VALÈNCIA. La secretaria autonómica de Justicia, Mireia Llobera, anunció este viernes que dejará el cargo que ocupa en el Gobierno valenciano en los próximos días. Un cese que se hará efectivo en el pleno del Consell del viernes de la semana que viene que no solo pilló por sorpresa este jueves en la Conselleria que dirige Gabriela Bravo, sino que también supone un importante golpe al liderazgo de la coordinadora de Podem en la Comunitat, Pilar Lima, ya que era de las pocas dirigentes en el Ejecutivo valenciano afines a la también síndica en Les Corts.
Llobera, que llegó al puesto en julio de 2019 después de que el área quedara vacante tras la negativa de la exdiputada morada Fabiola Meco a situarse en este puesto, abandonará el segundo escalón del Botànic por "cuestiones personales", si bien conviene recordar que el ambiente de trabajo en el departamento gobernado por los socialistas no es del todo bueno. Minutos después de hacerse pública la noticia, Lima quiso agradecerle personalmente a través de sus redes sociales el trabajo desempeñado durante estos dos años.
Desde el entorno de Lima apuntaron este viernes que se producirá un "relevo natural", por lo que se da por hecho que el partido -en manos de Lima nombrará de nuevo a una persona afín a la actual líder-, pero por lo pronto la salida de la secretaria autonómica de Justicia deja tocada a Lima en lo que se refiere a las complicidades que guarda con los miembros de Podem -la formación que ella dirige- en el Consell. No en vano, aunque la relación con el vicepresidente segundo y conseller de Vivienda y Arquitectura Bioclimática, Rubén Martínez Dalmau, habría mejorado en los últimos meses desde que se hizo efectivo el relevo de Naiara Davó el pasado mes de enero, lo cierto es que el feeling que existe entre ambos nunca ha sido el mejor.
No es el único movimiento que lesiona en cierto modo su posición en Podem. El pasado jueves se hizo pública la candidatura de Ione Belarra para la dirección nacional de cara al cuarto Vistalegre que celebrará la formación morada y que presentará este sábado en el Jardí del Botànic de Valencia. Una lista en la que la sucesora de Pablo Iglesias integra al jefe de Gabinete de Dalmau, Alejandro Aguilar. Gesto que en parte de las filas moradas interpretan como un espaldarazo al vicepresidente porque supone un refuerzo de un perfil institucional en Podemos, aunque Aguilar también cuenta con cargo orgánico en el partido.
En este sentido, cabe apuntar que en la Comunitat, Podem cuenta con un peso significativo al ocupar la Vicepresidencia segunda y Conselleria de Vivienda, además de la Conselleria de Transparencia -que en realidad es liderada por EUPV- y algunos cargos en otros departamentos del Consell.
Desde la candidatura, no obstante, remarcan que se trata de una candidatura de integración en la que han querido reforzar tanto los perfiles orgánicos como la "pata institucional". Y recuerdan que de los nueve candidatos valencianos -si bien dos no lo son estrictamente-, todos tienen una responsabilidad interna en el partido, por lo que entienden que el papel de Lima no sale perjudicado con esta incorporación.
Con todo, estos dos movimientos -la salida de Llobera y el 'fichaje' de Aguilar para situarse en el Consejo Ciudadano Estatal que se conforme a partir del 13 de junio, fecha en la que finaliza el cónclave de Podemos- no serían los únicos que amortiguarían el poder de Lima en la autonomía. Su liderazgo se vio especialmente perjudicado con la renuncia de Pablo Iglesias tanto a mantenerse al frente de Podemos como a recoger el acta de diputado en la Asamblea de Madrid tras los resultados de las pasadas elecciones del 4 de mayo.
Huelga recordar que a lo largo de los procesos internos de Podem -el de 2017 en el que resultó electo Antonio Estañ como secretario general y el de junio de 2020 en el que Lima se convirtió en la coordinadora del partido al vencer a Davó en las primarias-, la dirigente valenciana ha sido la candidata 'oficialista', representaba al sector de Iglesias en la autonomía, los denominados 'pablistas'. Con su salida, tanto de Podemos como de las instituciones, la también exsenadora quedó en cierto modo desprovista de su máximo respaldo.
A este movimiento, además, se suma el adiós del secretario de Organización nacional, Alberto Rodríguez, hace apenas una semana. Toda una serie de bajas del entorno 'pablista' que secundaba a Lima sin fisuras y con quienes la síndica guardaba buena sintonía.