VALÈNCIA. La cadena de supermercados Mercadona anunció este miércoles que dejará de fabrica pan, única categoría de productos que fabrica de forma propia desde hace más de 30 años, a través de la empresa Forvasa, que tiene líneas de panificación en varios centros logísticos repartidos por toda España. Según explicó la empresa que preside Juan Roig, el objetivo de esta medida es "reforzar" la calidad de su categoría de pan y "optimizar" los procesos de fabricación para generar una "mayor eficiencia y rentabilidad".
De este modo, Mercadona reforzará su colaboración con proveedores especialistas locales en esta categoría, como en el resto del surtido, para seguir ofreciendo a los clientes "la máxima calidad al precio más bajo posible", según anunció en el comunicado.
Esta decisión se toma tras haber iniciado en 2018 un proyecto piloto con la colaboración de varios proveedores especialistas que asumieron, inicialmente, la producción de más de 20 millones de kilos al año de pan, concretamente de especialidades como el de leche, pulguitas o integrales. Precisamente, en junio de ese año, un incendio destruyó la principal y más antigua planta panificadora de Forvasa, situada en la localidad valenciana de Puçol.
Tras esta prueba inicial, la compañía ha incorporado paulatinamente a más proveedores locales a la estrategia, como por ejemplo Valero, que elabora el 'pan payés' en Cataluña desde 2021 o PandeCan, que fabrica pan de millo y matalahúva en Canarias desde principios de 2022, o Mondat, proveedor andaluz, que elabora el 'bocadillo integral' desde hace unos meses.
Todos ellos han contribuido, gracias a su conocimiento "más profundo" del proceso y a una mejor gestión de las materias primas, a impulsar la competitividad de esta categoría.
Mercadona, que actualmente cuenta con 20 líneas de pan ubicadas en ocho de sus bloques logísticos, seguirá sustituyendo progresivamente su producción propia de pan hasta finalizar con la implantación de los nuevos proveedores especialistas.
La medida, no obstante, no afectará "en ningún caso" a las 650 personas de la plantilla que actualmente trabajan en las líneas de panificación, que se irán reubicando conforme se vaya implementando la estrategia. La compañía ya ha informado de la decisión a la representación legal de las trabajadoras y trabajadores.
Este movimiento también implicará "liberar" espacio en los bloques logísticos, lo que conllevará un "importante incremento de eficiencia y productividad, y les permitirá centrarse en sus actividades ordinarias de recepción, almacenaje y expedición de productos".
Según Ariana González, directora general de fabricación de pan, "en 2018 optamos por buscar alternativas a la producción propia de pan, única categoría de cuya elaboración se encargaba la compañía, para apostar, como en el resto del surtido, por proveedores especialistas".
Ahora, "tras casi cuatro años de trabajo y colaboración conjunta que han servido para analizar y mejorar esta estrategia, confirmamos las mejoras de calidad y eficiencia previstas", señala González, y por ello han decidido "dar continuidad a este proyecto en toda la cadena con el cierre gradual de todas las líneas de pan; lo que nos permitirá reforzar nuestro papel de prescriptores y centrarnos en lo que mejor sabemos hacer: ofrecer un surtido eficaz de la máxima calidad y al precio más bajo posible".