobre ello, Guía insistió en que sólo "cuando el fiscal se pronuncia" al respecto, "la EMT no se opone a que Celia Zafra sea investigada".
"Mucha gente piensa que esto es como el timo de la estampita, pero esto es mucho más", aseveró la ex jefa de Administración sobre la estafa. Al principio del fraude, recibió una llamada telefónica del presunto abogado de Deloitte, quien le comentó la operación de compraventa que se disponía a hacer la EMT en el país asiático y que Grezzi iba a anunciarlo en rueda de prensa, por lo que le pedía discreción y la firma de una cláusula de confidencialidad. "En principio, todo me extraña", confesó Zafra, quien en ningún momento detectó nada raro en su acento: "Mis compañeras alguna vez cogieron la llamada y hablaron con él y no notaron ningún acento extraño".
Tras varios contactos telefónicos y por correo electrónico con los defraudadores, y habiendo facilitado las firmas de sus superiores para hacer las transferencias convencida de que la operación era real, la que fuera directiva de la empresa municipal, aseguró este martes, manifestó su inquietud sobre cómo se estaba desarrollando todo: "Le dije al presunto abogado que no estaba cómoda trabajando así, con tanto secretismo y la cláusula de confidencialidad".
De hecho, relató Zafra, el supuesto abogado le ofreció en dos ocasiones hablar telefónicamente con el presidente de la EMT, Giuseppe Grezzi, pero lo rechazó para evitar enemistarse con el contacto. Por ello la ex directiva insiste en que se utilizaron técnicas de ingeniería social, como constatan los informes de Telefónica: "Esto está muy pensado", sentenció.
Así pues, la ex directiva rechazó durante la entrevista que hubiera colaborado conscientemente con el fraude. Así, tras desvelarse la estafa, todo se vino abajo, según relató: "Físicamente, el corazón [me iba] a mil. Fue un shock completo, equiparable a cuando te dicen que alguien muy querido ha muerto. Además por el importe de la estafa".
Asímismo, Zafra insistió este martes en que los trabajadores de la firma municipal no habían recibido ningún tipo de clases o instrucciones para evitar fraudes de este tipo: "No hemos recibido ninguna formación. Me enteré de que hay empresas de que dan formación continua y ponen trampas a los empleados. Pero nosotros no". En este sentido, aclaró que lo único en lo que se formaba a los empleados era sobre programas de computación y de procesamiento de texto, y sobre idiomas.
Con todo, al principio, no pensaba que fuera a ser despedida, como finalmente ocurrió: "Hubo un silencio absoluto, nos pidieron silencio absoluto por discreción. Ninguna pregunta, ninguna aclaración. Pregunté pero no decían nada. Me pedían datos sobre cómo se pagaban facturas para hacer un informe. Inconscientemente, yo ayudé a hacer esos informes como argumento contra Caixabank", realtó al respecto de aquellos días posteriores al fraude.
Entonces, un día se le citó en uno de los despachos de la empresa, con la presencia del director de Recursos Humanos, el presidente del Comité de Empresa, el secretario del Consejo y el gerente: "Pregunté si me iban a despedir y me dijeron que sí". El juzgado de lo social tumbó el despido declarándolo improcedente, pero el TSJ ha dado la razón a la EMT y avala su reacción.