plato de la semana

Salpicón de centolla en Llisa Negra

El éxito de Llisa Negra es el reflejo de una ciudad que, al fin, sabe mirar de frente y sin complejos

| 28/06/2019 | 1 min, 23 seg

No os podéis imaginar la alegría que es patear Pascual i Genís y ver Llisa Negra a reventar de comensales felices y despreocupados; la mayoría (afortunadamente) no saben qué es eso de 50Best ni andan tan preocupados por los dimes y diretes (qué solo interesan a cuatro gatos) del planeta gastronomía: solo pretenden comer bien. Comer y beber maravillosamente bien.

Y es que se me llevan los demonios —una expresión muy de mi madre— cuando oigo algún canelo decir que Llisa Negra 'es caro'; suele ser el mismo notas que cuando planta un pie en Atocha presume a los cuatro vientos de su cenita en Amazónico (22€ unos mejillones) o el Ten con Ten. En fin, que el producto excelso hay que pagarlo y el del cuarto de restaurante de Quique Dacosta en València lo es: afortunadamente.

Necesitaba la ciudad un restaurante así; una sala donde celebrar la vida (ventresca de atún rojo curada sin sal, gamba roja de Dénia, quisquillas de Santa Pola a la brasa o huevos camperos fritos con sobrasada de Cal Rovira) y mirar sin complejos a otras grandes casas como Vía Veneto, Zalacaín, A'Barra o La Cosmopolita. Uno de los platos que mejor define su cocina es este salpicón emulsionado de rape y centolla; un salpicón tradicional a base de cebolleta y pimiento asado al que incorporan coral y lima rallada. Un plato vibrante, equilibrado y disfrutón. Fabuloso.

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