VALÈNCIA (VP). Actualmente, ¿qué trabajos desempeñas?
Soy profesora en ESIC Business & Marketing School y Coach Ejecutivo y de Equipos, acompañando a las organizaciones en sus procesos de transformación cultural.
Pero, empecemos por el principio, ¿siempre has trabajado como Coach ejecutivo y de equipos?
Mis inicios son algo eclécticos, me gusta decir que nuestras carreras, las elegimos nosotros, siendo conscientes de los pasos que damos, alineados siempre a un propósito. Este propósito lo encontré en mi primera experiencia profesional, hace más de veinte años, en el Grupo Auchan, Hipermercados Alcampo, como Responsable de Sección. A pesar de mi inexperiencia e inmadurez en aquellos años, descubrí que mi vocación estaba puesta en las personas, en descubrir su potencial, en entender qué hace que una persona quiera dar lo mejor de sí misma a un proyecto, empresa, trabajo… Me sorprendía que hubiese personas que se pasaban gran parte de su tiempo de trabajo enfadadas, e infelices y me atrapó la idea de poder aportar a esta causa, a conseguir entornos profesionales, más humanos, más empáticos, y que generen bienestar en las personas.
Aunque mi formación académica parte del entorno empresarial como Licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Valencia, tuve muy claro que tenía que dar un “giro de timón” y comenzar a llenar la mochila de herramientas, conocimientos y competencias clave para iniciar el camino que había elegido. A día de hoy la formación es, y seguirá siendo, una constante en mi vida profesional, pues es clave para seguir aportando valor a nuestros clientes. Hace más de 15 años que decidí emprender mi propio proyecto personal, mediante la creación de una firma de servicios bespoke especializada en Desarrollo Directivo y Transformación Organizacional, por lo que mi propósito lo he tenido siempre presente hasta el día de hoy, y lo seguirá estando.
¿En qué momento decides hacer un máster?
Tras mi paso por Alcampo Grupo Auchan, y una vez puse foco a lo que quería que fuese mi desarrollo profesional, fui consciente de la necesidad de “llenar mi mochila” con las herramientas que necesitaba para iniciar el proceso de conseguir ser la profesional que quería ser. Y ahí fue cuando descubrí y decidí realizar el Master de Dirección de Personas y Organización en ESIC [MDPO].
¿Cómo se desarrolla ese bagaje profesional?
Por naturaleza soy una persona curiosa, inquieta, me gusta mucho aprender y conocer nuevos entornos, personas y culturas, por lo que consideré que el ámbito de la Consultoría Empresarial recogía todo lo que podría necesitar como fuente de aprendizaje y experiencia profesional. Es desafiante, exigente, te mantiene en estado de reto de forma constante, teniendo que comprender y sumergirte en dinámicas empresariales en muy corto periodo de tiempo. Potencia tus habilidades emocionales, soft skills, dado que, en las compañías el cambio lo realizan las personas y has de gestionarlo teniendo en cuenta sus fases y sus emociones para un buen desarrollo del proyecto. Y por supuesto, te orienta a negocio, y al cliente, cuestionándote en todo momento, cuál está siendo tu aportación de valor a sus necesidades.
En mis inicios, trabajé para Grupo Ifedes durante algunos años, y en Improven Consulting, consultoría de transformación empresarial, en la que además de mi periodo como Consultora Senior, encontramos la flexibilidad para seguir colaborando de forma externa en diversos proyectos de cambio y transformación cultural. Ambas fueron experiencias profesionales de gran valor y aprendizaje. Cuando los alumnos me preguntan para orientarse en cómo iniciarse en el mundo empresarial y adquirir experiencia, sobre todo, si te consideras “explorador” y de mente inquieta, formar parte de un equipo de consultoría es una experiencia muy enriquecedora.
Actualmente, mi vida profesional se caracteriza por conocer y trabajar para empresas, en las que el cambio es una constante, con culturas y equipos diferentes, y en este sentido, me gustaría destacar dos compañías, con las que actualmente sigo colaborando y con las que nos une una relación profesional desde hace bastantes años, Grupo Porcelanosa y ESIC Valencia. En el caso de Grupo Porcelanosa, no dejo de admirar y sorprenderme por su capacidad de esfuerzo y dedicación para dar lo mejor cada día a sus clientes, así como la cercanía, humanidad y sencillez de todo el equipo de personas que la forman. Y en el caso de Esic Valencia, donde además de ser profesora de diversos Programas Executive y Postgrado, así como Coach Ejecutivo del programa EMBA, participo en diversos proyectos internos de desarrollo de talento. Esic es envolvente, y consigue generar un entorno de familiaridad difícil de encontrar. Un equipo humano con grandes valores y una excelente profesionalidad.
¿Por qué decidiste estudiar en ESIC?
Creo que es fundamental a la hora de elegir un Programa Máster, tener en cuenta tres variables más allá del contenido y del profesorado, lo cual es incuestionable. Para mí fue fundamental, conocer cómo son y qué hacen. Es decir, sentirme alineada con la “cultura” de la institución, con sus valores, sus personas, con su impacto en la sociedad, y su contribución al ecosistema empresarial. La siguiente variable que tuve en cuenta fueron las áreas o departamentos que tenían como misión impulsar mi carrera, su cercanía al alumno, sus procesos para hacer seguimiento, las oportunidades que gestionaban, etc. Yo necesitaba sentirme muy cerca de las personas que tenían esta responsabilidad, pues de alguna forma, íbamos a ser “partners” en este proceso. Y la tercera variable, por supuesto, el network o la comunidad que iba a ser capaz de generar o bien por mis medios, o por las diferentes acciones que la propia entidad proponía. Este punto es el que, además de las formaciones constantes, me ha mantenido unida a ESIC todos estos años. Encontré grandes profesionales, grandes personas que siempre están dispuestas a escucharte y ayudarte, aunque pasen los años. De alguna forma, ESIC es para mí una gran familia que siempre está ahí para lo que necesite.
¿Qué supuso tu paso por el máster?
Para mí fue el impulsor y catalizador tanto de mi carrera profesional como de mi cambio personal. Me permitió conocer, aprender, descubrir con profundidad el entorno empresarial desde la perspectiva de las personas y la cultura organizacional. A partir de ahí, supe que mi vida estaba en el camino adecuado, con el que me sentía identificada y que de mí iba a depender seguir construyéndola a cada paso. También supe que lo importante es disfrutar y aprender del proceso, pues las metas pueden cambiar, pero lo que está en tu interior siempre permanece y te mantiene firme ante las dificultades.
Eres una gran conocedora de las soft skills, ¿cuáles destacarías en ti?
Viví una etapa, en la que lo más valorado eran tus conocimientos, tus títulos, y los “cargos” que habías desempeñado. Parecía que, si no habías trabajado en una gran empresa, en una posición de responsabilidad, eras invisible. Te avalaba tu pasado en cuanto a estatus. Vivíamos un contexto predecible, según el cual, si lo habías hecho antes, era garantía de éxito. Sin embargo, en mis entrevistas, el denominador común apelaba a las emociones, a la conexión entre personas, a la importancia de crear soluciones ante lo imprevisible, invertía tiempo en indagar y ser curiosa acerca de la empresa a la que se suponía que me iba a incorporar, pues me gustaba conocer cómo habían conseguido estar donde estaban. Quería aprender de cada oportunidad que tenía para conocer personas que tenían tanto que aportarme. Prefería escuchar a hablar y adaptaba mi comunicación en función de que lo que para ellos fuese relevante. Destacaría empatía, humildad y pasión especialmente, pero también ilusión, ganas de aprender, y gratitud por las oportunidades que se me presentaban, pues sabía que todas ellas suponían un paso más en mi camino, independientemente del resultado de la entrevista.
¿Qué competencias se valoran en los equipos?
Por mi trabajo, y el rol que desempeño, acompañando a la alta dirección en la toma de decisiones estratégicas, suelo participar en procesos de selección muy sensibles y de alto impacto para la organización. Aprendí hace muchos años que lo importante no está en lo que has hecho, sino en lo que vas a hacer con lo que sabes y cuál va a ser tu actitud ante lo no previsible. Todo ello apunta a nuestras competencias emocionales (soft skills). Necesito “conectar” con personas que tienen sensibilidad hacia el entorno, hacia las personas de su equipo, con valores como la humildad, la gratitud y la empatía. Personas que son generosas y que saben que al frente de un equipo, ha de prevalecer el objetivo global. Personas que no necesitan brillar, sino que saben que su misión es iluminar el camino de otros y acompañarlos en ese proceso. Considero fundamental que las personas sean inconformistas, cuestionadores profesionales, críticos y constructivos. Por supuesto, una alta inteligencia emocional que supone ser y estar consciente de nuestras emociones antes de dar dar los siguientes pasos. Y por supuesto sentir Pasión por lo que van a hacer, ganas de aprender y saber que la vida nos va regalando nuevas preguntas cuando creíamos que teníamos todas las respuestas.
Destacaría la Pasión como energía movilizadora, sobre todo en las difíciles situaciones que como líderes nos vamos a encontrar, y Confianza en las personas sabiendo que la única forma de crecer, es haciendo crecer a los demás.
Qué consejo le darías a tu “yo” de hace 15 años.
Que, aunque nos equivoquemos, aunque las cosas no salgan como habíamos esperado, todo tiene un para qué. Encuentra aquello que te hace vibrar, dedícale tiempo a pensar, pues será el foco que te ayudará a seguir cuando las fuerzas fallen. Y por supuesto confianza en ti, tenemos todo lo que necesitamos, somos “seres completos”. Y no dejes de aprender, mirando cada día con los ojos de un niño. La curiosidad mantiene viva nuestra creatividad.