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un camposanto para todas las religiones

600 años después los judíos vuelven a tener un cementerio en Valencia 

9/02/2017 - 

VALENCIA. Lo cuenta José Hinojosa Montalvo en su artículo ‘Los judíos del Reino de Valencia durante el siglo XV’. Fue el 26 de mayo de 1394. Por privilegio real de Juan I, el Cazador, se autorizó la creación de un cementerio nuevo a la aljama judía de Valencia. Era como una compensación, un reconocimiento. Tres años antes el barrio hebreo de la ciudad había sufrido las revueltas y el asalto de las turbas enardecidas. 

Tras el asalto de 1391 el antiguo recinto fue abandonado y se buscó uno nuevo”, escribe Hinojosa. “A mediados de 1393 los judíos fueron autorizados por Juan I a trasladar los huesos de sus antepasados al nuevo recinto, y el 26 de mayo de 1394 el rey autorizaba la creación del mismo”. El nuevo cementerio apenas duró un siglo. Sobre su solar se construyó en 1491 el convento de Santa Catalina de Siena. Al año siguiente, los judíos fueron expulsados de España, por orden de los Reyes Católicos.

El convento tuvo mejor fortuna, pero no alcanzó los cinco siglos. Nada es eterno. Fue derribado a finales de los años sesenta para edificar allí el primero de los grandes almacenes de El Corte Inglés de Valencia, el de Pintor Sorolla. Un Dios, Yahvé, fue reemplazado por otro, el Dios de los cristianos. Y en el último cuarto del siglo XX, éste fue reemplazado por la divinidad que todo lo puede: el dinero.

Este jueves, en la alcaldía de Valencia se cerró esta historia que abarca seis siglos. Y se hizo con una simple firma sobre un papel, en una mesa de cristal. El alcalde de Valencia, Joan Ribó, firmó en un acto conjunto, los convenios para la prestación de asistencia religiosa en el Cementerio General a las comunidades católica, musulmana e israelita. Los tres convenios tienen una duración de cuatro años.

Fecha histórica para los hebreos

Isaac Sananes, presidente de la Comunidad Israelita de Valencia, fue quien recordó que, a diferencia de católicos y musulmanes, en que se trataba de una renovación de convenio, “para los judíos de Valencia ésta es una fecha histórica porque hace 600 años que no teníamos cementerio”, dijo. 

“Es la primera vez que conseguimos firmar un convenio que llevaba gestándose muchos años. La firma de hoy va a suponer un hito que recordaremos todos, y queremos agradecer su apoyo a los gestores del Ayuntamiento para conseguirlo. Para nosotros este es el segundo cementerio. El anterior fue del siglo XIV y este es del siglo XXI. Llevábamos unos cuantos siglos esperando, así que muchísimas gracias”, aseguró.

El objeto, en el caso de las comunidades musulmana e israelita, es dotarlas de unidades de enterramiento específicas para las prácticas propias de cada una de esas confesiones, mientras que en el de la católica se especifica la prestación de asistencia religiosa en la capilla del Cementerio General.

Pero el Cementerio General de Valencia no se cerrará sólo a las gentes del Libro, y cederá espacio también a otras confesiones religiosas mediante una simbología de “carácter neutro” para que “cada confesión pueda colocar sus propios símbolos” y “todas puedan desarrollarse con total libertad y los mismos derechos”.

Libertad para todas las creencias

En un acto del que fueron también testigos la concejala de Medio Ambiente, Pilar Soriano, y el secretario autonómico de inclusión, Alberto Ibáñez, Ribó aprovechó para lanzar una proclama en pos de la tolerancia. “Valencia es cada vez más una ciudad que acoge a todas las personas asumiendo sus creencias religiosas, y por eso queremos que todas las creencias religiosas puedan desarrollarse con total libertad y todas las personas puedan tener los mismos derechos independientemente de su religión o no religión”, dijo.

El convenio fue suscrito por Ribó con Vicent Fontestad, vicario general del Arzobispado de Valencia; Abdul Rahim Yaghmour, presidente de la Comunidad Islámica de Valencia, e Isaac Sananes, presidente de la Comunidad Israelita de Valencia, y sirve, según destacaron desde el Ayuntamiento, “para garantizar derechos de las personas y la pluralidad de todas las grandes religiones representadas en Valencia”.

“Hoy”, dijo Ribó, “es un día bonito en el que damos un paso más para que Valencia sea una ciudad acogedora para todas las personas con todas sus creencias y sus culturas, y para que cualquier persona que viva en Valencia pueda disfrutar de todos los derechos”.

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