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debate en el ayuntamiento de valència

¿Concesión o tasa?: el laberinto del patinete se vuelve un palo en las ruedas del Govern de la Nau

Foto: KIKE TABERNER
12/09/2018 - 

VALÈNCIA. Las dicotomías, consustanciales al ser humano, se han convertido en parte habitual del devenir del Govern de la Nau. En el Ayuntamiento de València son frecuentes los debates ante las diferentes cuestiones del día a día, y muy especialmente ante los retos que surgen. Un buen ejemplo de ello es lo que está aconteciendo con la implantación de la nueva movilidad urbana, con patinetes eléctricos, motos eléctricas compartidas… El sharing de todo tipo de productos se ha convertido en el nuevo desafío administrativo.

El retraso en la publicación de una ordenanza específica de Movilidad, pese a los reiterados anuncios de su inminencia, es uno de los elementos que explica la existencia de un cierto limbo legal que ha permitido que ocurran episodios como el vivido con la empresa Lime en las últimas semanas, que desembocó en la retirada de los patinetes de la calle por parte de la Policía Local. Desde el Ayuntamiento de València aseguran estar receptivos y dar la bienvenida a este tipo de iniciativas pero, advierten, no de cualquier manera. En este sentido, al referirse al caso de Lime recordaron que además de la movilidad en sí, esta empresa hacía negocio “con la ocupación de la vía pública”.

Uno de los escollos que se encuentran en el Govern de la Nau es la diferencias entre Compromís y PSPV por cuál es el mejor modelo de gestión. Desde el PSPV la opción está clara y así se expresó la portavoz de esta formación, Sandra Gómez: apuestan por la concesión por licitación, siguiendo el modelo de San Francisco donde tres empresas (Lime, Spin y Bird) pagan un canon de un dólar al día por patinete. Con todo, fuentes socialistas recordaron que su propuesta no es un paradigma y que están abiertos a estudiar alternativas; “pero que nos las presenten”. 

Enfrente, Compromís, con el alcalde Joan Ribó al frente, apuesta antes por una tasa. “No tiene sentido cerrar la concesión a una, o dos o tres empresas”, aseguran desde su entorno. Su propuesta va más en la línea de lo planteado por Los Ángeles, si bien en los últimos meses la situación en la megalópolis californiana ha cambiado y el ayuntamiento angelino, a raíz de una propuesta del concejal Paul Koretz, los ha sacado de las calles. A instancias de Koretz el Concejo Municipal aprobó hace diez días la puesta en marcha de un programa piloto de un año que requerirá que las compañías de patinetes eléctricos los quiten de las calles. Ya antes la ciudad de Beverly Hills los prohibió por seis meses, mientras que Santa Monica creó el pasado agosto un programa piloto de 16 meses que limita el número permitido.

Cuáles serían los pasos a seguir

Concesión o mercado abierto, según se decida en València los caminos serán muy dispares. En el caso de que se apueste por la concesión el modelo sería similar al de Valenbisi. En principio esta opción es “la más larga” según apunta el concejal de Hacienda, Ramón Vilar, a Valencia Plaza ya que obligará a la redacción de unos pliegos y conllevará un plazo de presentación de ofertas. Esto supondrá postergar la solución unos meses, sino un año.

La propuesta a la que es más proclive el alcalde no sería tampoco rápida. Habría que publicar la nueva ordenanza de Movilidad y tras ello establecer la tasa fiscal. La ordenanza del nuevo impuesto, explica Vilar, debería plantearse en cuatro bloques. En el primero se incluirán patinetes eléctricos y similares. En segundo lugar las bicicletas eléctricas. En el tercero, las motos eléctricas. Y por último, en un cuarto bloque, el del carsharing.

Los valores de referencia que se tomarán para establecer el pago de la tasa serán los de los vados por metro lineal así como el precio que se aplica por la ocupación de mesas y sillas. Son cifras, recuerda el regidor socialista, que vienen dadas por un estudio que realizó la Universitat Politécnica, por lo que podrán plantearse sin sospechas de arbitrariedad.

“Lo importante es que no se puede estar en el limbo”, apunta el regidor; “hay que hacer una ordenanza de regulación para hacer la tasa”, insiste. Un impuesto que considera necesario porque este tipo de Movilidad no es el futuro, sino el presente. Y en breve, apunta, se podrá ver en las calles de València cuando lleguen las empresas de car sharing. Una tendencia ante la que el Ayuntamiento no ha dado ningún tipo de respuesta definitiva. Los tiempos cambian, y esos cambios a veces pueden atropellar a quienes se quedan quietos.

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