VALÈNCIA. (EFE) La CEV pide esfuerzos adicionales para acelerar el proceso de vacunación, ampliar los ERTE más allá del 31 de mayo, ayudas a la solvencia empresarial y una política fiscal de apoyo a los agentes económicos, después de constatarse que hasta el momento la recuperación ha sido frágil y asimétrica en la Comunitat Valenciana.
Así lo recoge el Informe de Coyuntura y Perspectivas Económicas de la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana de mayo de 2021, que señala que la ralentización iniciada en el cuarto trimestre de 2020 se acrecentó entre enero y abril de este año debido a las nuevas restricciones a la actividad y movilidad implantadas tras el periodo navideño y el surgimiento de una cuarta ola.
La recuperación de la economía con mayores grados de solidez y con una contribución más homogénea del conjunto de las ramas productivas estará "muy condicionada" por la evolución de la situación sanitaria y de los avances en la vacunación, así como por el número de agentes económicos –empresas, autónomos y trabajadores- que resistan y se mantengan activos en esta última fase de la crisis.
La CEV afirma que el sector turístico no puede perder otro verano y por eso es "imperativo" acelerar el proceso de vacunación, y también reclama que los ERTE se amplíen más allá del 31 de mayo "en consonancia con la situación real de las empresas".
Defiende que las ayudas directas deben incidir no solo sobre la liquidez, sino también sobre la solvencia de las empresas y autónomos con viabilidad real, y que deben ser ampliadas en cantidades, implementadas de forma rápida y ágil y sostenerse durante el tiempo necesario para afianzar la recuperación, y que las pymes reciban fondos del Plan Next Generation EU.
Sobre las reformas económicas, opina que deben consensuarse con criterio e implementarse en el plazo más breve posible, y la política fiscal debe ir dirigida también a apoyar a los agentes económicos generadores de empleo y a incentivar su competitividad, y no es momento de subir la presión fiscal.
Por sectores, el primario, pese a ser el único que registró en 2020 un avance, sigue presentando un panorama desfavorable pues, excepto los cítricos, la mayoría de los cultivos y cabañas ganaderas sigue atravesando problemas de comercialización, falta de rentabilidad y descapitalización en sus explotaciones.
El sector industrial ha vuelto a descender a nivel agregado en los primeros meses del año y presenta una evolución no homogénea, que es mejor en azulejos, actividades extractivas y refino, energía y agua, y productos minerales no metálicos, y peor en cuero y calzado, material y equipo eléctrico, electrónico, informático y óptico, maquinaria y equipo y material de transporte.
La construcción sigue gravemente afectada por los efectos de la pandemia, así como los servicios, con un desplome de la cifra de negocios de la hostelería, y el comercio.
En cuanto a comercio internacional, en enero y febrero las exportaciones siguen siendo inferiores a las del año anterior, pero la diferencia es menos aguda que en trimestres anteriores y el saldo comercial ha mejorado.
Durante el primer trimestre, el número de personas en situación de paro registrado ha subido en 9.560 personas y el número de ocupados, según la EPA, bajó en 40.200 personas. El análisis completo del mercado laboral debe incluir a las 81.892 personas que a 31 de marzo seguían sujetas a un ERTE, según señala el informe.
En 2020 se destruyó tejido empresarial, con cierres de empresas y bajas de autónomos en todas las ramas productivas, y durante el primer trimestre de 2021 el número de empresas inscritas a la Seguridad Social descendió en tasa trimestral, aunque supuso un avance en tasa anual.
La CEV ve difícil aventurar previsiones para los próximos meses dada la compleja situación de las empresas y la repercusión dispar según su tamaño, rama productiva y ubicación geográfica.