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BARCELONA (EP). La escritora alicantina afincada en Barcelona Isabel-Clara Simó, que en 2017 ganó el 49 Premi d'Honor de les Lletres Catalanes, ha canalizado con su obra escrita a lo largo de 40 años reivindicaciones relacionadas con la libertad y la situación de las mujeres. Simó ha fallecido este lunes a los 76 años.
Simó (Alcoi, 1943), que cultivó novela, poesía, ensayo, periodismo, guiones de radio y televisión y teatro, se licenció en Filosofía en la Universitat de València (1965), donde se vinculó con los primeros grupos nacionalistas bajo la maestría de Joan Fuster, y de 1972 a 1983 dirigió la revista 'Canigó', desde donde trabajó para dar voz a jóvenes escritores.
En 1978 inició su trayectoria literaria con la concesión del Premi Víctor Català por el libro 'És quan miro que hi veig clar' (1979), y después publicó 'Alcoi-Nova York' (1985), 'Històries perverses' (1992) --galardonado con el premi Crítica Serra d'Or-- y que continuó con 'Perfils cruels' (1995).
Después publicó 'Dones' (1997), que fue llevada al cine con guión de Jordi Cadena y dirección de Judith Colell, y después de este éxito exploró el universo masculino en 'Estimats homes (una caricatura)'; su última novela, 'Jonàs' fue publicada el año pasado.
La galardonada, viuda del fundador de 'Canigó', Xavier Dalfó, decía en la concesión del Premi d'Honor de les Lletres Catalanes en 2017: "Siempre he sentido que yo he amado locamente a los Països Catalans y no era correspondida: ahora tengo el reconocimiento de que el amor es mutuo".
Preguntada por esta cuestión, lamentaba que su escritura ha sido objeto de burlas y tópicos: "He dado la imagen, por ser mujer y mayor, que escribo historias de amor para 'tietes' (señoras mayores), que escribo para mujeres, desde interiores, y me he sentido rechazada muchas veces".
Igualmente, resaltaba que las críticas no la hicieron abandonar y aseguraba que de cada bofetada sacaba un poco más de impulso: "No me he sentido amada a menudo", decía la autora, que veía el Premi d'Honor de Òmnium como 'Nobel catalán' y un acto de amor completo que la dejaba desarmada y absorta.
"La literatura no es una terapia, no sirve para nada. Es una obra de arte. No es útil: si queréis cosas útiles, id a la a la ferretería. La literatura es un instrumento de pensar y de sentir. No es útil", aseveraba la galardonada, que se defenía como una 'poetastra' por su torpeza en sus inicios en la poesía.
Interpelada por las dificultades que vivió el catalán durante el franquismo, aseguraba: "Soy una independentista con muchas ganas de dejar de serlo".
"Soy independentista de los Països Catalans, pero no soy antiespañola, no odio a España: quiero que seamos buenos vecinos y que el país tenga mezclas", decía, y se definía como una mezcla de tradiciones que ha visto algo genéticamente bueno y culturalmente espléndido.