En términos de capitalización equivale a 27,36 millones

La valenciana Substrate AI se deja casi un 29% en las cuatro primeras sesiones en BME Growth

23/05/2022 - 

VALÈNCIA. Invertir en bolsa siempre es hacerlo a medio/largo plazo porque empíricamente se ha demostrado que es así cuando se obtienen ganancias de verdad. Aplicándolo al atletismo sería una maratón y no una carrera de cien metros. Y todo esto es aplicable a los accionistas de la cotizada valenciana Substrate AI (SAI), que se estrenó el pasado martes en el parqué y las cuatro sesiones celebradas hasta la fecha se han contado por descensos continuados.

La empresa dirigida por Lorenzo Serratosa -presidente- y José Iván García -consejero delegado-ha retrocedido en tan corto espacio de tiempo un 28,84%, al pasar de los 4,30 euros por acción del punto de partida hasta los 3,06 euros del cierre del viernes 20 de mayo. De ahí que su capitalización en BME Growth se haya reducido desde los 94,89 millones de euros hasta los 67,53 millones, es decir, 27,36 millones.

Cierto es que las últimas tres jornadas la caída ha sido pronunciada -por encima del 9%-, pero no lo es menos que con unos volúmenes de contratación muy por debajo de los 54.410 títulos que intercambió de manos el primer día la que es primera firma española de inteligencia artificial en salir a cotizar al parqué.

Capacidades de crecimiento

Además, no hay que olvidar que SAI pertenece a uno de los sectores con mayor potencial como es la inteligencia artificial, está ganando músculo creciendo de forma inorgánica -la semana pasada cerró la compra de Cuarta Dimensión y está a un paso de hacer lo propio con Adhesivas Ibi- y encima ya es cotizada. O lo que es lo mismo cuenta con reconocimiento, visibilidad, transparencia, marca, financiación... Por tanto el mercado debería poner freno al duro castigo que le está infligiendo y ponerla en valor.

El presidente de la antigua ZonaValue, que es la novena cotizada de la Comunitat Valenciana, manifestó a este diario el día de antes del estreno bursátil que "salir a bolsa supone la posibilidad de aumentar sus capacidades para crecer. Un buen CEO necesita tener todas las herramientas posibles en su 'kit financiero' para realizar su trabajo que consiste en un buen asset allocation (asignación de activos), es decir, en la capacidad para invertir el dinero allí donde puede ser mas rentable para la empresa y los accionistas. Entre estas herramientas se encuentran la deuda, ampliaciones de capital, recompra de acciones o generación de Ebitda".


En esa línea, Lorenzo Serratosa señalaba que "a qué destines todos esos flujos, cómo y cuándo, será crucial para generar valor para el accionista. Y ese es el foco que tenemos: la generación de valor para el accionista. En ese sentido me encanta el libro 'The Outsiders', un libro de cabecera para todo aquel que tiene entre sus responsabilidades liderar un proyecto empresarial". 

Asimismo resaltaba la importancia de los datos en la inteligencia artificial porque "son muy valiosos para las compañías. De ahí que estar cotizando y, por tanto auditado por el mercado, ayuda a generar la confianza necesaria para que nuestros grandes clientes se sientan cómodos trabajando con nosotros. La inteligencia artificial (IA) va a estar presente en cada proceso de nuestra economía en unos 10 años -como pasó en los años ochenta con el software-, y ahí es donde quiere estar SAI: creando productos que ayuden a conseguir una economía más eficiente y sostenible".

Reinvirtiendo los beneficios generados

Mirando hacia finales del presente ejercicio, SAI estima alcanzar una facturación de unos 8 millones de euros; mientras que de cara al próximo año prevé rozar los 18 millones. La firma de IA ofrece servicios en los verticales de fintech, recursos humanos, industria, energía, agritech y salud. Asimismo en 2023 ampliará su radio de acción a la minería y el contact center

En otro orden de cosas, en el folleto de salida remitido a la 'bolsa de las pymes' -y por ende al mercado- se detalla que, a corto y medio plazo, los beneficios generados por la compañía serán reinvertidos para desarrollar nuevos productos. De ahí que no se esperan dividendos ni se cuenta con una política para repartirlos.

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