Es tiempo de promesas, de saltar de barrio en barrio pidiendo el voto, de preparar debates y mirar las encuestas de reojo. Hoy termina la campaña electoral, pero entre mitin y mitin queda algún rato para malcomer
Son días de especial ajetreo para los cinco candidatos con representación en el Ayuntamiento de Valencia. Jornadas que empiezan al cantar el gallo y terminan bien entrada la noche después de cenar el preceptivo bocadillo junto a los militantes del partido. Hoy Benicalap, mañana El Cabanyal, a mediodía pasarse por Patraix y más tarde dejarse ver por Torrefiel. Si hay tiempo, parar a dar un bocado rápido, un cafelito y continuar con el road trip por los barrios de la ciudad. Para algunos de ellos comer estos días es un mero trámite para subsistir, otros afirman no saltarse una comida. Así se alimenta la política municipal.
Desde una al día a las cinco recomendadas por médicos y nutricionistas. La cantidad de veces que paran a comer estos días los candidatos varía sustancialmente. "Intento hacer las cinco comidas de cada día, aunque sí que es verdad que los horarios tienden a descontrolarse. El desayuno, con un té, suelo mantenerlo entre las 6.30 y las 7, porque me gusta madrugar. El almuerzo varía, aunque por lo general, entre las 9 y las 10 son las horas habituales. Para comer me gusta volver a casa, porque como el plato casero no hay nada. Luego puedo picar algo a media tarde o ya alargar hasta la cena, sobre las nueve de la noche. Hemos estado insistiendo en una alimentación saludable a lo largo de este mandato, y no iba a ser yo el primero en no cumplirlo", sostiene el alcalde y candidato por Compromís, Joan Ribó. Nada que ver con Sandra Gómez, que para a comer una vez, "o con suerte dos", mientras que la candidata popular María José Catalá confiesa que durante la campaña se alimentan fatal. "Yo suelo desayunar un triste café rápido y salgo disparada de casa. Durante estos días la comida y la cena ha sido bocata de jamón y queso... cerca de nuestra sede electoral hay sitios que lo bordan", asegura.
Estos días el plato estrella entre los llamados a gobernar la ciudad es el bocadillo
Fernando Giner, al frente de Ciudadanos en Valencia, admite que en campaña come menos de las que debería. "Depende del día, pero intento no saltarme las comidas principales. Afortunadamente, si el día es muy frenético siempre hay alguien de mi equipo que me recuerda que hay que parar para picar algo", afirma. Por su parte, la líder de Valéncia en Comú (Podemos), María Oliver reconoce que su rutina no cambia estos 15 días y sigue haciendo sus tres comidas de siempre: desayuno, comida y cena
Estos días el plato estrella entre los llamados a gobernar la ciudad es el bocadillo, pero en caso de necesidad, no hacen ascos a nada. Cualquier cosa es buena para reponer fuerzas. Que se lo digan a la candidata socialista que recurre a los caramelos de campaña para que le de subidón de azúcar cuando no hay otra cosa a mano. Otros prefieren irse a lo clásico. La combinación café/barritas energéticas siempre funciona. "Sobrevivo a base de café, barritas de cereales, bocata de jamón y queso y piezas de fruta. Algún día me permito una "parada técnica" para tomar un zumo de naranja y media tostada con aceite ( pero esas paradas son menos excepcionales de lo que me gustaría...)", explica Catalá.
"Puede caer algún bocadillo de más, sobre todo los días en que tenemos actos de campaña por las noches, pero intento que la alimentación sea lo más equilibrada posible. Ya se sabe: mens sana in corpore sano. Me encanta el café, y ahí sí que debo ponerme un límite. Procuro no tomar más de dos o tres al día", apunta Ribó.
Fernando Giner espera a llegar a casa para tomar algo reconstituyente, "normalmente no hay tiempo para una comida de tres platos, pero intento que haya alimentos que no falten como las verduras y las frutas, en especial las naranjas (risas). En casa nunca falta un buen caldo de pollo y vegetales que sienta genial cuando llegas a deshoras" mientras que Oliver aprovecha su recorrido por la ciudad para cenar como toca. "Me encanta cocinar, como a mediodía es difícil ir a casa a comer, aprovechamos las visitas matutinas a los mercados para garantizar la calidad de la cena, que al final es el momento que podemos cocinar para la gente que queremos", señala.
Ellos, como cualquiera de nosotros, también tienen sus refugios, bares donde les conocen más allá de su figura pública, donde saben perfectamente cómo les gusta el café o si prefieren azúcar o sacarina. Cerca de la sede, de casa o del Consistorio, siempre hay un bar en el que cobijarse.
"Esta legislatura he comido muchos montaditos de jamón en Homenaje, en calle de la Sangre. En mi barrio, en el bar Puertas, afirma Fernando Giner. "Soy un asiduo a uno de los bares que hay cerca del Ayuntamiento. El bar de toda la vida tiene algo especial: aparte de que los almuerzos estén buenos, hay un trato personal que es irreemplazable. Aquello de llegar y que te digan “Hola Joan, ¿cómo va el día?” no tiene precio", cuenta el alcalde.
"En Navarro Reverter tenemos cerca un par de sitios que siempre nos salvan de la inanición. Ya nos conocen mucho y se portan fenomenal", agrega la candidata socialista. "Depende de dónde me pille, pero uno que está cerca de mi casa, el Tasca y Brasa, es siempre una buena solución", añade Gómez. "Hasta hace poco íbamos a Muez, que era un bar librería que había en la entrada de la calle Bolsería, pero lo han cerrado hace bien poco y han puesto una franquicia, que es otro de los grandes problemas que tiene esta ciudad", expone la líder de València en Comú.
Paella, cava, pizza o birra. Cada uno lo celebra como quiere, pero ninguno parece que sea de darse grandes homenajes. "Lo celebraré con agua de Valencia y le pediré a mi padre que me haga una de sus paellas resucitadoras. ¡Ah! Y prometo cumplir mi reto con los valencianos y demostraros que mi tortilla de patata (con cebolla, siempre) es la mejor", declara María José Catalá sin ser consciente de que hay mucho sincebollista suelto por el mundo y que su revelación con la tortilla de patata podría convencer a algún que otro indeciso.
"Si estuviéramos en invierno te diría que con un buen zumo de naranja, porque no soy muy dado a beber alcohol más allá de alguna cerveza o alguna copa de vino. Pero en la época en la que estamos lo tengo claro: teniendo nuestro arroz de l’Albufera y la huerta valenciana a la vuelta de la esquina… una buena paella y una ensalada de la huerta: ¡incluso puede que los tomates sean de mi propio huerto!", afirma Ribó.
"Lo que pasa en la noche electoral, se queda en la noche electoral. Pero seguro que algún trozo de pizza y cerveza cae", confiesa Sandra Gómez. También la candidata a la alcaldía por Podemos se decanta por una cerveza "bien fresquita". Un poco más exquisito, aunque sin pasarse es el líder de Ciudadanos: "para celebrar siempre cava, aunque soy más de cerveza. La comida, cualquiera acompañada de mi mujer y mis cuatro hijos. Y otra con todo mi equipo".