Están los que auguran una caída inminente y los que ven que el funambulista sigue caminando como apuntan los gestores del fondo de inversión Rentamarkets Narval
MADRID. En 2019 el mercado americano volvió a romper máximos históricos en uno de los mercados alcistas más controvertidos de la historia. Esta desconfianza está causada, principalmente, por el crecimiento anémico y por las incógnitas monetarias cuya cronificación han creado una sensación de fragilidad sistémica generalizada. Es fácil señalar los desequilibrios, tanto los viejos no solucionados como los nuevos que han ido apareciendo. Pero el mercado, al menos por el momento, ha sido capaz de enfrentarse a ellos y de seguir avanzado sobre lo que para muchos es una cuerda floja.
Los inversores se dividen entre los que auguran una caída inminente y los que ven que el funambulista, a pesar de todo, sigue caminando. Si reconocemos que en una economía de mercado siempre hay riesgos y oportunidades, ambas posturas son realistas y razonables. No podemos, por tanto, caer en un miedo paralizante ante los riesgos, ni ceder a la euforia por las oportunidades. Al invertir a largo plazo da igual el entorno: optamos siempre por una gestión prudente, centrada en aprovechar las oportunidades y consciente, al mismo tiempo, de los riesgos.
Los grandes dos temas de 2019 fueron la 'guerra comercial' y el Brexit. La guerra comercial cerró su Fase 1 con una victoria de Estados Unidos. De este acuerdo, las empresas estadounidenses saldrán reforzadas a costa de las chinas y de las europeas. Lógicamente, el mercado norteamericano lo ha celebrado con subidas. Además, la existencia de una Fase 1 augura una sucesión de fases que, bien llevadas, serán capaces de alimentar un flujo de noticias positivo que siga armando este mercado alcista.
Dicho esto, la relación entre Estados Unidos y China es la lucha por la hegemonía mundial en términos políticos, económicos y culturales. La fricción entre ambas continuará durante las próximas décadas, alternando periodos de más tensión con otros de menos. Parece que ahora estamos iniciando un periodo de cierta entente. ¿Cuándo acabará? Cuando una de las partes estime que obtendrá más beneficio mediante el conflicto. Tratar de predecir el momento exacto es inútil. Basta con entender que ahora están entrando en una etapa de menor tensión y que esta etapa no será eterna.
En el momento actual es más preocupante la relación comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea (UE). Los aranceles entre los dos bloques siguen siendo más altos por el lado europeo. Estados Unidos podría presionar a la UE para que los baje, de la misma forma que hizo con China. El sector del automóvil se perfila como el campo de batalla principal y sus cotizaciones ya están recogiendo esta amenaza. Aun así, no creemos que la tensión llegue al nivel que alcanzó con China por dos motivos: la UE representa una amenaza menor y, además, tiene mucha menos capacidad para enfangarse en una guerra comercial larga. Esto apunta a una rápida victoria de Estados Unidos, aunque en los sectores más amenazados por este posible giro comercial las consecuencias podrían ser severas.
La cuestión del Brexit es especialmente interesante. Primero, porque responde coherentemente con la desconfianza histórica entre Reino Unido y la potencia hegemónica continental, ya sea España, Francia, Alemania o la Unión Europea. Segundo, porque Reino Unido puede jugar un papel relevante ante cualquier pulso político o económico entre Estados Unidos y UE.
No pensamos que la firma del Brexit implique también la firma de la sentencia de muerte de Reino Unido. Al contrario, creemos que abre un nuevo abanico de posibilidades estratégicas para los británicos. Como dijo Churchill en el Congreso de Estados Unidos en 1941, Reino Unido vuelve a ser, hoy, el amo de su propio destino. Sabemos que hay gente en el continente que no está de acuerdo con esta afirmación, pero también somos conscientes de que hay gente en la isla que hará todo lo posible para que así sea.
Respecto a los riesgos geopolíticos, baste decir que cuando provocan caídas en los mercados suelen ser buenas oportunidades de compra. Lo mismo ocurre con las pandemias y con los desastres naturales. "Compra con los cañones", decía Rothschild. No sabemos qué deparará 2020 exactamente. La rivalidad entre Estados Unidos y China, especialmente tensa desde el affaire canadiense de Huawei4, estará presente de una u otra forma. Veremos que la política comercial de Estados Unidos, su relación con Reino Unido y con la Unión Europea, y su posición de primera potencia militar se entremezclarán con la retórica y el cálculo electoral. Su impacto en el mercado es impredecible.
Lo que es indudable es que 2020 traerá́ riesgos y oportunidades. Como en cualquier campo de batalla, para sobrevivir a los primeros es necesario actuar con prudencia, nunca con miedo. Para aprovechar los segundos se necesita determinación y temple, nunca obstinación ni temeridad. Invertir va de ganar y para ganar hay que sobrevivir. Este es el enfoque del fondo Narval de Rentamarkets.
José María Díaz Vallejo y Juan Díaz-Jove son gestores del fondo de renta variable Rentamarkets Narval