VALÈNCIA. Borrón y cuenta nueva. Vox ya tiene ganas de hablar, escuchar y entenderse con el PP en el Ayuntamiento de València sin necesidad de tirarse los trastos a la cabeza. Meses después de constituirse la nueva corporación local y de que el clima de tensión hubiera crecido a niveles considerables por el enfado de los voxistas debido a la decisión de los populares de gobernar en solitario, el suflé ya ha bajado. Todo ha sido a cuenta de las ordenanzas fiscales de 2024, pero realmente supone que ya se encuentre encauzado el pacto de gobierno.
El portavoz de Vox en el consistorio, Juanma Badenas, convocó a los medios de comunicación a media mañana de este miércoles para anunciar que su partido votaría a favor de la rebaja de impuestos diseñada por el PP después de advertir que iban a oponerse frontalmente apenas unos días antes. Un "donde dije digo, digo Diego" que sirvió, además, para cotejar un notable cambio de tono y talante de los voxistas hacia los que, con toda probabilidad, ya consideran (ahora sí) sus "socios".
La decisión la hizo pública después de que el martes, tal como informó Levante-EMV, representantes de ambas formaciones mantuvieran una reunión en el despacho de alcaldía. En el encuentro estuvieron Catalá, Badenas, el líder provincial de Vox en Valencia Ignacio Gil Lázaro, el edil de Grandes Proyectos José Marí Olano y el jefe de Gabinete de la alcaldesa, Cristóbal Grau. El encuentro se extendió durante alrededor de dos horas y media y fue a iniciativa de los dos partidos, según señalan fuentes populares.
Aunque ninguno de ellos habla ya de pacto de gobierno, lo cierto es que la presencia de cargos como Gil Lázaro –una persona de la total confianza de la dirección nacional de Vox y que también estuvo en las negociaciones con el PP a nivel autonómico– evidencia que las conversaciones van encaminadas a ello. Tras la cita, se resolvió el apoyo a las ordenanzas fiscales –antes también se había hecho la presencia de los voxistas en comisiones municipales, a lo cual se habían negado hace unas semanas–. Primer escollo importante superado.
El siguiente serán los presupuestos de 2024, que negociarán a partir de la semana que viene. Y hasta aquí, según ambos, oficialmente. Ninguno quiere hablar de reparto de concejalías todavía –pese a que Vox sí ha llegado a decir que exige competencias serias–.
Con todo, la comparecencia de este miércoles de Badenas no tuvo nada que ver con anteriores puestas en escena que ahora se demuestran paripé y en las que el dirigente había reclamado "competencias serias" para gobernar; había advertido a María José Catalá de que tenían 13 concejales y no los 17 necesarios para aprobar cualquier tipo de iniciativa en el Ayuntamiento; se reivindicaban como "indispensables para la gobernabilidad de la ciudad"; impidieron la renovación de la nueva dirección de la EMT la semana pasada y rechazaron el nombramiento de Aumsa este lunes; e incluso llegaron a desmentir a la primera edil asegurando que no estaban negociando las ordenanzas, comparándola incluso con Giuseppe Grezzi y Joan Ribó. Unas salidas de tono con las que la alcaldesa se mantuvo en todo momento al margen sin entrar al trapo y sabiendo lo que podía venir y prácticamente ya ha llegado: que gobernarán juntos.
Así, todo esto este 'mal rollo' se esfumó este miércoles. Como si nada hubiera pasado, Badenas expuso que apoyarían la rebaja de impuestos de Catalá por ser "muy razonable" en un giro total de su posición. "Las ordenanzas suponen un sustancial ahorro impositivo para los ciudadanos de València y en nuestro programa electoral municipal este aparecía como uno de sus puntos más importantes. Suponen una rebaja fiscal importante, no tanto como nos gustaría, pero sí suficientemente significativa", añadió el líder de Vox en el consistorio.
Asimismo, subrayó que a él y los otros tres concejales de Vox les gustaría participar en la elaboración de las cuentas del año que viene: "Si pudiéramos, sí nos gustaría. ¿A qué concejal de València no le gustaría participar en la elaboración de los presupuestos de la ciudad? Nosotros tendemos la mano, claro". Ni rastro del ultimátum que lanzaron la semana anterior, cuando condicionaron su apoyo a los presupuestos a entrar antes en el ejecutivo. La condición sine qua non ya no fue tal, lo que deja entrever que el pacto de gobierno no parece que esté lejos.
De hecho, minutos después de la atención a medios de Vox de este miércoles, Catalá hizo lo propio y sus declaraciones dejaron meridianamente claro que así podría ser más pronto que tarde. La alcaldesa aseguró, en primer lugar, que "no habrá ningún problema" para que participen en la confección de los presupuestos: "Por nuestra parte no habrá problemas de comunicación y creo que por su parte tampoco. Esto no puede parar. Así que la semana que viene seguiremos hablando porque los presupuestos se tienen que aprobar ya en el pleno de noviembre", expuso.
Un argumento que refuerza la tesis de la posible entrada en el gobierno de Vox en el corto plazo, ya que la elaboración de las cuentas corresponde a los concejales y equipo que forman parte del gobierno, no a la oposición aunque sean considerados "socios preferentes".
Por si quedaba alguna duda, además, la primera edil aclaró que si el partido de Badenas exige formar parte del gobierno para aprobar presupuestos "no tiene por qué haber ningún problema". "Ahora mismo estamos en una dinámica de trabajarnos la confianza, y de momento hay gestos de buena disposición por su parte, y también por la nuestra, y eso es importante", zanjó. Unas afirmaciones para las que ni siquiera haría falta leer entre líneas para traducir el mensaje que con ello se deslizaba.
A ello se une lo sucedido en las últimas horas con un asunto que ha generado uno de los mayores choques entre el PP y Vox desde hace semanas: el Valencia CF. En una nota de prensa emitida este miércoles a mediodía, el Ayuntamiento informó de que le ha trasladado al Valencia CF que ha tomado la decisión de "no realizar ninguna negociación sobre el convenio urbanístico hasta que el club retome efectivamente las obras de construcción del nuevo estadio, paralizadas desde hace casi quince años". El club ha aceptado.
La determinación llega tras la ronda de reuniones que ha mantenido Olano con los grupos políticos y los principales colectivos representativos de la afición y después de que trascendieran sus conversaciones con el club, que provocaron una reacción airada de Vox. Badenas reapareció a medidados de septiembre, después de dos meses, con la convocatoria de una rueda de prensa para advertirle a Catalá –además de que gobernaba en minoría– de que no contaría con su apoyo en una posible renovación del convenio urbanístico del Nou Mestalla entre el Ayuntamiento y el Valencia CF.
Se da la circunstancia de que el posicionamiento del portavoz de Vox fue calcado al que pocas horas antes había trasladado Marea Valencianista, la plataforma capitaneada por el empresario Miguel Zorío y que cuenta con la asistencia jurídica del despacho del abogado Pablo Delgado, donde trabajan el expresidente de la Generalitat Francisco Camps y, hasta hace poco, Belén Gil, hija del diputado de Vox Ignacio Gil Lázaro. Las tensiones en este asunto y ese cúmulo de vínculos personales desataron unas especulaciones que pasaron a ser reflexiones abiertas dentro del PPCV: prácticamente que Camps estaba detrás de la estrategia de Vox en València.
Ahora, el comunicado del Ayuntamiento llega justo después de la reunión de este martes entre el PP y los voxistas. Y, aunque ninguna parte admite que se abordó el asunto en el encuentro, lo cierto es que supone un paso más en el acercamiento con un gesto que claramente parte de Catalá.
La alcaldesa de València ha reiterado en numerosas ocasiones su intención de gobernar en solitario, algo que ha puesto a prueba y ha comprobado que no resulta fácil al afectar a la estabilidad institucional. Aunque podría haber optado por el camino de obligar a Vox a retratarse con un voto en contra de la bajada de impuestos –algo en contra de su ideario–, finalmente parece haber decidido no tensar esa cuerda.