El analista advierte que volver al pago de dividendos 'vetado' por el BCE, sin prestar atención a la morosidad, es propio de una clara temeridad financiera
MADRID. Los bancos europeos se están preparando para lo que puede ser un ciclo económico que impacte negativamente de manera muy severa en el sector. Debemos tener en cuenta que el Banco Central Europeo (BCE), a partir de la anterior crisis, impuso una mayor presión regulatoria a las entidades financieras. Tal hecho provocó que cuestiones como la acumulación de capital y la reducción de los préstamos de riesgo elevado hayan sido prioritarios. Una estrategia que ha servido para que -en un momento delicado como el actual- los reguladores hayan permitido relajar estas medidas, favoreciendo así la maniobrabilidad y evitar posibles problemas dentro del sector bancario.
Aun en estas circunstancias, es muy probable que la morosidad se dispare y las entidades prestamistas podrían sufrir el impacto negativo de dicho dato. Es cierto que dicha circunstancia no la veremos de una manera temprana, pero las consecuencias reales de la crisis pueden empezar a verse en los próximos meses. Los bancos también han sido condescendientes con sus prestatarios, lo que podría provocar un 'efecto avalancha' cuando se normalice la situación y se normalicen los deberes por parte de estos.
En la situación actual, los entes económicos y los gobiernos centrales están sirviendo de dique de contención, pero una vez que las medidas de apoyo desaparezcan será cuando podramos tener serios problemas; y es que no parece que los reguladores vayan a cambiar las reglas del juego y modifiquen las normas respecto a los préstamos actuales. Al igual que los gobiernos y entes económicos no podrían sostener las ayudas de manera ilimitada, por cuanto los déficits presupuestarios se dispararían provocando una situación insostenible.
Por el momento, el BCE no lo está permitiendo -dependiendo que movimientos bancarios-, ya que tiene serias dudas sobre que algunas entidades cumplan los requisitos de capital este año. Las estrategias de la institución presidida por Christine Lagarde respecto a un problema que puede estar engendrando son por el momento limitadas. Sin embargo, es cierto que están planteando alternativas para ayudar a prestamistas en dificultades o la posibilidad de que estos accedan a un mecanismo similar a un fondo de rescate europeo. El problema principal es que Europa no va a dar 'barra libre' a estas ayudas, y es más que posible que estas no sirvan para solventar la magnitud real de la cuestión.
Además, debemos tener en cuenta que en el conjunto de la Unión Europea (UE) hay discrepancias, al igual que lo hay en aquellos bancos que gozarán de una mayor salud financiera respecto a los que no la tienen. Por todo este tipo de circunstancias, es difícil pensar que Europa permita de manera ilimitada la relajación respecto a las ayudas estatales y el planteamiento simplemente será temporal durante la crisis.
Lo que está claro es que las entidades financieras no pueden minimizar el impacto de la crisis y reanudar su funcionamiento de una manera normal, ya que deberían establecer una visión realista de lo que puede estar por venir. Volver al pago de dividendos, sin prestar atención a la morosidad, es propio de una clara temeridad financiera. Actualmente el sector bancario se está encontrando con unas condiciones favorablemente volátiles, pero de cambiar esta situación y empezar a valorar la realidad económica, esto cambiaría drásticamente.
En los futuros resultados empresariales debemos considerar que una disminución de ingresos en los préstamos durante los próximos años -hasta que el BCE modifique los tipos de interés y se recupere la actividad económica-, podría frenar la euforia temporal dentro del sector. Y es que el optimismo debe estar muy contenido, ya que en Europa nos dirigimos a una doble recesión en el cuarto trimestre de este año.
Los próximos meses serán clave para saber la eficiencia de las moratorias que se han dado en los préstamos, y si las provisiones que se tenían sobre los préstamos incobrables han sido suficientes. Las estimaciones al respecto parecen ser bastante negativas, situando las previsiones como las peores de cualquier crisis anteriormente conocida.
Jorge López es analista de XTB