Llega a las carteleras "Truman", la película de Cesc Gay que les valió una Concha de Oro a Javier Cámara y Ricardo Darín en la última edición del Festival de San Sebastián
30/10/2015 -
MADRID (EP). Con el aval que supone una Concha de Plata ex equo al mejor actor en la última edición del Festival de San Sebatian, llega este viernes a las pantallas la última película de Cesc Gay (Una pistola en cada mano, V.O.S., Ficción…). En esta ocasión, el catalán apuesta con trata con ciertas gotas de comedia un tema tan difícil como es el de la proximidad de la muerte.
En esta ocasión, comparten cartel protagonista en Truman dos intérpretes de la talla de Javier Cámara (Hable con ella, Vivir es fácil con los ojos cerrados) y Ricardo Darín (El secreto de sus ojos, Luna de Avellaneda) a los que acompañan Dolores Fonzi (El Campo) y Eduard Fernández (El niño, Todas las mujeres). Se da la circunstancia de que Troilo, el can que da nombre a la película, murió hace unos meses.
Truman, que toma su nombre de un perro, es la historia de dos amigos de la infancia que ha perdido el contacto. Cuando Tomás (Cámara) descubre que Julián (Darín) padece un cáncer terminal, decide hacerle una vista. Según aseguró Gay durante la presentación de la película en el pasado 63 Festival de Cine de San Sebastián, se vio obligado a estar "permanentemente en carne viva" durante el rodaje por la fuerte carga emocional de este filme.
Darín, por su parte, destacó que todos sus temores por meterse en el papel de un enfermo terminal se disiparon cuando supo que iba a trabajar con Cámara ya que, con él, “todo es más fácil”. “Fue amor a primera vista”, bromeó.
Por su parte Cámara también destacó la "química" que hubo entre ambos desde el principio aunque reconoció haber estado "un poco asustado" porque sabía que ante Darín "no iba a poder mentir, como otras veces, porque iba a tener a menos de cincuenta centímetros sus ojos que son como un escáner". "El rodaje ha sido muy divertido, un disfrute", reconoció.
Por su parte, Cesc Gay, que perdió a su padre como consecuencia de un cáncer, aseguró que la película parte de su historia personal y que recurrió a la amistad entre dos hombres para intentar "equilibrar la parte dramática con humor". "Empecé a escribir lo que veía, lo que sentía, más bien por terapia", relató, pero pronto el proyecto "quedó en un cajón" porque se centró en la película Una pistola en cada mano y más tarde lo recuperó, quizás por eso de buscar afrontarlo, de querer perder el miedo" a la muerte y a la pérdida de un ser querido.
Darín apuntó que afrontó su personaje "con naturalidad" y señaló que a lo mejor si hubiera decidido hacer esta interpretación hace 15 años se hubiera equivocado pero en esta ocasión supo que no lo hacía porque creyó "entender" lo que Cesc Gay quería transmitir.
El actor señaló que cuando se tratan temas como el de este filme que "mueven las fibras internas" hay que "lidiar con eso" y es por ello que en este rodaje estuvo "permanentemente en carne viva" y con los sentimientos "a flor de piel", teniendo que evitar "caer en un pantano emocional", una tarea en la que contribuyó todo el equipo por lo que fue "placentero" y con "buena energía".
“No soy anti-nada”
En este sentido, Darín rechazó que prefiera participar por ejemplo en una coproducción hispano-argentina como ésta a una producción americana,. "No tengo nada en contra de Hollywood, no soy anti-nada", señaló. Cámara destacó, por su parte, que Cesc Gay tiene "una goma elástica" que permite que las tomas se vayan "por otro lado", y a la vez, sabes que tienes "el colchón detrás, a alguien que te va a cuidar mucho".
Asimismo, añadió que esta película obliga "a estar presente" y se lleva "unas cuantas lecciones aprendidas" de la misma, porque es "un ejemplo de cómo habría que comportarse" en un momento así, en el que afrontas la muerte, y en el que muchas veces "las familias se pelean por herencias o cosas de esas". Finalmente, la actriz Dolores Fonzi apuntó que esta película también habla "de la libertad de cada uno para decidir sobre su vida, cómo vivir, cómo morir" y supone "una enseñanza de cómo no se o se puede juzgar a otros en su decisión de morir o vivir".
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