VALÈNCIA. Un cuarto de millón. 250.000 euros. Ése es el coste que tendrá reparar los desperfectos que afectan a la Torre Miramar de València, uno de los edificios abandonados y sin uso más insólitos de la ciudad. La cantidad fue anunciada este lunes por el concejal de Movilidad Sostenible, Giuseppe Grezzi, a la conclusión de la comisión de Urbanismo del Ayuntamiento.
La cantidad se ha obtenido a partir de un informe que realizó la Concejalía, según explicó el regidor al acabar la comisión. Igualmente, Grezzi relató que habían acordado "por unanimidad" "remitirle al Ministerio de Fomento" la factura de los daños para que, según aseguró, "se hagan cargo de los desperfectos". Es decir, que el consistorio le manda un recado al ministro valenciano José Luis Ábalos: la factura la debe pagar Madrid.
A la conclusión de la reunión Grezzi también explicó que se había producido un cambio de actitud en el Ayuntamiento hacia el edificio. Hasta la fecha desde València la actitud había sido de desinterés sino indiferencia. Este lunes Grezzi verbalizó este cambio de actitud con respecto a la Torre. "Estamos abiertos a sentarnos y a hablar del tema para que, una vez se solucionen esos desperfectos, que como sabéis son de hace mucho tiempo, nos trasladen la propiedad de la Torre y la rotonda", aseguró en declaraciones a los periodistas.
El proceso burocrático a seguir conllevará la consabida y previsible ración de literatura epistolar. Tal y como explicó Grezzi, se le enviará una carta a la Delegación de Gobierno explicándole los términos del acuerdo alcanzado en la comisión de Urbanismo. Igualmente se enviará otra a la Demarcación de Carreterasdel Estado en la Comunidad Valenciana. Tras ello se organizarán las reuniones necesarias para llegar a un acuerdo.
En su alocución con los periodistas, Grezzi se mostró optimista, tanto en lo que se refiere a la factura de los desperfectos de la Torre Miramar, al recalcar que la cifra que se reclama "no es una cantidad muy alta", como en lo que hace mención al futuro del inmueble. "Creo que podríamos resolver esta situación", señaló. Una visión positiva que se deviene fundamental para lograr que la Torre Miramar dejé de ser el chiste de mal gusto que es hoy día.
Foto: KIKE TABERNER
