VALÈNCIA. Si se habla tanto de tecnología es porque en su uso y aprovechamiento ha radicado el éxito de empresas que ahora dominan el mercado mundial. Cierto que no todas aplican a todos los sectores y, menos aún, a cualquier tipo de empresa, máxime en un país con un tejido en el que denominan las micropymes.
Ello no quita para que todas las empresas, sean del tipo y tamaño que sean, tengan que hacer un esfuerzo por incorporar algunas de las múltiples soluciones disponibles para automatizar procesos, incrementar las ventas u optimizar la productividad. En los tiempos que corren, de ello depende su supervivencia.
Estas son algunas de las tecnologías emergentes que se revelan entre las más prometedoras de cara el año que empieza.
La diferencia entre uno y otro sería la misma que la existente entre una taza con asa y otra sin asa, una más sofisticada que otra pero ambas son tazas. Lo que se persigue con el ‘no code’ y el ‘low code’ es dar una respuesta de la técnica a una necesidad de mercado. Hasta ahora, los encargados de desarrollar la tecnología han sido los programadores, un perfil profesional caro y con el que no siempre sabemos comunicarnos y transmitirle nuestras necesidades.
Lo que permite esta solución emergente es prescindir de ellos, desarrollando una tecnología base compatible con cualquier proyecto, con cualquier lenguaje informático y con todas las áreas de la empresa sobre la que tu puedas construir luego lo que necesites. Podría compararse con una caja de herramientas o con un lego donde ellos te proporcionan las piezas y tu creas. La finalidad es, pues, poner a disposición de personas poco o nada tecnológicas la capacidad de desarrollo.
Dependiendo de si la funcionalidad que buscas es más o menos compleja, tendrás suficiente con el no code o se requerirán ciertos conocimientos básicos, pero nunca los de un programador. Actualmente, se pueden crear muchas herramientas internas haciendo uso de plataformas no code sin necesidad de instalar nada en el ordenador, como in CRM, un gestor de proyecto o automatizas otras acciones.
Con el low code se puede ya construir lo que se quiera aprovechando la mediación de ese nuevo perfil que arroja esta tecnología al mercado, el desarrollador ciudadano o citizen devoloper, una persona que está cerca de la parte del negocio pero también con cierto entrenamiento tecnológico para ejecutar las órdenes con la tecnología low code. Según Sergio Brihuega Moreno, fundador de la plataforma Sygris, “en cuestión de cuatro o cinco años, tres de cada cuatro herramientas van a estar construidas usando este tipo de plataformas”.
La Web3 hace referencia a la evolución de Internet tal y como lo conocemos. Lo que propone es un internet descentralizado gracias al uso de la tecnología de blockchain. El objetivo final es desarrollar un internet ajeno al control de las grandes compañías devolviendo a los usuarios la privacidad y el control de sus datos.
La Web3 está ligada al mundo de los NFT o el metaverso y, sobre todo, al de las criptomonedas con su eterna narrativa de desintermediación. Al igual que éstas, la implantación de la Web3 no se prevé fácil teniendo en cuenta los grandes contrincantes. Para su impulso surgen organizaciones como web3 Foundation , con sede en Suiza, donde financian la investigación de proyectos que apunten en esta dirección.
Bertrand Pérez, de origen español, es ahora su director de operaciones (COO) de web3 Foundation, cuyo proyecto estrella es Polkadot y que, según Bit2me “busca destronar a Ethereum con una red mucho más escalable y eficiente. A la vez que brinda la posibilidad de interconectar distintas blockchain y convertirse en un hub de desarrollo cross-chain sin paralelo”.
Menos ambicioso, pero con un discurso similar de la nueva internet y ya aterrizado es el proyecto que lidera el valenciano Fran Villalba Segarra con Internxt. “Queremos crear una amplia gama de servicios de internet que respeten la privacidad del usuario”, suele repetir Villalbaen sus declaraciones a los medios. Tras dos años de desarrollo, la empresa lanzó a principios de 2020 su primer servicio, Internxt Drive, una nube al estilo de Google Drive, donde solo su propietario puede acceder a los archivos que suba en él.
La compañía valenciana, reconocida como mejor startup en la categoría Connectivity & Data en South Summit 2021, ha crecido en un año un 1.400% acercándose así al millón de euros en facturación gracias a sus servicios encriptados en la nube (Internxt Photos, Internxt Drive e Internxt Send).
Es una de las 10 tecnologías recogidas en el libro ‘España a ciencia cierta. Una mirada al futuro que podemos construir’ de Javier García Martínez contando con la participación de un equipo de expertos.
Según esta publicación, la generación de hidrógeno verde es la gran oportunidad para España. “España puede liderar la transición europea hacia la economía del hidrógeno. Nuestra posición como líderes en el mercado de las renovables garantiza que podremos fabricar hidrógeno verde en grandes cantidades y a precios muy competitivos. Además, varias instituciones españolas lideran proyectos internacionales para diseñar nuevas tecnologías de producción de hidrógeno y adaptar instalaciones e infraestructuras para un futuro más sostenible”, afirman.
Entre esos grandes proyectos de investigación se encuentra el de H2PORTS en el que colaboran la Autoridad Portuaria de Valencia, la Fundación Valenciaport, el Centro Nacional del Hidrógeno y varias empresas. Se trata de un proyecto piloto para el área de movilidad y transporte marítimo que se realiza en el Puerto de València para incorporar el hidrógeno en las operaciones logísticas portuarias, incluyendo la instalación de una nueva hidrogenera, y que situará a Valenciaport como el primer puerto de Europa en incorporar la energía del hidrógeno en sus terminales.