El dramaturgo valenciano se ha hecho con el premio del público por La vida empieza hoy, un musical inspirado en su madre
VALÈNCIA. Hace apenas unos días que recogió su 'manzanita' y ya está notando sus efectos. Tonet Ferrer (València, 1985) alcanzaba la gloria la pasada semana en el teatro Arriaga de Bilbao alzándose con el Premio Max del Público por La vida empieza hoy, una obra que se pudo ver en el teatro Talía y que ahora, gracias al galardón, tendrá una nueva vida. El proyecto, un musical en el que ha participado Christina Rosenvinge, Sidonie o Loles León, parte de una situación muy compleja, el fallecimiento de su madre, un suceso que ha marcado su vida y a partir del que teje una obra que nada entre la ficción y la realidad. Es en este caso Diego quien sirve de espejo del propio Tonet Ferrer, un compositor al que se le ha desvanecido la inspiración y que tratará de reencauzar su vida a pesar de todo.
-¿Qué significa recibir un premio Max?
-Estoy muy feliz y agradecido. Es un premio del público, votado por él, además en una época en la que hemos echado tanto de menos sentir su apoyo. Este reconocimiento es una palmadita en la espalda, una manera de decirnos: lo estáis haciendo bien, seguid adelante. También es importante la visibilización. Este premio nos da más opciones de trabajo, nos ayuda a llenar la nevera a final de mes.
-Justo, además, en tu discurso te dirigías directamente al público con un: "Os lo debemos todo".
-Cualquier proyecto sin el público no tendría sentido. Poderlo mostrar y que te dé su beneplácito es el mejor premio posible. Le debemos el premio porque el premio te lo otorgan los espectadores a través de sus votaciones, claro, pero es que además llevamos dos años en los que hemos estado sin trabajar prácticamente por lo que todos sabemos. La gente ha sido valiente, a pesar de todo, y ha pagado su entrada. Creo que de alguna manera el público nos ha salvado la vida y, al mismo tiempo, nosotros hemos ayudado a la gente a que sane su mente. La cultura es sanadora y liberadora.
-En estos días se han levantado las restricciones de aforo en la Comunitat Valenciana en teatros. Además, entre otras medidas, también se ha anunciado el bono cultural de 400 euros, ¿cómo se dibuja este inicio de curso que se antoja cada vez más 'normal'?
-Es algo que antes o después tenía que llegar. Estoy deseando hacer el siguiente bolo y poder ver el teatro lleno. Hay que decir que los teatros siempre han sido lugares seguros, sin contagios, se ha hecho una buena labor de control, que seguirá existiendo para que el público venga seguro y tranquilo. Es una grandísima noticia.
"el público nos ha salvado la vida y, al mismo tiempo, nosotros hemos ayudado a la gente a que sane su mente"
-En estos días de caída de Instagram y Facebook he acabado en tu LinkedIn y en tu biografía dices: “Uno es feliz cuando hace lo que le gustaba hacer cuando tenía trece años y en mi caso es verdad”, ¿ya con 13 años sabías que este era tu futuro?
-Recuerdo que con 13 años pedí a los Reyes Magos una máquina de escribir. También participaba en los concursos de escritura la falla o del colegio. Yo lo que quería era contar historias, crear personajes. Para mí también es algo muy sanador. Recuerdo que desde entonces siempre he escrito. Ahora por suerte me dedico a esto, escribo, dirijo y produzco, pero de las tres cosas lo primero que me considero es guionista o dramaturgo. Escribir es lo que me llena.
-¿En qué momento pasas de esos concursos y cuentos de cuando eras niño a convertirlo en tu profesión?
-Mi formación ha sido siempre audiovisual y mi rodaje más profesional fue en el 2011, el punto en el que dije: Tonet, te puedes dedicar a esto. Se trataba del piloto de una serie de televisión en el que participó Loles León o Carlos Bardem, un proyecto que creé junto a Miguel Ángel Berenguer y Raúl Galán. Un poco más adelante hice otro corto, titulado 18, que fue el primer proyecto con el que empecé a cosechar algunos reconocimientos. A nivel de teatro, realmente llevo tres montajes. Dicho esto, de toda mi trayectoria, creo que ahora es el momento en el que realmente veo que me puedo ganar la vida con esto, es el gran punto de inflexión. Ahora es el momento.
-Hace casi una década de tu primer gran montaje El mundo de ayer...
-Es una obra de teatro musical que surge a partir de las canciones de Ariel Rot. Esta obra empezó a rodar en Russafa Escènica y, después, la desarrollamos un poco más y pasó a llamarse Piensa en rosa. A partir de ahí vino Bernarda y La vida empieza hoy. Lo poco que puedo saber del teatro es lo que he ido aprendiendo y de la gente que me ha rodeado. Al final creo que para aprender hay que hacer y yo decidí lanzarme al vacío con un musical, reuniendo a un grupo de gente maravillosa y que sabía más que yo.
-¿Qué aprendizaje sacaste de estas primeras experiencias?
-Principalmente que esto es un trabajo de todos. Hay directores que quizá trabajan de una manera más autoritaria, pero yo creo que esto es una labor de creación conjunta. Todas las aportaciones son bienvenidas. Hay que ser abierto, generoso y escuchar. A partir de ahí, crear.
-Ganar un Max con un proyecto tan personal como La vida empieza hoy no sé si lo hace doblemente especial.
-Por supuesto, especialmente cuando al final escribes sobre algo que te toca de una manera directa, un proyecto en el que te vacías de una manera distinta, en el que te exhibes, aunque haya una parte de ficción. A mí esto me da mucho pudor, en el discurso dije que con este proyecto abría "una mirilla al corazón", y esto, que te lo premien, tiene un doble valor.
"Hay directores que trabajan de una manera más autoritaria, pero yo creo que esto es una labor de creación conjunta"
-¿Cuánto de Tonet hay en Diego, el protagonista de la obra?
-Tiene bastantes cosas. Al final todos escribimos sobre lo que tenemos cerca y, aunque hay parte de ficción, necesaria para hacer avanzar la historia, el personaje vive una situación muy parecida a la que he vivido yo. Esta historia surge tras el fallecimiento de mi madre, de la necesidad de vaciarme y de curar heridas. La manera de sanar para mí es seguir escribiendo. Tanto uno como el otro nos encontramos en una misma situación y pasamos por los mismos trances, el viaje emocional que hace Diego es el que he hecho yo.
-Decías al principio que los Max son una oportunidad para trabajar. Aunque han pasado pocos días, ¿por dónde pasa el futuro?
-Todo el mundo me dice que la 'manzanita' me va a ayudar a abrir puertas de teatros y en ello estoy. Además de eso, estamos ensayando una obra de teatro que protagoniza Pepa Chamorro, Benja Cebrián y Sherezade Soriano, una pieza musical que estrenaremos en febrero en el Teatro Talía. La obra se basa en un texto escrito por José Vicente Torrejón en el que nos adentramos en el jazz manouche, una música que parte de la obra de Django Reinhardt. Este estilo de música marcará la diferencia con otros musicales. Además, estoy escribiendo mi primera película.