VALÈNCIA. Dos son los proyectos estrella impulsados desde la concejalía de Vivienda del Ayuntamiento de València en los últimos meses: la compra pública de vivienda, licitada por valor de un millón de euros, y el llamado Programa Reviure, dotado con medio millón de euros. Ambos con el propósito de aumentar la oferta de alquiler en la ciudad de València y presionar así los actuales precios a la baja, pero parece que ninguno de los dos ha acabado de despegar del todo.
Así, el Programa Reviure ha tenido ofertas suficientes para adjudicar 340.000 euros de los 500.000 con los que contaba este ejercicio. La idea pasaba por dar ayudas a propietarios de viviendas para reformarlas con la condición de que, más tarde, las sacaran al mercado de alquiler con precios asequibles. Las ayudas ascendían como máximo a 20.000 euros por vivienda, de manera que con todo el presupuesto se quería dar cobertura a unas 25 viviendas de toda la ciudad como mínimo.
Una cifra que, si bien podría parecer conservadora -hay unos 57.000 pisos vacíos en toda València-, ha acabado por ser un techo demasiado elevado: el departamento de Vivienda sólo ha recibido ofertas para 17 inmuebles, como publicó la Cadena Ser, lo que hace un sumatorio de 340.000 euros. Los 160.000 restantes se quedarán en el consistorio y se dedicarán a otros menesteres.
Tras recibir el visto bueno de los técnicos municipales, las viviendas serán adjudicadas a inquilinos seleccionadas por el consistorio mediante una bolsa que se publicará en breve. Eso sí, el precio del alquiler será de entre 247 euros al mes -los más económicos- a 640 euros al mes -los más caros-. Tres viviendas superan los 600 euros y son pisos de más de un centenar de metros cuadrados
Preguntadas fuentes municipales sobre la falta de ofertas, aluden a que el plazo con el que se ha desarrollado el programa, de apenas varios meses, podría haber resultado escaso, y aseguran que el próximo ejercicio el programa volverá a convocarse con el mismo montante, medio millón de euros, esperando que a la segunda se consigan suficientes ofertas para poder emplear todo el presupuesto.
Como publicó este diario, la concejalía de Lozano tenía la intención de que a este programa se sumaran también propietarios de viviendas turísticas, especialmente ahora que las restricciones por la pandemia de coronavirus han diezmado la llegada de turistas al Cap i Casal. Si bien no parece que haya habido mucho éxito por el momento, Lozano insistió este miércoles y dijo que ya se ha puesto en contacto con pisos turísticos para "intentar reconducir parte del alquiler vacacional hacia el Programa Reviure".
Lo hizo especialmente tras conocer los resultados de un informe reciente impulsado desde la Fundación Las Naves y la Càtedra d’Economia Col·laborativa i Transformació Digital de la Universitat de València, adelantado por Valencia Plaza, según el cual unos 2.700 pisos habrían virado del alquiler turístico al residencial en los últimos años con la explosión de plataformas digitales como Airbnb.
Lozano cree que "la falta de turismo causado por la pandemia es una oportunidad para equilibrar el mercado del alquiler residencial el del alquiler turístico", dado que hay gente "con dificultades para acceder al alquiler residencial y a tener una vivienda en condiciones dignas". La covid-19 es, para la concejala, una "oportunidad para replantear el modelo".
El otro programa impulsado desde el departamento de Vivienda era el de compra de vivienda pública por valor de un millón de euros. Se trataba de adquirir pisos para, a continuación, dedicarlos a viviendas de protección pública o de alquiler asequible. El concurso público, sin embargo, sólo recibió dos ofertas, que ahora deberán pasar el filtro de los técnicos municipales antes de aprobar definitivamente la compra.
La escasez de ofertas ha obligado al consistorio a acudir a agencias inmobiliarias para la adquisición de vivienda, de las que se han recibido medio centenar de ofertas. En este caso, el dinero que sobre del concurso se sumará a la partida presupuestada para el ejercicio que viene.