VALENCIA. Cada tres meses, los sábados por la mañana, en alguna de las dos salas de las Estaciones de Tratamiento de Agua Potable de Global Omnium, es decir, en La Presa de Manises o en El Realón de Picassent, seis personas son convocadas por la empresa. Son los catadores. Y lo que van a catar es agua del grifo.
Políticos, vecinos, técnicos municipales, los invitados visitan las instalaciones de la planta en la que se hallen, donde se les explica cómo se llevan a cabo todas las etapas del proceso de potabilización. Igualmente se les ofrece una sesión formativa del proceso y el procedimiento del olor y el sabor del agua tratada por las diferentes plantas de la empresa antes conocida como Aguas de Valencia, así como de su red de distribución. Tras el tour se les pasa a alguna de las dos salas de catas de las estaciones, especialmente diseñadas para este cometido. Además de ser lugares tranquilos, confortables, con luz y color de paredes agradables, están libres de olores de otras dependencias. Los catadores valoran las cualidades del agua y éstas quedan definidas por parámetros como el sabor, el olor, el color, la turbidez y la temperatura.
El objetivo de estas sesiones es dar a conocer de manera objetiva los olores y los sabores de los diferentes tipos de agua que se suministran en la zona de Valencia para que permitan avanzar en el conocimiento de los sistemas actuales. Pero hay algo en estas catas que tiene mucho de campaña de imagen, porque Global Omnium está intentando mejorar la apreciación de la verdadera agua de Valencia, la del grifo; decir que no es mala. Y es que, aunque saben que tienen razón, quieren que la gente se la dé.
Siete hechos
Frente a la fama de su sabor, esos nitratos, esa dureza y ese poso a cloro que es casi una reminiscencia, cabe señalar que del agua del grifo de Valencia se pueden resaltar otras características más virtuosas.
1. Fuente de calcio. El aporte de calcio en la dieta se obtiene en su mayor parte mediante el consumo de productos lácteos. En mujeres posmenopáusicas con una ingesta deficiente en calcio, el consumo de agua rica en este mineral se ha asociado con un aumento en la densidad mineral ósea y con una disminución de los marcadores de remodelado óseo. El agua del grifo puede contribuir aunque también contiene otros minerales, como el magnesio y el sodio, con efectos potenciales en la salud. El aumento de sodio en la ingesta contribuye a la hipertensión, pero por el contrario el aumento del magnesio se ha relacionado con una disminución de muerte súbita y cardiopatía isquémica.
2. Más que 100 marcas. En el caso del agua de Valencia, está tiene 121 miligramos por litro de calcio, según un conocido estudio de Ángeles Martínez-Ferrer, Pilar Peris, Raquel Reyes y Núria Guañabens, del Servicio de Reumatología del Hospital Clínic de Barcelona. España. Parece mucho. Lo es. De las más de 110 marcas de agua embotellada españolas analizadas en ese mismo estudio, sólo seis tenían más calcio.
3. Más protegida. Además, el agua del grifo no está expuesta a los perniciosos rayos solares, ni a los cambios bruscos de temperatura, ni tiene fecha de caducidad como las aguas embotelladas (su talón de Aquiles).
4. Es más ecológica. Solamente se recicla el 23% del polietileno PET con el que se hacen las botellas. Durante 2014, según la Asociación Nacional de Empresas de Aguas de Bebida Envasadas, en España se vendieron 4.926 millones de litros. En 2015, 5.331 millones de litros. Es mucho plástico. Aún así, desde las empresas recuerdan que son sólo el 2% de los envases totales en España. El agua del grifo es el 0%.
5. Es más económica. Los precios del agua embotellada van aumentando enormemente a medida que disminuye el tamaño del envase y el grado de exotismo, y hay algunas que cuestan más cara que la gasolina. Los nutricionistas recomiendan beber dos litros de agua diarios. Esto supone que una familia de cuatro miembros debería beber unos 2.920 litros al año, o lo que es lo mismo, 2,92 metros cúbicos. Si esta familia consumiese sólo agua embotellada, con un precio medio de 0,30 euros el litro, le supondría un coste total de 876 euros al año. Si dicha familia consumiera sólo agua del grifo, considerando un precio medio de un euro el metro cúbico, le supondría solo 2,92 euros.
6. Barata. La de Valencia, además, es de las más baratas de España. La tarifa es la misma desde 2014. Si tomamos como referencia un consumo de 14,6 metros cúbicos al mes (que incluye el uso del agua para aseo y otras actividades), la factura subiría a 14,07 euros. Sólo en Madrid (12,07) y Bilbao (10,91) es más barata. En Málaga costaría 29,81 euros, en Sevilla 16,77, en Córdoba 17,07, en Murcia 26,21, en Alicante 20,67 y en Barcelona 27,22 euros.
7. ¿Cuánto de mito hay en lo del sabor? Lo relatan desde Global Omnium. “Cuando hacemos las catas, como las del sábado, la gente no es capaz de distinguir el agua del grifo, producida en las potabilizadoras de Picassent o Manises, de otras embotelladas. Les hacemos la cata en copas de cristal con agua fresca de la nevera y la del grifo puesta del día anterior en una jarra”. Y no las pueden diferenciar.