La reestruccturación, cuya firma está prevista para los próximos días, afecta a filiales de la multinacional como Ibergesfer u Open Futur
VALENCIA. El futuro de la histórica industria valenciana Válvulas Arco parece despejarse. El pull bancario que concentra la deuda de la compañía ha ha dado luz verde a su refinanciación, y lo ha hecho fuera del proyecto Fénix, tal y como solicitaba la empresa. La operación afecta a filiales del grupo como Ibergesfer u Open Futur.
Así lo trasladan a Valencia Plaza fuentes conocedoras de la negociación, que indican que el pacto se ha alcanzado con todos los acreedores para la reestructuración de la deuda de la multinacional valenciana. En estos momentos se ultima la redacción de un acuerdo cuya firma podría tener lugar en los próximos días.
Por el momento no han trascendido los detalles de una operación que permitirá la continuidad de una enseña que ha exportado más de mil millones de sus válvulas por todo el mundo desde que inició su andadura en 1.973, pero que se encontraba asfixiada por un pasivo de entre 90 y 100 millones de euros.
La intención inicial fue acometer el rescate de la compañía a través de Fénix SL, la herramienta impulsada por el Gobierno de España para canalizar las participaciones de la banca en empresas viables pero excesivamente endeudadas. El Ejecutivo logró sumar a este proyecto a los grandes bancos nacionales Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia, Banco Popular y Banco Sabadell, pero en el caso de Válvulas Arco las condiciones planteadas por este fondo no convencieron a la compañía. Tampoco cuajó la vía alternativa que intentó la sociedad: la entrada en su capital del fondo Abac.
La mercantil, sin embargo, finalmente ha logrado por su cuenta convencer a la banca. El proceso ha sido arduo. Como informó este diario, el tira y afloja se concentró en dos aspectos: el control de la mercantil y el valor de sus inmuebles. La sociedad puso sobre la mesa todas sus propiedades inmobiliarias -valoradas en alrededor de 40 millones de euros-, si bien no estaba dispuesta a desprenderse de ellas a cualquier precio.
El pasado mes de octubre buena parte de la banca acreedora ya había aceptado la condición de Válvulas Arco para que el canje de inmuebles por deuda fuera una realidad. Tal condición era que su valoración no cayera por debajo del 70% del precio estimado. Ello implicaba que las propiedades se cifraran, como mínimo, en alrededor de 28 millones de euros.
La negociación se dirigía a que la banca acreedora se hiciera con un máximo del 30% de la sociedad, cumpliendo así el deseo de esta de conservar la mayoría accionarial. Para materializar esta vía se contemplaban fórmulas como la entrada de las entidades bancarias en el capital de Válvulas Arco a través de préstamos participativos.
La industria, tras rechazar su rescate en el marco del proyecto Fénix y no lograr un acuerdo con Abac para la entrada del fondo en su capital, vuelve a negociar la reestructuración de su deuda directamente con sus acreedores