VALÈNCIA. El polígono Valpark en Vallada quiere dejar atrás el pasado y convertirse en un sólido polo industrial como Parc Sagunt. Sus historias son similares: ambicioso proyectos que, sin embargo, acabaron abandonados durante años. Su desenlace, en cambio, es por el momento bien distinto. El de Sagunt ha conseguido ser una de las 'joyas' logísticas de la Comunitat Valenciana, mientras que Valpark sigue sin un futuro definido.
Por ello, busca su transformación aprovechando la llegada de los fondos europeos, unas ayudas que han abierto una nueva esperanza. Tanto es así que Generalitat y e ayuntamiento de Vallada trabajan en lograr la captación de una empresa tractora que genere el efecto arrastre de Mercadona en Sagunt para replicar el modelo de éxito. De hecho, ese fue el origen de Valpark: ser un importante foco de atracción de empresas para una pequeña localidad de cerca de 3.000 habitantes.
El proyecto fue impulsado en 2004 por el entonces alcalde popular Fernando Giner, que también fue presidente de la Diputación de Valencia, en los años del boom inmobiliario. No obstante, con el estallido de la crisis económica el desarrollo quedó paralizado después de haber invertido 20 de los 40 millones de euros que iba a costar. Una situación que dejó las arcas municipales bajo mínimos -solo el presupuesto anual del consistorio era de unos 2,5 millones-, y una deuda que a día de hoy asciende a casi 29 millones de euros.
"En este momento estamos trabajando con Espais Econòmics Empresarials, empresa pública de la Generalitat, para reunirnos con los inversores que puedan estar interesados a efectos de reiniciar las obras de urbanización. Lo que buscamos es terminar la urbanización mínima y necesaria para que se puedan implantar empresas", explica la alcaldesa de la localidad, María José Tortosa. El polígono, con una superficie de 1,3 millones de metros cuadrados, únicamente está urbanizado al 35% y precisa de financiación para finalizar el desarrollo.
Los fondos europeos se han erigido como una tabla de salvación para culminar este entorno industrial, pero también se confía en lograr el desembarco de una gran empresas que propicie movimientos en la zona. No obstante, el paso previo en el que trabaja el consistorio de Vallada es lograr la figura de agente urbanizador para acabar el perímetro de la zona, una petición que ya han solicitado a la empresa pública.
"El proyecto que tenemos habla de once rotondas que no hacen falta. Por eso, hemos pedido otro informe a un arquitecto para ver cuántas serían necesarias. También, la propuesta inicial delimitaba mucho las parcelas y lo que hemos hecho ha sido acabar las reparcelaciones y no inscribirlas hasta que tengamos el suelo a medida para que si viene una empresa inversora que quiere 100.000 metros, no tengamos que ceñirnos a una parcela que tiene 40.000 m2", subraya.
Eso sí, Tortosa destaca que existe interés empresarial por aterrizar en el polígono y ya se han mantenido varias visitas. "Hemos tenido muchos interesados. Ahora mismo tenemos tres empresas interesadas", asegura. El principal hándicap es la financiación para acabar de urbanizar el entorno, una actuación que Tortosa reconoce que el consistorio no puede asumir.
"Creemos que con el dinero de los fondos europeos es el momento de lanzar Valpark. Es una obligación a todos los niveles. Estamos convencidos de que en el momento que llegue una empresa pasará como en Parc Sagunt, que empezó así. Allí no había ninguna empresa y fue llegar una y se ha llenado", insiste la alcaldesa de Vallada.
Por ello, el anhelo es repetir la historia del parque industrial Parc Sagunt. Este parque llevaba años bloqueado hasta que la Autoridad Portuaria de Valencia (APV) vendió una parcela a la compañía que preside Juan Roig para construir su principal centro logístico en España. A partir de ese momento, el polígono empresarial empezó a revitalizarse, tras más de una década olvidado, y ya cuenta con una superficie ocupada del 95%.
Así, están presentes muchos de los proveedores de Mercadona como Importaco, Zuvamesa o Dacsa. Pero también gigantes como Crown Holding o Tempe, filial del calzado de Inditex. Se rozó el completo en los 3 millones de metros cuadrados, lo que obligó a una ampliación del terreno. Una expansión que ha permitido la llegada de Volkswagen con su gigafactoría de baterías y encumbrar el potencial de la industria valenciana.
Ahora mismo, esa zona es objeto de deseo no solo de compañías que quieren crecer al calor del gigante alemán, sino de muchas otras que ven la posibilidad de generar sinergías con el parque de proveedores que se va a concentrar en este polo logístico. La demanda ha sido tal que desde la Generalitat Valenciana ya se trabaja en la búsqueda de nuevo suelo industrial. No solo el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, ha anunciado una tercera fase de Parc Sagunt, sino que se perfila una cuarta expansión del enclave por otras zonas colindantes al término municipal de Sagunt como Canet d'En Berenguer, en donde se ha encontrado suelo apto para uso empresarial.
Porque, más allá de Volkswagen, el objetivo del gobierno valenciano es atraer nuevas inversiones a la Comunitat Valenciana, en un momento de efervescencia por la llegada de los fondos europeos y con una alta demanda inmologística en la provincia de Valencia. Y para Tortosa, Valpark se erige como una zona óptima por el tamaño de los suelos del polígono, con plataformas XXL, pero también por la capacidad de diseñarlas a medida de los operadores. Asimismo, pone en valor su ubicación, con accesibilidad directa a las grandes autovías y líneas férreas del Corredor Mediterráneo en el tramo Valencia/La Encina.
Pero, además, para lograr que sea más atractivo y competitivo se está evaluando la posible implantación de una estación intermodal. Así se acordó este verano en una encuentro entre el Consell, la Autoridad Portuaria de València (APV) y la empresa Gobernanza Industrial, que coordina el plan para relanzar Valpark. Para ello, se han solicitado estudios técnicos para evaluar la posibilidad de una estación intermodal que conecte el parque con la línea ferroviaria del Corredor.
La extensión del polígono permitiría la implantación de una infraestructura de 750 metros lineales sin dificultades técnicas, complementando así la oferta comercial de Valpark con el atractivo de disponer de una conexión intermodal vinculada al puerto de València. De hecho, ADIF ya emitió un primer informe de compatibilidad para implantar un intercambiador en Valpark al no existir ningún impedimento técnico a la conexión del parque con la red ferroviaria. "Estamos en el momento idóneo para poder invertir y ponernos en marcha", concluye Tortosa.