i encuentro de entidades ciudadanas para la mejora de los barrios de valencia

Vecinos de València exhiben conjuntamente sus quejas en un pequeño "Eurovisión vecinal" 

27/05/2022 - 

VALÈNCIA. Las diferentes asociaciones vecinales de València se congregaron este jueves por primera vez con motivo del I Encuentro de entidades vecinales para la mejora de los barrios de València organizado por la Asociación de Vecinos de Penyaroja y Valencia News, donde más de 80 ciudadanos acudieron a escuchar a los portavoces de las 13 entidades representadas y todas sus quejas y sugerencias respecto a la gestión realizada por el Ayuntamiento.

De uno en uno, y con un límite de tiempo decretado previamente, los habitantes de las diferentes zonas allí personadas expusieron la situación de su área de residencia. En boca de José Tárrega, portavoz de la AVV de Penyaroja, la idea era conseguir una suerte de "Eurovisión vecinal". Sin Chaneles ni nada por el estilo, la atención y los aplausos se dirigieron, al contrario de lo que pasó en Turín hace unos días, a que, "por fin", se escuchara a los vecinos.

En el acto estuvieron presentes personalidades de la política como Fernando Giner, de Ciudadanos, o María José Catalá, del Partido Popular. No obstante, desde la mesa de dirección del congreso apelaron al carácter "apartidista, pero sí político" del encuentro. Agradecieron la presencia de estas figuras aunque más contundente fue la petición de que, desde la oposición, puedan hacer presión para que se tenga en cuenta el sentir vecinal.

Una petición que también hicieron saber al Ayuntamiento, sin presencia en la convención. Desde la organización "invitamos" a los políticos de todos los colores, estuvieran dentro o no del gobierno municipal. Pero en los asientos no se pudo ver "ningún logo del Ayuntamiento ni del organismo de Participación Ciudadana".

El turno de los ciudadanos anónimos

"Tenemos una ciudad que es fantástica, pero muy mejorable", señaló María José Broseta, presidenta de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Valencia. Junto a ella, el periodista Vicente Bellvís fue el encargado de conducir el acto donde la constante fueron los golpes a un gobierno local que "promete cambios, pero no se cumplen".

Los trece ponentes instaron al alcalde, Joan Ribó, a que pusiera "en funcionamiento" a los regidores para poder materializar algunas de las exigencias que vecinos de zonas como Ciutat Vella, Algiròs, el Cabanyal o la Saïdia. En valenciano o en castellano, los vítores y aplausos en mitad de los discursos evidenciaron el hartazgo de los allí presentes con parte de la gestión del consistorio.



La comunicación con el máximo organismo local se puso en tela de juicio. Una de las representantes denunció que, a la hora de buscar respuestas dentro del Ayuntamiento, lo que se le comunicaba eran meras respuesta vacuas, mientras que una de sus tantas homólogas en el congreso alegó que, directamente, suele haber silencio administrativo.

Muchos de ellos se "pisaban los talones", si se coge el término con pinzas, ya que la necesidad de exponer todo lo que querían denunciar propiciaba que algunas intervenciones concluyesen habiendo consumido bastante más tiempo que otras. Cuestión que el presentador recordó cuando fue necesario, siempre con buena respuesta de los interventores.

Esto evidenció que la confluencia entre las diferentes agrupaciones, al más puro estilo Fuenteovejuna, iba más allá de las constantes coincidencias en las quejas - pavimento, reurbanización de espacios desaprovechados, espacios de interés para los habitantes de cada barrio... -. Una de las representantes sintetizó su discurso para concluir ofreciendo "más tiempo de charla" al siguiente con motivo de la "generosidad" que quieren mostrarse los unos a los otros en este tipo de reuniones.

Fuera un área de el casco antiguo, del ensanche o de los poblados más lejanos del centro neurálgico de la capital del Turia, las casuísticas narradas por los portavoces vecinales detallaron lo "necesario" de la ayuda institucional: algunos barrios padecen de tráfico de drogas o prostitución, como el Cabanyal; otros exigen centros de salud o de día para adecuarse al crecimiento demográfico del barrio, como es el caso del Pla del Remei-Gran Vía; y, otros, seguían "teniendo bemoles" de vivir en zonas gentrificadas y acostumbradas desde hace años al turismo, como Ciutat Vella. 

Como afirmó el propio Bellvís, con el respaldo de la masa vecinal allí presente, el ambiente que desprende la ciudad sería el de una urbe que, pese a contar con propuestas como los Presupuestos Participativos DeicidimVLC - cuya séptima edición está actualmente en curso -, la impresión que da a los ciudadanos implicados es la de que "no hay participación ciudadana, y somos conscientes".

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