VALÈNCIA (VP). Javier Gomá, filósofo, dramaturgo y director de la Fundación Juan March, clausuró este jueves el XXXII Seminario Permanente de Ética Económica y Empresarial de Étnor que en la edición 2022-2023 ha llevado por título “Valores humanistas para el siglo XXI: un reto también para las empresas”
Adela Cortina, directora académica de Étnor, ha introducido al ponente en un acto celebrado en el Jardín Botánico de Valencia y con la participación de la rectora de la Universitat de València, Mavi Mestre y del President de la Generalitat Ximo Puig.
En su conferencia “¿Rentabilidad o dignidad? En qué valores educar a profesionales y ciudadanos” Gomá se ha referido al doble fin de la educación: la formación de profesionales y de ciudadanos, es decir “enseñar al niño a ser útil a la sociedad y despertarle un sentimiento”. O dicho figuradamente: “suministrar al niño un manto en el que envolver su desnudez y un mapa con el que orientarse por los laberintos del mundo”.
La vida no se regala, hay que ganársela, y el mejor medio es dominar un oficio, ser un buen profesional. El mundo nos obliga a alienarnos con un oficio, explica Gomá “a perder parcialmente la vida, pero solo para ganar” ya que, desde que se conserva testimonio literario, “la sociedad ha reconocido la función que ha cumplido y cumple el oficio: satisfacer una necesidad social”. Por ello, los programas formativos se ocupan de la formación de buenos profesionales que, con su oficio, puedan ganarse la vida.
Ahora bien, contar con buenos profesionales no es lo más importante, “antes que ser profesionales está el ser ciudadanos” y es ciudadano “quien ha despertado al sentimiento de su propia dignidad”. Por ello, los programas formativos en disciplinas prácticas deben completarse con otras ajenas a la productividad en el mercado que despierten “el sentimiento de la dignidad propia y ajena y que inculquen el respeto por uno mismo y los demás”. Esta es la razón de las humanidades: formar ciudadanos.
Es con el auge de las democracias en el siglo XX cuando la dignidad se democratiza, todas las personas la poseen, aunque “nadie la había echado de menos en milenios anteriores y que en muchas regiones del planeta sigue ignorándose”, apunta Gomá. Este proceso de generalización de la dignidad es “un costoso aprendizaje colectivo, una lección no escrita”, y es “una verdad moral que se ha impuesto” y que tiene como máxima “vive tu vida conforme a la excelencia de la que eres portador”.
El profesional y el ciudadano están sometidos a cierta tensión, nunca se integran del todo, y esta tensión es muy visible en el mercado, fuente de riqueza, bienestar y justicia social de los países. Sin embargo, explica Gomá, “el mercado está expuesto a un peligro relacionado con las leyes de la economía, y es que tiende por ley al lucro infinito. “Si no se ofrece una fuerte resistencia a ese dinamismo natural del mercado, el ciudadano no recibe el respeto que merece, es tratado como una cosa.
Sin embargo, la sociedad la forman personas capaces de oponerse, en nombre de la dignidad, a las “inmunidades del poder”. “No hay contrapoder comparable al de una ciudadanía ilustrada que ha asimilado a fondo su doble educación”, concluye Gomá.
En su bienvenida como anfitriona, la rectora de la UV Mavi Mestre ha reconocido el trabajo de Étnor en defensa de los principios y valores que caracterizan “la etapa democrática más larga y avanzada de nuestra historia, pero no exenta de amenazas, la democracia no es irreversible”, advierte. La rectora de la UV considera que la defensa de los derechos humanos, la protección de los débiles y los imperativos éticos deben protegerse, “más en tiempo de zozobra”. Estos principios son, en su opinión “la guía para avanzar como sociedades justas, promotoras de la tolerancia y la equidad y defensoras de los más débiles”.
Palabras de reconocimiento a Étnor también del President de la Generalitat: “en tiempos muy difíciles para nuestra reputación ética, Étnor fue un faro que iluminaba el camino correcto,” y se ha mostrado confiado en que sea “un dique para frenar el retroceso ético”. Ximo Puig se ha referido a valores como el respeto, el diálogo y la lealtad y ha asegurado que “nuestra sociedad hoy es mejor”, más concienciada, menos indiferente y más convencida de que “la ética es el capital más rentable”.
En el cierre de la clausura, el presidente de Étnor, Pedro Coca, ha lamentado los ataques “partidistas y de oportunidad” a la dignidad de los empresarios y ha afirmado no compartir “esa manera de hacer política y construir sociedad”. “Defendemos que la empresa ética es un bien público cuya misión va mucho más allá de una cuenta de resultados”, asevera Coca. “Nuestra sociedad necesita buenas empresas y empresarios excelentes para construir una sociedad mejor. Sólo desde la generación sostenible de riqueza -y ese es uno de los cometidos de las empresas, no el único- se puede hacer una sociedad más justa e igualitaria. La dependencia y el subsidio, a largo plazo, acaba trayendo indignidad”, ha concluido Coca.