VALÈNCIA. Som Valencians pretende tomar asiento en el Parlamento valenciano pero ha preferido empezar por Madrid. Tras el nulo eco nacional (emocional, lo justo) que ha tenido la multitudinaria marcha por València para exigir una sustancial mejora de la financiación de la Comunitat Valenciana, la formación se ha desplazado al Congreso para pedir a los diputados valencianos que se declaren en rebeldía y voten en contra de los Presupuestos Generales del Estado.
Ocurre días después de la respuesta sarcástica del ministro Cristóbal Montoro a la reivindicación del diputado de Compromís Joan Baldoví en esta materia —deje de "llorar sobre la leche derramada", le dijo— y de que la presidenta del PP, Isabel Bonig, se autoconvenciera de que sus negociaciones con el Gobierno serían más efectivas que las que ha llevado a cabo hasta ahora el Ejecutivo autonómico. De momento, los regionalistas se le han adelantado. Y lo cierto es que del "muy provechoso" encuentro que celebró con el responsable de Hacienda cuatro días antes de la marcha, la popular fue incapaz arrancar algo más que un préstamo del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) de 185 millones.
Los miembros de Som Valencians desplazados, Juanjo Iglesias y Eduardo Yago, han presentado un escrito "a todos los diputados valencianos del PP y el PSOE que votaron a favor del Cupo Vasco, por disciplina de voto", pero que, sin embargo, "no la rompen para exigir justicia” para la Comunitat.
Así, les insta a revolverse contra las directrices de sus partidos y no permitan, con su voto, que se aprueben los PGE mientras persistan la infranfianciación y la presión fiscal actuales.