VALÈNCIA. El desarrollo del futuro Plan de Acción para la Salud Mental sigue en marcha y le llega el turno a los técnicos de Salud Mental de la Conselleria de Sanidad para elaborar el primer borrador basado en el informe técnico redactado tras las convenciones ciudadanas y evaluar así la viabilidad de las medidas expuestas. Sin embargo, ante la posibilidad de un cambio en la formación que dirija la Generalitat, Rafael Tabarés, comisionado para la Salud Mental, tiene un factor presente de cara a la elaboración: "Ir más allá de las siglas y que todos estén confortablemente representados".
Para ello, él mismo ha estado manteniendo reuniones con agentes políticos de interés como lo pueden ser representantes de "Compromís, Podem, Ciudadanos, PP y Vox". A su vez, le transmitió al presidente de Les Corts, Enric Morera, su ofrecimiento a conversar con los síndicos y representantes de Sanidad de las distintas formaciones que conforman el hemiciclo.
Otra de las ideas que pretende materializar el equipo coordinado para el proyecto es poder reunirse, finalmente, con Ximo Puig “a mediados de julio” para poder exponer los avances. El propio comisionado declaró que, aunque sea la primera vez que recibirá presencialmente a los “embajadores” del Plan de Acción, él mismo ha mantenido regularmente conversaciones con el president.
Y no es el propio Puig el único miembro del gobierno con el que han podido hablar. El carácter "multidisciplinar" del plan propicia que existan conversaciones periódicas con otros grandes rostros institucionales. Uno de ellos es el que lidera la Conselleria de Sanidad, una de las carteras involucradas en la reciente remodelación del Consell que se saldó con la entrada de Miguel Mínguez al puesto que ocupaba Ana Barceló.
"El nuevo conseller está interesado, implicado y convencido respecto al Plan de Acción", declaró Tabarés. Según sus palabras, no ha habido ningún cambio de rumbo con la confección de las medidas tras la llegada del nuevo alto cargo, de quien quiso destacar su "talante extraordinario" y "capacidad de escucha". La Sanidad de Mínguez seguirá, en cuanto a este plan refiere, con el camino ya avanzado y establecido a las ordenes de la ex consellera.
Si algo se han esforzado por demostrar desde la comisión es esa naturaleza multidisciplinar mencionada previamente. A las reuniones y opiniones de la esfera política se le suma el trabajo reciente de agentes como sociedades científicas, colegios oficiales, pacientes o sindicatos para perfilar los contenidos. "La salud mental tiene que ser de todos y de nadie", detalló el comisionado para remarcar que el trabajo se realiza desde muchas áreas y pretende remarcar que todos están implicados para que "nadie considere la salud mental como un aspecto exclusivamente suyo".
Entre los colaboradores figura el Centro de Investigación en Economía y Gestión de la Salud (CIEGS) de la Universidad Politécnica de València, que está sopesando las partidas presupuestarias destinadas a los diferentes apéndices del que será el documento final. Por el momento, ningún detalle al respecto de la cifra ha sido desvelado, aunque el comisionado espera que se trate de una inversión “mayor” a lo desembolsado previamente en materia de salud mental, como los protocolos anteriores caducados el presente 2022.
En base a ello, el trabajo se está materializando en cuatro ejes principales: la atención y apoyo, la promoción y prevención, la gobernanza, y los derechos y valores. Respecto a este último destacan aspectos como la empleabilidad de las personas afectadas por enfermedades mentales o el derecho a la muerte digna. Muchas veces, la "irreversibilidad" de estos trastornos no se reconoce y el acceso a técnicas como la eutanasia no les es tan fácil como en otros casos.
