VALÈNCIA. La Diputació de València ha tomado la iniciativa para ayudar a los municipios de la provincia, en especial los de menos de 5.000 habitantes, a disponer de planes de actuación contra los efectos de la gota fría y las inundaciones. Los técnicos provinciales han comenzado a redactar estos planes que han arrancado en Albalat de la Ribera, como experiencia piloto, y que pretenden llegar a otros municipios que carecen de medios para desarrollarlos.
La diputada de Asesoramiento Municipal, Conxa García, ha entregado este proyecto piloto al Ayuntamiento de Albalat de la Ribera, con el nombre de Plan de Actuación Municipal frente al riesgo de inundaciones, un documento que estudia específicamente la problemática y las afecciones particulares de esta localidad de la Ribera Baixa que, al encontrarse a orillas del río Xúquer, es considerada una zona de alto riesgo.
Este trabajo específico viene a completar el Plan de Acción Territorial de carácter sectorial sobre prevención del Riesgo de Inundación en la Comunitat elaborado por la Generalitat. En este sentido, Vicent Navarro, jefe de sección de Asistencia Técnica de la Diputació y encargado de elaborar el plan de Albalat, ha destacado que es “necesario que las poblaciones con un riesgo de inundación alto hagan un trabajo específico de las actuaciones que, desde los propios medios de cada localidad, deben realizar cuando se da una emergencia o premergencia”.
La diputada de Asesoramiento Municipal ha recalcado la importancia de este documento técnico adaptado a las necesidades del municipio porque, si bien es cierto que ya hay planes generales que abarcan más poblaciones, al final “cada localidad tiene su idiosincrasia”. Por su parte, el alcalde, Felip Hernandis, ha agradecido la ayuda de la Diputació y se ha mostrado muy contento porque gracias a este plan Albalat de la Ribera “está más controlada” frente al riesgo de inundaciones.
Los problemas que tiene Albalat cada vez que se produce un episodio de fuertes lluvias los conocen bien Leonardo Martínez Rodríguez, agente de la Policia Local, y Miguel Marín, encargado de mantenimiento del consistorio. Martínez considera que concretar el plan de emergencias “es lo mejor”, más allá del genérico de la Generalitat, y poder así contar con “más medios de seguridad para controlar el agua”.
Por otro lado, el operario del ayuntamiento señala que este plan “da tranquilidad a todos”, porque el riesgo de inundación puede surgir en cualquier momento y hay que estar preparados. “Tenemos el recuerdo de las riadas del 82 y el 87, y por suerte no hemos tenido ningún problema desde entonces, pero nunca se sabe”, ha declarado.
La problemática principal de Albalat de la Ribera es el nivel del río Xúquer, que debe estar controlado en todo momento durante las lluvias. En caso de emergencia será el alcalde quien deberá tomar la decisión de llevar a cabo las líneas de actuación incluidas en el Plan de Actuación Municipal frente al riesgo de inundaciones.
Unas de las primeras medidas, en caso de que el nivel del agua continuara subiendo, sería cortar con unas vallas la calle del Riu, uno de los puntos críticos al encontrarse muy cerca del Xúquer, para evitar que el agua entre dentro de la población.
La segunda problemática es la Acequia Real del Xúquer, una parte de la cual atraviesa la mota de protección y entra dentro del pueblo. Si el agua sube, ésta entraría por la acequia y de ahí llegaría a la población. Para evitarlo, el alcalde puede dar la orden y llamar al celador de la acequia para que ponga las compuertas de la misma.
Entre las múltiples medidas que incluye el plan, también destaca el papel de la policía local, que deberá cortar, en caso de necesidad, diversos caminos del término municipal que discurren hacia el norte, considerada zona inundable. El objetivo, evitar que cualquier persona pueda coger el coche y llegar a una zona inundada y quedarse atrapada.
Completado el proyecto para prevenir los riesgos de las inundaciones en Albalat de la Ribera, éste tendrá continuidad en otros municipios. El próximo que se beneficiará de la iniciativa de la Diputació será Benicull de Xúquer, también en la Ribera Baixa.
El pasado domingo se cumplieron tres cuartos de siglo de la mañana en que Castelló descubrió las trágicas consecuencias de una tromba de agua que la víspera anegó los barrios del norte de la ciudad, en una jornada que dejó al menos 12 víctimas mortales, la gran mayoría de corta edad. La catástrofe marcó a toda una generación de castellonenses
