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grand place / OPINIÓN

El asesino siempre es el mayordomo... perdón, Basher al Assad

Foto: EFE/ANDREJ CUKIC
17/04/2018 - 

El eje delmal ya tiene nombre: Se llama Rusia-Siria-Irán. Por el camino se ha quedadoTurquía, tercero en discordia de los aliados del Gobierno sirio, pero que aquí no conviene recordar porque se avecina una escalada tipo "armas-de-destrucción-masiva" al estilo Saddam Hussein o, bien, Primavera Árabe, tipo Muamar El Gadafi

Y aquí paso a exponer mi teoría de la conspiración, que vengo arrastrando desde hace más de diez años por deformación profesional. Para que conste, Se trata del inminente conflicto bélico en el Mediterráneo, entre Oriente y Occidente. De nuevo, la Guerra Santa en ambos lados y con el agravante de una Europa en crisis con una isla musulmana en su corazón: Kosovo. Carente de formación en geoestrategia, pero como periodista que soy, por principios dudo de todo. 

Viene ello a colación del último -porque no ha sido el primero- bombardeo de las fuerzas aliadas de Occidente al régimen sirio, acusado de atacar con armas químicas a la población civil de Guta, en el mismo instante en que los yihadistas se batían en retirada y estaban a punto de firmar su rendición. Porque la guerra era contra Daesh, ¿no?

"En quin cap cap?", dirían en mi pueblo. ¿Alguien puede creerse que el presiente sirio, Basher al Assad, iba a malbaratar una victoria definitiva en los estertores de la guerra atacando con armas prohibidas? Porque parece ser que lo malo no es que se mate a los ciudadanos, sino cómo se les mate, y ello en una contienda que dura ya siete años, y que cuenta con medio millón de muertos y más de 12 millones de desplazados.

Rescate de un niño tras un bombardeo en Siria. Foto: Siria Civil Defense

La avanzadilla la han protagonizado Estados Unidos, Reino Unido y Francia, los dos últimos para garantizar la credibilidad de un ataque a un gobierno de un país soberano que ha sido aliado en una guerra contra el Estado Islámico. El bombardeo aliado del 14 de abril se produjo de forma casi inmediata a la aparición de imágenes televisadas de un grupo de niños auxiliados en un hospital víctimas de un ataque con armas químicas.

Sin ninguna comprobación de tiempo y lugar, y sin dar tiempo a los expertos de Naciones Unidas de llegar para investigar el presunto ataque químico, el presidente norteamericano, Donald Trump, se aprestó cuatro días después a anunciar sus intenciones en un tweet, para no faltar a la costumbre. Se trataba de algo más que una amenaza, más bien una advertencia a Rusia de que "nuevos misiles, bonitos e inteligentes, estaban en camino". "Nice and new and ‘smart’!", dijo en su Twitter.

En previsión, Rusia retiró su flota de las costas sirias. Una semana después, se produjo el bombardeo aliado de Occidente, de este lado: "Mission Accomplished -Misión cumplida-",tuiteó de nuevo Trump. Porque del lado oriental la alianza no era menor: Rusia-Irán-Turquía se alzaban como aliados de Siria y vencedores de la guerra contra el Estado Islámico. Recordemos cómo se ha movido el tablero de las amistades peligrosas: Turquía debía ser el aliado natural de Occidente, como miembro de la OTAN que es.

La Unión Europea ha avalado este ataque a Siria -coordinado por dos de sus Estados miembros- en una precipitada reunión del Consejo Europeo que concluía este lunes con una plegaria: "No cabe una solución militar para el conflicto sirio, hay que buscar una solución política". Y poco más, aparte de dar credibilidad a las armas de destrucción masiva de Saddam Hussein, perdón, a las armas químicas de Al Assad.

Theresa May y Emmanuel Macron. Foto: EFE

Destacar que la primera ministra británica, Theresa May, acorralada por el Brexit, ha ordenado el ataque sin preguntar al Parlamento. Y que el nuevo líder francés, Emmanuel Macron, no ha dudado en avalar su amistad con Arabia Saudita, el régimen amigo de los norteamericanos -los amigos de mis amigos son mis amigos-. Sobre todo, ahora que acaba de dejar una suculenta suma en las arcas francesas con la compra de armas, como señala inteligentemente mi amigo el coronel Pero Baños Bajo -autor de Así se domina el mundo- en un artículo publicado en elindependiente.com, bajo el título "Fake bombing o geopolítica de engaños".

Sigo con mis amigos geoestrategas. También el coronel Emilio Sánchez de Rojas planteaba sus dudas y las contradicciones sobre la alianza turca, en un artículo publicado en el mismo medio bajo el titulo "La 'línea roja' Siria" o en una entrevista este lunes en Onda Cero: "Es difícil saber si Al Assad ha usado armas químicas. Es probable porque las tiene".

Recuerdo en este punto al general jordano Mohammad Ferghal, quien consideraba en una entrevista publicada en Levante, que "el conflicto se ha internacionalizado: Moscú combate a Washington, Irán frente a Arabia Saudí y Hizbulá frente a Israel". Lo firmaba una servidora en enero de 2014 y, ya entonces, el titular de esta guerra fue: "Rusia lucha en Siria contra Estados Unidos". De nuevo, se cierne la sombra del control por los recursos energéticos en una zona dividida entre países satélites rusos y países amigos de la Alianza Atlántica. Parece que la historia se repite. O lo que es peor, no ha terminado.

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