La organización internacional advirtió de que su logo ha sido utilizado en publicaciones en las que, además, aparecen "personas que no pertenecen ni representan a dicha Organización". El presidente del Centro Unesco Valencia asegura que es "un malentendido" y ha presentado un 'testimonio de descargo' al respecto
VALENCIA. El Centro Unesco Valencia Mediterráneo recibió el pasado 19 de octubre de 2016 una carta que reprende al grupo local por el uso indebido de la marca Unesco en una serie de eventos y publicaciones, además de atribuir a miembros del grupo valenciano el 'cargo' de "Representantes de la Unesco" en una publicación del mismo año. La carta a la que ha tenido acceso este diario tiene el sello del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación donde se integra la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid) y está firmada por el Secretario General de la Comisión Nacional Española de la Unesco, Juan María Alzina de Aguilar.
La misiva hace alusión "a una serie de puntos que 'me' preocupan especialmente y para los que solicito su total colaboración", dice Alzina de Aguilar, todos ellos relacionados con la apropiación no autorizada del logo Unesco además de la aparición en las páginas de una publicación de "representantes de la Unesco que no pertenecen". Esa publicación es el libro Valencia Ciudad de la Seda, la Multaqa, la Seda y la Paz, en la que aparecen nombres de "miembros del Centro Unesco Valencia -Mediterráneo" [página 11] que "no representan a dicha Organización". En referencia a ese título concreto, la carta apunta a que, "en su conjunto, induce a confusión, porque presenta al Centro de Valencia como si fuera una Oficina de la propia Unesco".
Esos nombres son los de los las personas que durante el pasado año trabajaron en torno a la 2ª Reunión de la Plataforma Internacional de la Ruta de la Seda celebrada en el mes de junio, además de en los actos previos y posteriores que confluyeron y se derivaron de tal encuentro. Por ese mismo motivo, el presidente del Centro Unesco Valencia - Mediterráneo, José Manuel Gironés, excusa en declaraciones a este diario no solo esta sino cada una de las reclamaciones que se hacen en la carta. Lo hizo también en un 'Testimonio de descargo y solicitud de amparo' del que Unesco en Madrid tiene registro, pero del que no ha dado respuesta. En esa solicitud, Gironés alega que el uso del logo en la proyección del audiovisual 'Valencia, Ciudad de la Seda' "fue porque esta proyección es el resumen de lo que realizamos en junio y pertenece a la misma actividad a la que fuimos autorizados, no es una diferente". En este caso, la queja de Unesco, siempre extraída de la misma carta, es por el uso del logo para la invitación de lo que sería aquella proyección y resumen de lo acontecido.
No obstante, el 'Testimonio de descargo' no hace alusión al libro donde aparecen los cargos no reconocidos por la Unesco. Tampoco hay alusión alguna al uso de la marca que se concedió el 31 de mayo de 2015 "para las celebraciones de la XII Multaqa de las Culturas y Segundo Encuentro Mundial Programa Unesco Ruta de la Seda". En aquel comunicado que confirma la colaboración de Unesco internacional con el centro valenciano se marcan unos datos que, a ojos de los responsables de la Comisión Nacional Española de la Unesco, son fundamentales: ese encuentro "tendrá lugar los días 9 a 12 de junio de 2016". Carmen Pinar, secretaria general adjunta de la organización en España, confirmó a Valencia Plaza la existencia de esta carta de desautorización y puntualizó que los acuerdos "siempre tienen una fecha determinada de uso".
Pinar aseguró a este diario que el caso de Valencia no es precisamente único en el mal uso de las marcas de Unesco ya que "nos estamos refiriendo a asociaciones de voluntarios, centros totalmente independientes con los que se puede desarrollar una actividad puntual". Si bien admite que cada vez se ha vuelto "más activa la evaluación del uso de estos logos por parte de centros con los que se colabora", su autoridad como enlace de la organización internacional "nos hace estar pendientes de cuando se hace uso de la marca de manera desproporcionada, como ha sido el caso". Aunque es sabedora del "uso del prestigio de Unesco en todos los casos", distingue que en la carta no se hace ninguna valoración sobre si ese uso ha tenido "mala fe o buena fe, lo que sí es cierto es que se han publicado cosas que no deberían aparecer". Preguntada por la particularidad de que la entidad valenciana lleve el nombre de Centro Unesco Valencia - Mediterráneo, admite que "actualmente ya no es posible ponerle a este tipo de clubs o asociaciones el nombre Unesco, pero con los que ya tenían la denominación la única manera de corregirlo sería por la vía judicial "y la organización no tiene ni recursos ni voluntad de dedicarse a ello".
Gironés defiende al Centro Unesco Valencia -Mediterráneo y asegura que la carta "tan solo es un apercibimiento" que además tiene como respuesta "nuestro 'Testimonio de descargo'". Un documento de amparo que también hace alusión a "protestas diplomáticas" sobre supuestos infringimientos de las "normas básicas de protocolo y/o cortesía social" hechas en la sede de Unesco internacional por diplomáticos internacionales, pero de las que este diario no ha tenido conocimiento formal más allá de la alusión detallada del propio presidente del grupo valenciano que, además, solicitó "amparo" a "Teresa Lizarazu Perinat", embajadora delegada permanente de España ante la Unesco "para restitución del crédito de nuestro equipo de trabajo".
Más allá de esas desaprobaciones, lo cierto es que coincidiendo con la llegada de la carta arriba descrita [con fecha 19 de octubre de 2016] el miembro del grupo y, desde junio de 2016, presidente Internacional de la Plataforma Ruta de la Seda decidió "romper relaciones". José María Chiquillo, focal point en España de la organización, decidió desvincularse "permanentemente" tras haber presentado una "petición de cuentas en marzo de 2016. "En octubre, al estar en copia en esta carta y llevar seis meses sin respuesta sobre mi petición, decidí dejar el grupo", detalla a Valencia Plaza.
Chiquillo ha explicado también a este diario que "en virtud de la ley española y la valenciana de transparencia, siempre y teniendo en cuenta que es un centro privado que recibe fondos públicos [160.000 euros en 2016; 100.000 en 2017 de la Agència Valenciana de Turisme, según Presupuestos Generales de la Generalitat], necesitábamos que se facilitara las entradas de capital y los gastos". Gironés niega el desconocimiento de las cuentas por parte de quien las ha requerido, además de concretar que ha tenido que pedir un crédito a su nombre para asumir gastos "mientras la Administración paga". El presidente del Centro Unesco Valencia asegura que la salida de Chiquillo se debe a desavenencias más bien "personales" o relacionadas "con el uso de un despacho en la sede".
Lo cierto es que Chiquillo ha encadenado distintas actividades como representante de la Unesco "ya que, orgánicamente", rinde cuentas a Madrid y a París. Con esa independencia y como representante de la organización internacional directo, en los últimos meses ha realizado congresos, exposiciones y charlas con le Instituto Confucio y la Universitat de València o con el propio Ministerio de Educación, Cultura y Deporte en colaboración con el Museo Nacional González Martí. También está relacionado con proyectos inmediatos con el Colegio Mayor de la Seda. Las acciones evidencian que el que hasta junio de 2018 será presidente internacional de la Plataforma Ruta de la Seda ha mantenido cierta actividad vinculada a la marca Unesco, pero ya desvinculado "del todo" del Centro Unesco Valencia. Actividades que, recalca a este diario, "siempre parten de la financiación público privada.
Gironés, sorprendido por la posición de Chiquillo y que asegura haber asistido a algunas de esas actividades arriba citadas, le califica como "una secuoya gigante de vanidad". Así se refiere al entender que el también diputado valenciano en el Congreso "nunca tiene suficiente" y ha querido desmarcarse del grupo local una vez conseguida su posición dentro de la Plataforma Ruta de la Seda. Lo cierto es que Chiquillo no ha sido el único en abandonar la agrupación durante el pasado curso: Alejandro Noguera, vicepresidente del Centro Unesco Valencia Mediterráneo, dimitió "el pasado 11 de julio", cuando se le pidió "que diera validez a las cuentas" pero estas no se le habían enviado "con suficiente antelación y forma".
Tanto Noguera como Chiquillo coinciden en la expresión "sospechas sobre la gestión", aunque el que fuera vicepresidente matiza: "no vi nada que fuera ilegal, pero tampoco vi que la gestión fuera rigurosa". Noguera pidió "sistemáticamente que se leyeran las actas antes de cada junta que, por otro lado, eran de convocatoria arbitraria". Noguera, que participa como empresario en distintas juntas a lo largo del año y lo ha hecho durante buena parte de su vida, destaca que "nunca" se leyeron esas actas ni tuvo acceso a las cuentas reclamadas. El también desvinculado del grupo hizo una petición de información vía correo electrónico sobre las cuentas en octubre de 2015 motivado por "posibles deudas del pasado que pudieran lastrar la gestión actual" y por que "la declaración de la entidad como utilidad pública tenga errores". En aquella carta, no mucho después de su incorporación al grupo, decía: "entiendo que pasamos aperturas económicas pero si nuestros esfuerzos de financiación llegan a buenos fines sería bueno realizar una auditoría para saber donde estamos con respecto al pasado".
En febrero de 2016, Noguera volvió a enviar otro correo electrónico pidiendo acceso a las cuentas "que nunca fue contestado", al igual que el registrado por Chiquillo un mes después y que sirvió como "detonante" para que causara baja el pasado otoño. Gironés asegura que esos requerimientos no le constan y advierte de que, en el caso de los correos electrónicos, "no es una fórmula válida como para ese tipo de reclamaciones". Ante las dudas que estas dos salidas pudieran acarrear sobre la gestión, el presidente del Centro Unesco Valencia - Mediterráneo destaca que este mismo lunes la oficina recibió una carta de la Agència Valenciana de Turisme, de cuya financiación ya se han dado cifras en este artículo. En ese carta, siempre según Gironés, se "agradece y celebra la excelente organización de la Reunión de la Plataforma Internacional de la Ruta de la Seda del mes de junio. De hecho, nos emplazan para iniciar la actividad de este 2017".
El respaldo al Centro Unesco Valencia - Mediterráneo no es solo de esta subestructura autonómica, sino que además cuenta con el hito de ser la primera organización en recibir el apoyo unánime de las actuales Corts Valencianes. El 22 de julio de 2015, este grupo era refrendado por la Declaración Institucional con motivo de la Ruta Occidental de la Seda. En tres puntos Les Corts manifestaban su apoyo "con objeto de declarar Valencia Ciudad de la Seda 2016, Estrategia de la Comunidad Valenciana en la Ruta de la Seda 2016-2020". La cámara de representantes y sus cinco firmas instaron "al Consell para establecer las partidas presupuestarias oportunas para llevarlo a cabo a través del Centro Unesco Valencia - Mediterráneo". De ahí, su partida de la AVT refrendada para 2017 aunque, según Gironés, rebajada de 160 a 100.000 euros.