VALÈNCIA. Ya está aquí. Tras un verano de ajustes de medidas educativas, por fin llegó el esperado día en el que los colegios e institutos abrieron su 'telón' para comenzar a acoger a los alumnos y alumnas de este nuevo curso 2020-21. Un curso que, en función del centro educativo, inició con escalonamientos distintos y reacciones diferentes. Eso sí, las ganas de comenzar de forma segura y los miedos ante la crisis sanitaria fueron las principales emociones que acompañaron a los grandes protagonistas de la jornada: personal educativo, padres y, sobre todo, niños y niñas.
De esta manera, este lunes solo acudieron a los recintos educativos los estudiantes de los cursos citados con el objetivo de realizar una entrada escalonada, la cual permite a estos primeros estudiantes asimilar las nuevas medidas de seguridad e higiene para cuando ingresen el resto de sus compañeros a lo largo de la semana. Ante esto, el conseller de Educación, Vicent Marzà, ya declaró el mes pasado que era "conveniente" y "muy apropiada" esta medida para aquellos centros que necesitaran de flexibilidad y adaptabilidad.
Debido a esto, a las puertas tanto de los colegios valencianos Teodoro Llorente y Nuestra Señora del Socorro como del instituto Lluís Vives de València no hubo aglomeraciones y los estudiantes fueron acudiendo al centro junto a sus padres -a excepción de los del IES- a la hora que se les fue indicada. Por ejemplo, en el Teodoro Llorente se establecieron en la puerta dos caminos mediante vallas para que fueran entrando los grupos de primero y segundo de Infantil por orden y cada vez por un lado distinto.
Asimismo, en este CEIP también se pudo apreciar como los padres y madres de primero y segundo de Infantil -únicos cursos citados para el primer día- no pudieron entrar al centro y tuvieron que dejar a sus hijos a la entrada junto al coordinador y las profesoras correspondientes. Este coordinador, además, se encargó de repartir a los progenitores los nuevos horarios de salida del comedor, los cuales estuvieron escalonados en tres grupos con una distancia de tiempo de entre cinco y diez minutos.
En el colegio concertado Nuestra Señora del Socorro, por su parte, tomaron la temperatura a los alumnos y alumnas en la entrada, y se les hizo limpiarse los zapatos en una alfombrilla y ponerse gel hidroalcohólico. Por lo que respecta al IES Lluís Vives, los estudiantes de segundo de Bachillerato estuvieron reunidos por grupos pequeños de amigos y amigas por su cuenta -eran menos de diez personas- hasta la hora de entrada.
No obstante, en el centro La Balaguera de Albal el Ayuntamiento y la dirección de la escuela han decidido posponer la entrada a sus aulas hasta el miércoles día 9, según explica el alcalde del municipio, Ramón Marí, en un comunicado. Todo ello, debido al positivo de una profesora que estuvo en contacto la semana pasada con otros miembros del claustro, lo que ha obligado a a mantener a estas cinco personas en cuarentena.
Con todas estas medidas adoptadas para garantizar una vuelta lo más segura posible, se observaron opiniones diversas acerca de las sensaciones ante el primer día de clase de esta nueva normalidad, según valoraciones de directores, profesores, padres y alumnado a Valencia Plaza y cuya identidad se presenta anónima a excepción de la de los directores.
Por ejemplo, una madre de un niño de cuatro años comentó a este diario que le dan "miedo" los grupos de convivencia estable porque no sabe con quiénes se juntan el resto de alumnos del grupo fuera de las aulas. "Estoy contenta de que vuelva al cole, pero creo que se no se podrá garantizar una reducción del contacto ni un uso correcto de las mascarillas en los más pequeños dentro de los burbuja, por lo que son un poco tomadura de pelo", subrayó.
No obstante otro padre de Infantil sí que observó con seguridad la organización del centro a la espera de ver cómo funciona, por lo que se siente "tranquilo" en ese aspecto. De igual modo, declaró que aún así tiene un "poco de incertidumbre", ya que por mucho que le diga a su hijo que no se quite la mascarilla, que no comparta la botella de agua o que no se muerda las uñas no sabe si lo realizará por su corta edad. "Yo entiendo que hay unas medidas correctamente establecidas, que el colegio se tiene que resguardar las espaldas y que no es responsable de lo que pasa después de las clases", matizó un tercer padre del mismo curso.
En esta línea, el AMPA del colegio Gregorio Mayans i Císcar especificó a este medio que los grupos burbuja son "controversiales" y que "no se ven como algo útil", puesto que luego los niños se van a juntar con sus hermanos mayores, con primos o con otros pequeños.
Por otro lado, adolescentes de segundo de Bachillerato sostuvieron que van "un poco a la aventura", pero que las medidas las valoran como "correctas" y "muy necesarias". En su caso, estos estudiantes van a ir de forma presencial tres días a la semana y consideran que "hay que adaptarse a lo que venga", aunque ahora sea "raro" y solo sean la mitad en clase. Una alumna de Secundaria, por otro lado, afirmó que a lo largo de la jornada su clase se mantuvo separada de las otras y que los docentes les repitieron "mucho" las medidas de seguridad, por lo que no estuvo "insegura en ningún momento".
Ante estas incertidumbres, el director del colegio Teodoro Llorente, Juanjo Rodríguez, explicó a este periódico que es "habitual" que los padres y alumnos las tengan, pero que el centro se ha preparado con todas las medidas y espera que, por tanto, "todo salga bien". "Teníamos ganas de venir y, bueno, los miedos siempre están ahí. Intentaremos que los contagios no se den", detalló.
A su vez, la directora del colegio Mare Nostrum de València, Soledad Salcedo, reconoció que la actividad escolar arranca "por una parte con ilusión y por otra con miedo, ya que es una situación a la que no nos hemos enfrentado nunca pero hemos puesto todas las medidas de seguridad y, poco a poco, iremos viendo".
Por lo que respecta al personal docente, una profesora de Primaria comentó a este diario que la vuelta fue "bastante fácil" a causa de la entrada progresiva y el horario flexible, pues se les ha otorgado media hora para poder iniciar y finalizar las jornadas. Asimismo, también resaltó que todo se desarrolló de este modo gracias a la labor de comunicación de los equipos directivos, asociaciones de padres y la Conselleria de Educación, la cual ha dotado de "material suficiente para poder señalizar, informar, delimitar y preparar el centro para que todo esté preparado". "No se crearon aglomeraciones en las entradas, debido a que en mi centro van a entrar cinco alumnos al día por aula e iremos viendo cómo va", recalcó.
Para esta correcta adaptación de medidas de seguridad y prevención es importante la labor no solo del equipo de los centros educativos, sino también la de los padres y alumnos. Las instrucciones para la organización y el funcionamiento de los centros que imparten tanto Educación Infantil de segundo ciclo como Educación Primaria, Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato durante el curso 2020-2021 publicadas el 17 y 28 julio por Educación recogieron que es obligatoria la firma de una declaración responsable por la que los progenitores se comprometan a no llevar a los alumnos y alumnas enfermos o con síntomas de covid-19 al centro educativo.
Asimismo, se insta a los progenitores a tomar la temperatura a sus hijos cada mañana antes de asistir al centro de estudios, de igual modo que se recomienda vigilar que el niño o niña no presente ningún síntoma asociada con la covid-19 -tos, fiebre, dificultad al respirar, etc.-. Aún así, cada aula contará con un termómetro para poder tomar la temperatura a alumnado en caso de duda, tal y como se acordó en el Foro Educativo.
Frente a estas dos responsabilidades, una madre puntualizó a Valencia Plaza que firmar un papel "no te hace más seguro, sino que es más cuestión de proteger al colegio, lo cual es entendible porque todo esto es nuevo". Del mismo modo, un padre señaló que las medidas son "super importantes" incluso antes de que hubiera pandemia, por lo que lo vio "muy bien".
Asimismo, al estar "preocupados" por la formación, el AMPA del colegio Gregorio Mayans i Císcar comentó que pasaron el documento informativo a un despacho de abogados y a AVALCAE (Asociación Valenciana Contra el Acoso Escolar) para asegurar la tranquilidad de los padres. "De todas formas, si hay padres que mandan a sus hijos al colegio con piojos o sin saber qué deberes tenían que hacer pues no sé sabe qué pasará", afirmó.
Ante esto, una madre de dos niños de instituto matizó que se debería de haber explicado "mejor" las normas desde el centro educativo porque al final son los padres los que tienen que ser también responsables. "Ojalá seamos conscientes para poder llevar la situación lo mejor posible", concluyó.