VALÈNCIA. Los vecinos de la Saïdia tienen miedo de que el barrio "se convierta en Magaluf", el archiconocido barrio de Mallorca trasladado a la capital valenciana. Y es que, recientemente se ha conocido la implantación de dos proyectos que, según las personas que residen en el entorno, podrían cambiar por completo no solo la fisionomía sino también la actividad general del vecindario: por una parte, un macrohotel con 595 habitaciones y, por la otra, una residencia de estudiantes que pone el foco principal sobre la oferta Erasmus.
En resumen, dos aspiraciones que para los vecinos pueden "incentivar el turismo de borrachera" y al mismo tiempo atraer el modelo más "agresivo" de las visitas extranjeras, lo que a su juicio acabará por romper la convivencia y también el funcionamiento tradicional de la zona: un conjunto "obrero" de personas que se conocen "de toda la vida". En definitiva, las agrupaciones de oponen a "cualquier modelo que suponga la explotación del barrio".
Concretamente, creen que la atracción de turistas sobre un entorno tradicionalmente trabajador y residencial puede contribuir a la gentrificación de toda la zona en su conjunto y la expulsión de los vecinos. Muy especialmente en el caso de la residencia de estudiantes, consideran que este modelo puede tener un impacto sobre el aumento de los precios del alquiler, lo que finalmente podría afectar a las personas que viven en el barrio.
Pero, más allá de eso, también aluden a problemas de ruido, de fiestas y de terciariación. Es por ello que han organizado diferentes protestas para defender un modelo más residencial del entorno, que respete a sus habitantes por encima de cualquier otro modelo económico.
Ahora bien, desde la concejalía de Actividades que dirige Lucía Beamud han matizado que ninguno de los dos proyectos ha sido todavía aprobado por el Ayuntamiento, por lo que no son más que aspiraciones de las empresas que los han presentado. A este respecto, exponen que todavía los están estudiando y que, en función de lo que consideren los técnicos, podrían estar sujetos a requerimientos para introducir algunos cambios.
Así, matizan que por el momento aún no hay nada seguro en el barrio de la Saïdia. Pero los vecinos no quieren dejar nada al azar, y por eso se han movilizado incluso teniendo en cuenta que no existe una asociación que los agrupe como tal. Y es que, más allá de los problemas de gentrificación y de turistificación, las propias edificaciones ya suponen un impedimento para algunos de los habitantes de entorno. Por ejemplo, los más próximos al macrohotel creen que levantar un edificio de entre 4 o 5 plantas podría suponer una "cárcel" para las viviendas más cercanas, al tapar tanto la luz como las vistas. Especialmente teniendo en cuenta que en algunos puntos tan solo existirán tres metros de distancia entre las fachadas.
Del mismo modo, también señalan que el barrio debería tener otras prioridades para potenciar su carácter residencial. Como por ejemplo, "garantizar los servicios públicos mínimos que todavía la faltan al entorno". A este respecto, indican que los enclaves en los que se quieren colocar los negocios se podrían dedicar o bien a una escuela de infantil o bien a la ampliación de los servicios sanitarios.
El complejo hotelero fue presentado por el grupo Inversiones Gran Valencia 2005 en junio de este mismo año, y contempla un total de 595 habitaciones repartidas entre cuatro edificios diferentes: tres se explotarán en régimen apartamento-hotelero y el cuarto será exclusivo hotelero. Sea como sea, la parcela ocupa un total de 18.500 metros cuadrados entre las calles Sagunto, San Bruno, Luz Casanova y Padre Urbano. Y, ahora mismo, la superficie la dominan dos naves industriales abandonadas y solares baldíos.
El complejo tendrá en su totalidad la categoría de una estrella, y en el centro se ubicará una plaza con el objetivo de conectar todos los espacios. Del mismo modo, el proyecto también contempla otros servicios como restauración, bar-cafetería y terrazas, oficinas y salas de reuniones y de trabajo. Asimismo, se ha reservado espacio para 94 plazas de parking, muy por encima de lo que obliga la normativa. A este respecto, la cantidad de espacio para vehículos supera incluso a lo exigible para un hotel de cuatro estrellas.
En cuanto a la tramitación de la licencia, el suelo está calificado como uso residencial, aunque en junio de 2020 los promotores obtuvieron un certificado de compatibilidad urbanística para el proyecto. Por su parte, el junio de 2021 salió a exposición pública el informe, para que los vecinos pudieran hacer las alegaciones que consideraran pertinentes, aunque lamentan que por el momento no han sido atendidas.
Así, una de las alegaciones más destacadas es que el complejo, proyectado en edificios de diferentes alturas, se ubica en un entorno dominado por las fincas y las casas bajas. Es por ello que el hotel "significa el estrangulamiento de la luz y del aire para todas las viviendas que conforman la manzana", según consideran los vecinos. Del mismo modo, también presentan dudas sobre si la volumetría del edificio "se ajusta a la normativa".
Otra de las grandes preocupaciones es la del aparcamiento. Y es que, aunque el proyecto ha previsto plazas muy por encima de la normativa que se le puede aplicar a un hotel de una estrella, los vecinos consideran que todavía podría suponer un problema en las calles. A este respecto, creen que la diferencia de habitaciones y la de plazas es demasiado alta, al tratarse de una proporción de más de cinco habitaciones por cada una de ellas. Así, temen no solo el constreñimiento sino las dificultades de tráfico en las horas punta.
Y a todo ello se une, además, la inquietud por todos los problemas que podría traer un hotel en la zona, desde el ruido a altas horas de la noche hasta el cambio de modelo del barrio, que pasaría de residencial a turístico, según lamentan desde las agrupaciones de vecinos. Sea como sea, lo cierto es que la intención de levantar un hotel en la Saïdia revela un interés por extender el negocio más allá de los barrios tradicionalmente considerados turísticos, como el centro de la ciudad o Ruzafa.
Finalmente, los vecinos han lamentado que este no es el único proyecto de "transformación" del barrio que se quiere poner en marcha. Y es que, la concejalía de Actividades también tiene en este momento otras aspiraciones en tramitación. Por ejemplo, y según indican desde el área de Beamud, se está estudiando una residencia de estudiantes entre las calles Ruaya, Pepita, Orihuela y Duato.
Tal y como se refleja en el proyecto presentado, todavía pendiente de aprobación, esta residencia tendría 254 habitaciones y más de 10.000 metros cuadrados. A este respecto, el Ayuntamiento valoró la obra positivamente y destacó que permitiría "reurbanizar un solar que lleva vacío muchos años" y "atraer juventud y sabiduría". Algunas de las instalaciones más destacas del complejo serían la piscina y solarium, habitaciones de estudio, salas de cine o gimnasios.