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en la frontera / OPINIÓN

Bolaños, Ayuso... hablar por no callar

10/03/2024 - 

No se me va de la cabeza la frase que soltó el otro día Félix Bolaños, ministro de la Presidencia y de Justicia, nada más conocerse el acuerdo PSOE/Junts para la ley de amnistía. Vino a decir que todos debiéramos estar de enhorabuena  por una norma que va a facilitar la convivencia [entre Cataluña y España, supongo] y... “por tanto debo auto-felicitarme”. Hacía tiempo que no escuchaba y leía una memez tan sonora a sabiendas, como sabemos todos, de que el Gobierno ha vuelto a hacer concesiones a Puigdemont (los de Oriol Junqueras estaban de acuerdo con el anterior texto) para contar con siete votos que le permitan aprobar los Presupuestos Generales del Estado. Un pacto que no es para felicitar a nadie sino para transitar de puntillas con un mínimo de decoro y compostura porque hay la cera que arde: la fachosfera del PSOE (García-Page, almuerzo incluido con Felipe González,  Lambán, el ex ministro Jordi Sevilla...) tiene muy claro que lo de la ley de amnistía es una mera transacción, una especie de compra de votos, siete, a cambio de apurar una  legislatura repleta de las trampas que quiera poner el señoret de Waterloo. La próxima gorda será el referéndum de autodeterminación, previo cambio radical (sustancial) de la Constitución.

El ministrillo se autofelicita obviando que su jefe, Pedro Sánchez (“refugiado” en Brasil), negó hasta la saciedad antes de las últimas elecciones la posibilidad de una amnistía para los del procés. Escasas veces escribo de asuntos nacionales: me gusta el periodismo de proximidad (el periodismo “rural” como les digo de coña a mis amigos) y centrarme en cosas de aquí, de la Comunitat y sus instituciones, de la provincia de Alicante, también de la provincia de Elche... Pero, no sé el porqué, me encabronan las cesiones de Sánchez y me encabrono conmigo mismo por la auto-censura que me impongo a veces para que nadie me incluya en la fachosfera, como si tuviera que demostrar mi pedigrí de demócrata.

Hoy tengo el cuerpo golfo. Sánchez está conduciendo al PSOE a un callejón sin salida del que tendrán que pasar años para que el centenario partido obrero y español se recomponga. Hacer una excepción con Junts, también con Esquerra, es considerar que los ciudadanos somos tontos. O peor que tontos. Y por ahí no trago. Este desprecio lo llevo fatal. Este utilitarismo espurio, esta moral de quita y pon, esa estética de la señorita Pepis, esa jeta y desparpajo... a mayor gloria de la causa independentista: legítima, ojo, pero muy descolorida tras el referéndum ilegal de 2017 que se saldó con Puigdemont huyendo a Francia en el maletero de un coche mientras Oriol Junqueras preparaba las maletas para ingresar en prisión.  En fin bolañín: en boca cerrada no entran moscas.  Dicho en fino, proverbio sufí, el silencio es una forma de sabiduría. A mayor gloria del independentismo y de la permanencia del PSOE/Sumar en el poder al precio que sea. El fin justifica los medios. Pues va a ser que no.

Al día después de la astracanada de Bolaños, me topo con Isabel Díaz Ayuso con otra similar: que la revolución feminista se ha construido contra el hombre y contra la familia [sic] y que para cuándo se va a celebrar el Día del Hombre. Y toda la “gamarrerría” callada. Ayuso lo hace para invadir el espacio de Vox, tras habérselos zampado en la Comunidad de Madrid. Es obvio y lo hace en previsión de que un día sea la candidata nacional del PP a presidir el Gobierno. Hay otra segunda opción: la presidenta madrileña es analfabeta funcional en estas materias y en los porqués de las mujeres, cada vez más hombres apoyando, exijan igualdad de derechos y la supresión de cualquier tipo de techo de cristal: por eso salen a la calle cada 8 de marzo.

Hay una tercera opción: a Ayuso le gusta jugar alegremente como quien juega a la ruleta, sin ser consciente de que un día desbarrará muchísimo con funestas consecuencias políticas. Como ha entablado el juego peligroso de soltarla cada vez más gorda, habrá un día que vomitará alguna barbaridad irreversible. Las feministas son unas “hembristas” resabiadas a las que no les gusta la fruta. Olé. Y la violencia de género es un invento. También hay mujeres que matan a sus maridos o parejas. Olé. El patriarcado opresor es un invento de las “femi-nazis”... Simonne de Beauvoir (la mujer no nace, se hace, 1959)  una espantapájaros y una aguafiestas. No sigo so riesgo de enfermar con esa tendencia que tengo de somatizar los disgustos. ¿Cómo consienten Feijóo, Borja Sempere, Cuca Gamarra  y un largo etcétera que la Niña Bonita suelte por su boca lo primero que le viene en gana? Incluyamos en el etcétera a Carlos Mazón, Susana Camarero y María  José Catalá (qué bochorno con  los de Vox coreando a Manolo Escobar el 8-M, ¡ay!).

No sabía de la existencia de Ilia Topuria hasta que ganó una especie de Rolan Garrós en EUA en su disciplina: tampoco sabía de esa disciplina salvo algún referente del cine americano; una especie de mezcla de lucha libre, artes marciales y boxeo. Luego pensé que Topuria no era el idóneo para ser Marca Alicante o Marca España. Prefiero a Carlos Alcaraz. Demasiado macarroide para mi gusto (Topuria). Luego pensé que no era precisamente un modelo de nueva masculinidad practicando una disciplina tan testosterónica. Luego mi sobrino F. me explica en el WhatsApp familiar que es un tipo supertrabajador, disciplinado, responsable y un gran luchador por conseguir un sueño. Reculo: mis prejuicios se van lentamente al traste. Enhorabuena Ilia.

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