VALÈNCIA. La aprobación a finales de junio de la bajada del IVA en las entradas de cine, que ha pasado del 21 al 10%, no ha supuesto el inicio de una era de concordia, armonía y sosiego para las salas de exhibición. Por el contrario, la aplicación desigual de esta medida ha desatado una guerra de cifras y declaraciones que cada poco tiempo suma un nuevo capítulo. Si hace unos días se conocía que, según el IPC del INE, los tickets son ahora un 0'1 % más caros que hace un año, este miércoles el protagonista de la trifulca era un informe de ámbito estatal publicado por Facua en el que se denuncia que únicamente un tercio de los cines analizados refleja de forma completa en sus tarifas el descenso tributario. ¿Y qué pasa con el resto? O bien han mantenido precios similares o bien han optado por rebajas parciales. Así, 36 de las 102 salas estudiadas por Facua no han reducido sus precios y 33 lo han hecho menos de lo que correspondería. Si nos centramos en el caso valenciano, los espacios analizados fueron los ABC Park, los Lys, Yelmo Campanar, ABC El Saler y Ocine Aqua. De estos enclaves, tres muestran una aplicación parcial de la medida y los otros dos una completa.
Así, ver Megalodón un sábado de agosto en ABC Park supone invertir 8, 50 euros, frente a los 8,18 que debería costar según Facua si se aplicara de forma absoluta el impuesto reducido. Igualmente, para asistir a una proyección de Los Increíbles 2 en Yelmo Campanar hay que gastar 7,40 euros, mientras que de adoptarse la rebaja la cifra sería de 7,14. En cuanto al ABC El Saler, la tarifa actual en festivos es de 7,90, cuando, siguiendo el estudio de la asociación de consumidores, el importe debería ser 7,36. Por el contrario, en en lo que respecta al Lys, las tarifas finales son incluso menores a las corresponderían a la aplicación del nuevo tipo impositivo: sus tickets de fin de semana cuestan 8,50 frente a los 8,64 que costarían tomando el nuevo IVA como referente. Algo similar sucede con Ocine Aqua, que ofrece ver Mamma Mia! Una y otra vez por 7,10 euros, cifra que se elevaría 54 céntimos si se aplicara solamente la rebaja del tributo.
Además, la entidad envió ayer este informe a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) con el objetivo de "averiguar si se está produciendo algún acuerdo entre las salas, algún pacto para subir los precios que pueda vulnerar la Ley de Defensa de la Competencia" señala a Cultur Plaza Isabel Moya, integrante del gabinete jurídico de la entidad. Como expone Moya, los exhibidores "abanderaron la campaña por la bajada del IVA aduciendo que tenían pocos espectadores porque ir al cine resultaba demasiado caro. Pero ahora ellos mantienen las tarifas o bajan en un porcentaje muy pequeño, es decir, que ganan más por cada entrada". "Se trata de una actuación contradictoria con las reclamaciones que llevaban haciendo este tiempo”, subraya.
“Es cierto que cada sala puede poner los precios que considere, pero los datos que hemos encontrado nos hacen pensar que se podría estar asistiendo a una subida encubierta de los precios del cine aprovechando la coyuntura”, apunta la representante de Facua. De igual modo, la asociación tilda esta aplicación parcial de la bajada como una “tomadura de pelo al Gobierno y a los usuarios”. “Buena parte de las empresas de exhibición han aprovechado el descenso en el impuesto que llevaban reivindicando desde 2012 para aumentar su margen de beneficios en lugar de trasladársela totalmente a los espectadores”, apunta la entidad en un comunicado. Por ello, Facua reclamó ayer a las compañías implicadas que “repercutan totalmente el nuevo IVA en el precio final de las entradas”.
En este sentido, el presidente de Avecine (Asociación Valenciana de Empresarios de Cine) y responsable de los Babel, Antonio Such, reconoce que en la capital del Túria, como ya adelantó Cultur Plaza el pasado 6 de julio, “hay cadenas muy grandes que lo han repercutido todo, pero en general es posible que no se haya aplicado completamente céntimo a céntimo”. Ante las críticas de Facua, señala que “es cierto que al aplicar una bajada parcial del IVA aumentamos un poco nuestro margen de beneficios, pero es que veníamos de una situación terrible para las salas en la que hemos estado soportando muchos gastos. Esto supone un balón de oxígeno". En su opinión, para comprender la verdadera dimensión del asunto hay que tener en cuenta "que la mayoría de cines no aumentaron los precios cuando subió el IVA, las exhibidoras no se atrevieron porque era un momento muy malo de la crisis. Por otra parte, en los últimos años han aparecido muchas ofertas para atraer al público. Tras el cambio tributario se han modificado los precios de las entradas de referencia, pero no de las promociones, que ya eran muy económicas”, defiende el empresario. Es decir, que esas sesiones especiales, como las del Día del Espectador, mantienen su precios a pesar de que también les afecta la reducción impositiva. De esta manera, el sector opta ahora por una rebaja incompleta de las tarifas como una forma de compensar "los esfuerzos" de los últimos años. Lejanos, muy lejanos, quedan los días en los que se argumentaba que el elevado importe de los tickets ahuyentaba a los espectadores.
De cualquier modo, Such trata de restar importancia a la polémica y mantiene que se trata únicamente de “un ligero desfase entre ese 10% y el resultado final. No entiendo que unas cifras tan pequeñas den lugar a todo lo que está pasando”. De hecho, el responsable de los Babel va más allá y pone en duda la credibilidad del informe de Facua, pues considera que “además de ser muy duro con nosotros, contiene errores de bulto, por ejemplo, incluye cines de Canarias cuando allí no se aplica el IVA, sino otro tipo de impuesto". "Es necesario indagar bien en cómo se ha hecho ese trabajo”, desliza.
"Nadie nos dedicó loas"
El líder de Avecine expone de igual modo el malestar existente en el sector: “cuando decidimos no repercutir la subida del IVA a las entradas y asumirla nosotros, nadie nos dedicó loas. En cambio, ahora parece que estamos bajo la lupa de todo el mundo y eso nos duele un poco. Además, nosotros tenemos que enfrentarnos a que la Administración proyecte películas gratis o por un importe bajísimo en muchos espacios públicos, pero de eso no se habla”. En cuanto a la sospecha de estar violando la Ley de Competencia, Such asegura que en el sector están "muy tranquilos" ya que "no ha habido nada de eso. No solamente seria ilegal, sino que no tendría ningún sentido porque somos empresarios muy distintos".
Respecto a las recientes declaraciones del ministro de Cultura, José Guirao, en las que señalaba que quizás “había que revisar” la bajada del IVA en caso de que la medida no se refleje en los precios finales de las entradas y que la reducción parcial “no es suficiente”, Moya alerta de que “es necesario que se pidan explicaciones sobre lo que ha ocurrido antes de ponerse a modificar las cuestiones ya aprobadas. Resulta lamentable e injusto que el que acabe perdiendo sea siempre el consumidor”.
“Lo que no se puede hacer es pasarse años reivindicando el tema del IVA y, cuando llega la medida, despistarse para aplicarla. Se ha acabado con la queja de los productores y exhibidores de que era el IVA lo que distorsionaba la asistencia de la gente a los espectáculos y ahora ellos tendrán que ver sus márgenes de competencia”, apuntó Guirao en la Cadena Ser. A este respecto, Such considera que resulta "urgente" concertar una reunión con el Ministerio y pedir que se realice "un estudio más exhaustivo de sucedido". "¿Qué pasa, que ahora tendríamos que pedir que nos devolvieran todo el IVA que asumimos en el pasado? El actual responsable de Cultura no estaba al frente del área en ese momento, pero supongo que estará informado sobre el tema”, se lamenta Such. La batalla de las entradas prosigue, queda por descubrir cuál será su próximo episodio dialéctico.