VALÈNCIA. El Boletín Oficial de la Provincia (BOP) publicó el pasado viernes la declaración de bienes de los 33 concejales del Ayuntamiento de València. Una actualización que están obligados a presentar una vez toman posesión del cargo como miembros de la corporación local y en la que se puede cotejar cómo han aumentado su patrimonio algunos de los ediles que ya formaron parte del consistorio en el mandato pasado.
Así, un total de 19 concejales que resultaron electos en la cita en las urnas de 2019, han vuelto a serlo en estos comicios de 2023. Una cifra que aumentaría si se incluyeran a los ediles que accedieron al cargo más tarde, como por ejemplo el socialista Borja Sanjuán tras el fallecimiento de Ramón Vilar. En el caso de Ciudadanos, el partido perdió su representación al quedar fuera del Cap i Casal el pasado 28 de mayo. Tampoco repiten en este mandato ediles de la oposición como Vicente Montáñez (Vox), o del anterior equipo de gobierno, Lluïsa Notario (Compromís) o hay caras nuevas en el PP, José Luis Moreno, José Marí Olano o Jesús Carbonell.
Ahora bien, de los concejales que fueron parte de una candidatura en 2019 y resultaron electos y ahora han vuelto a obtener su credencial de concejal, una veintena han visto aumentados sus bienes. Algunos de ellos, de manera especialmente significativa.
Entre los ediles que más han visto crecer sus bienes, se encuentra Giuseppe Grezzi, que de los 121.785 euros de activos que declaró en 2019, ahora cuenta con 196.721 euros. Una cifra que supone un aumento del 61,5%. El edil no cuenta con bienes inmuebles, ni tampoco tiene deudas o créditos personales. La edil Lucía Beamud, también como Grezzi, habría visto incrementado su patrimonio, que ha pasado de ser de 2.000 euros a 81.079 euros en total. Tampoco declara propiedades a su nombre ni préstamos.
Junto a él, otra de las concejalas de Compromís que destaca por el crecimiento de su riqueza es Gloria Tello, que ha pasado de declarar 58.525 euros hace cuatro años, a tener 151.417 euros, de los cuales tan solo 19.925 corresponden a bienes inmuebles. En su caso, eso sí, cuenta con un préstamo de 62.155 euros. También Pere Fuset o Sergi Campillo, han visto aumentar sus ahorros de 35.968 euros a 51.178 euros, el primero; y de 63.673 a 95.098 el segundo. Y como Beamud o Grezzi, ninguno tienen propiedades ni deudas.
Ahora bien, los dos incrementos de riqueza más importantes los acumulan dos ediles del PP: Santiago Ballester y Rocío Gil, que en la pasada legislatura fue concejal de Ciudadanos. El primero presentó en el mandato pasado una declaración de bienes donde constaba un activo de 175.207 euros y que ahora se sitúa en 646.181 euros. En su caso, 126.000 euros corresponderían con el valor catastral de bienes inmuebles que tiene en propiedad o de los que tiene un porcentaje de titularidad, pero el grueso corresponde a otro tipo de bienes: 519.213 euros que tendría bien en cash o bienes muebles. También cuenta con un pasivo de más de 60.000 euros.
Gil, por su parte, ha visto incrementado su patrimonio de 9.924 euros en dinero los bancos, a 432.023 euros al haber adquirido varios inmuebles (279.873 euros) y haber ahorrado más de 151.000 euros a lo largo de la pasada legislatura.
El concejal también del PP Juan Giner, actual responsable de Urbanismo y Actividades, ha visto casi duplicarse su patrimonio a lo largo de cuatro años: ha pasado de 182.995 a 320.791 euros. No tiene deudas, y el incremento se corresponde con bienes ajenos a su vivienda en propiedad. Aunque en unas cifras más comedidas, Paula Llobet incrementó de 40.854 euros a 113.825 su riqueza, si bien cuenta con préstamos por valor de 246.000 euros. Un aumento considerable desde el mandato pasado, cuando su pasivo era de apenas 53.000 euros.
Los otros tres crecimientos más significativos del resto de ediles son el de Pepe Gosálbez (Vox) y Elisa Valía (PSPV). El primero, pasó de tener 227.679 euros a 469.348 euros, con un pasivo de 77.899 euros; mientras la segunda aumenta de 159.199 euros a 251.664 euros, a la vez que mantiene un préstamo de 96.997 euros que ya tenía en la legislatura anterior.
También resulta llamativa la situación de tres concejales que han visto mermados sus bienes, y no cualquiera: el exalcalde, Joan Ribó, y la actual primera edil, María José Catalá, además del popular Carlos Mundina. El actual portavoz de la coalición valencianista en la corporación local declaró en 2019 un activo de 225.752 euros, de los que 109.207 euros correspondían con el valor catastral de sus bienes inmuebles que tiene a su nombre, así como una deuda de cerca de 35.000 euros. Ahora, su declaración de bienes refleja que tiene un activo de 206.138 euros, de los que apenas 99.000 son de propiedades inmuebles.
Catalá, por su parte, ha pasado de tener un activo de 135.394 euros a 118.515 euros, además de un préstamo de más de 150.000 euros que hace cuatro años era 70.000 euros mayor. Mundina, como ella, cuenta ahora con 165.918 euros de patrimonio frente a los 189.962 euros que tenía al empezar la legislatura pasada, aunque tiene un pasivo 30.000 euros menor al que tenía entonces.