VALÈNCIA. La EMT de València, como el resto de empresas públicas dependientes de ingresos externos, no pasa por su mejor situación financiera. La merma de ingresos por la reducción de hasta un 90% de los viajeros provocará un agujero en las arcas de la firma de autobuses municipal todavía difícil de concretar, pero que se proyecta en torno a los 5,4 millones de euros. Ante esta delicada situación son diferentes las alternativas que se plantean y una opción pasa por pedir al Gobierno central que inyecte dinero para aliviar este desajuste.
Así, el gobierno municipal que dirige Joan Ribó intentará hacer frente común con otros grandes ayuntamientos con el propósito de exigir al ejecutivo de Pedro Sánchez financiación extraordinaria para hacer frente a la negativa situación financiera de las empresas de transporte público.
Según explican fuentes municipales, todas las firmas análogas a la EMT de València están viviendo unas circunstancias similares: una gran bajada del número de viajeros y una sustancial pérdida de ingresos. Así, explican, el primer edil tiene la intención de abordar este panorama con varios alcaldes de otras grandes ciudades como Madrid, Barcelona o Zaragoza, entre otras.
Los máximos dirigentes de estos municipios mantendrán una reunión telemática en las próximas semanas con este fin. Lo primero será crear una comisión técnica entre los diferentes consistorios para evaluar la situación y elaborar una propuesta concreta. Un trabajo que, subrayan dichas fuentes, finalizará inevitablemente con la exigencia al Gobierno de una inyección puntual a las diferentes empresas públicas de transporte municipales. "Evidentemente, la demanda de recursos no será igual en Madrid o Barcelona, que tienen contrato-programa, que el resto de ciudades que no tenemos", apuntan a este respecto.
Huelga recordar que Ribó ya se reunió con sus homólogos del resto de grandes ciudades a medidados de este mes de abril, donde ya acordaron pedir al Estado que les permitiese utilizar libremente el remanente de tesorería que los consistorios guardan del ejercicio pasado, que hasta este momento sólo se puede dedicar a pagar deuda, facturas atrasadas o inversiones financieramente sostenibles.
De esta manera, y aunque el Ejecutivo de Sánchez ya ha permitido el uso del 20% del remanente para atender los servicios sociales por la crisis del coronavirus, la petición va más allá, exigiendo el empleo total de dicho dinero, que en València asciende a 60 millones de euros, para lo que el Ayuntamiento considere oportuno. En aquella reunión, el alcalde ya manifestó que la ayuda del Gobierno al transporte municipal "es un asunto de primera magnitud" porque, dijo: "Incluso nos hemos visto obligados a plantear un ERTE [Expediente de Regulación Temporal de Empleo]".
Precisamente, el primer edil dijo la pasada semana que uno de los menesteres al que se podría dedicar dicho remanente consistorial, si lo permite el Gobierno al final, es el déficit financiero de la EMT de València, firma que preside el edil Giuseppe Grezzi. Una decisión que fue criticada por la oposición, al considerar que este dinero debería centrarse exclusivamente en atender urgencias el tejido social y económico de la ciudad, como ayudas a pymes y autónomos.
Como se ha dicho, el impacto económico previsto en la mercantil municipal es de unos 5,4 millones de euros. Una de las medidas planteadas por la dirección fue un ERTE debido al excedente de plantilla provocado por la disminución de viajeros y el obligado recorte del servicio de autobuses un 45%. Esta vía permitiría ahorrar a las cuentas casi 1,5 millones de euros.
Tras negociarlo con los sindicatos, la EMT lo presentó a la Dirección General de Trabajo, que, sin embargo, tomó la determinación de echarlo atrás al considerar que una empresa pública no puede acogerse a esta medida. Un criterio discutible que se ha ganado el disenso del Ayuntamiento, donde se han decidido a presentar un recurso de alzada. Pero mientras, los días pasan y se precisa atender el desajuste financiero.
Esta empresa municipal, como el resto de organismos y entes que dependen del Ayuntamiento de València, ya están elaborando un plan de ajuste que deberán presentar a la concejalía de Hacienda detallando cómo pretende aliviar sus previsiones económicas, entre las cuales se podría contemplar acudir a financiación bancaria puntual, o implementar recortes. Después de estudiar estas vías, el consistorio, por su parte, podrá inyectar una parte del montante a la firma, pero no podrá hacerse cargo de la totalidad del desajuste.